miércoles, 1 de abril de 2020

World League Basketball (Super Nintendo): el juego de baloncesto que no tenía público ni gradas


El cachito de hoy va a estar dedicado a uno de los juegos que más veces llegué a alquilarme en mi etapa como usuario de Super Nintendo: NCAA Basketball, o dicho de otra manera, World League Basketball (yo siempre lo conocí de la segunda forma jajaja). Fue producido por HAL Laboratory y Nintendo en el año 1992

Cada vez que echaba unas partidas a este juego había una cosa que a mí me dejaba un poco helado: ¿Dónde diablos estaba el público? ¿Por qué no hay gradas? ¿Qué se supone que hay alrededor del campo? Esto fue lo que más me chocó al jugar por primera vez a World League Basketball. Incluso mis padres, que no eran muy expertos en estos temas, cuando me veían jugar en la tele del salón se daban cuenta de que al fondo de pantalla le faltaba algo...claro, el público!!!!!!!!! Qué va a ser jajajjaj


A mí me daba la sensación de que estaba jugando un partido de baloncesto en medio de la nada y el vacío, como colgado en un absurdo infinito jajajaa. Y si a eso le sumamos que predominan las gamas cromáticas frías (azules, marrones claritos...), se gestaba en el terreno de juego un ambiente como de frigidez, deshumanización. 

Aunque había muchos jugadores en pantalla, yo me sentía que estaba jugando solo. No había espectadores. No había vida detrás del campo. No había movimiento. No había calor humano. Faltaba chispa, faltaba alegría, faltaba vida.

Tú ves el campo a primera vista y con eso de que los decorados son planos, lisos y monocolores, se crea la ilusión de que nos estamos moviendo en un recinto mucho más grande lo que es realmente. La sensación de amplitud es enorme. El espacio es diáfano, limpio, nítido...pero claro, sin público. Estás rodeado de nada...de una banda de color jajjaa. Eso sí...aunque el campo parezca vacío, en el plano sonoro se escucharán los ruidos típicos de un partido de basket: aplausos, gritos, jaleos, músicas, murmullos, algarabía, pitidos de los árbitros...realismo en estado puro.


A pesar de todo esto, a mí me encantaba el juego. Yo siempre he sido un jugador objetivo y aunque el detalle del público se me clavó en el alma (no se me olvida ni se me va a olvidar nunca), yo creo que no se puede juzgar ni tirar un título deportivo por una cosa así. Nos gustará más o nos gustará menos que los creadores decidieran prescindir de las gradas, pero calidad hay. Como juego de baloncesto era una pasada

Los partidos eran ágiles, dinámicos, con ritmo, buscando el punto medio entre la sencillez y precisión técnica. Y aunque los equipos no eran reales, sí estaban inspirados en canteras verdaderas. Todos sabemos que detrás del Milán se encuentra el Pallacanestro Olimpia Milano, o detrás del París el antiguo París Basket Racing (hoy conocido como Metropolitans 92). Además, cada equipo tenía su cantera de jugadores, cada uno con su nombre individual (también inventado).


Gracias a un sistema de estadísticas, cada baloncestista tenía un nivel específico (rapidez, resistencia, porcentaje de acierto de dobles, porcentaje de acierto de triples...). 

Esto le daba al juego un toque estratégico, ya que en función del jugador que llevara la pelota, podía resultar más fácil o difícil hacer ciertas cosas (meter canasta desde lejos, correr, aguantar más tiempo a velocidad máxima). 

Como juego deportivo, hay que reconocer que es de lo mejorcito que hay para la Super Nintendo. Y si yo me lo alquilé tantas veces será por algo. Te acabas olvidando de la chuminada del público.

Podíamos jugar partidos sueltos contra la máquina o un amigo, y un modo temporada completa (con salvado de partida). Por supuesto, el reglamento hay que cumplirlo (mucho cuidado con salirse del área de juego, volver campo atrás, hacer faltas...). Mediante un cursor podemos elegir el jugador al que pasar la pelota o quitar el balón al rival 



Haciendo un análisis más racional, os invito a haceros la siguiente pregunta: ¿Por qué creéis que los diseñadores del juego decidieron descartar el público y las gradas? ¿Fue un capricho? ¿Ganas de joder la marrana? (los creadores dijeron...vamos a fastidiar la ambientación jajajjaaa) ¿O quisieron hacer algo rompedor y original?

Yo creo que la cosa es mucho más sencilla y aunque en mi tierna infancia yo estaba jode que te jode con el tema del decorado, ahora con el paso del tiempo tengo que decir que entiendo a los creadores y comprendo perfectamente su decisión.

Tened en cuenta que este juego hacía uso del famoso Modo 7 (el mismo que se utilizó en F-Zero o Super Mario Kart). 

Por primera vez en toda la historia del baloncesto, la cámara no se situaba en el lateral del campo, sino detrás del equipo que portaba la pelota, de forma que estábamos viendo el campo, las canastas y el equipo rival de la misma forma que lo vería el jugador que botaba el balón (en vertical). Esto fue una auténtica revolución en los noventa, ya que parecía que jugábamos en tres dimensiones. Se podría decir que World League Basketball es el Super Soccer del baloncesto. La perspectiva es idéntica.

Hasta ese momento, en los juegos de basket el campo se veía desde un lado, en horizontal, como si fuéramos espectadores situados en el lado largo del rectángulo. Con World League disfrutaremos del partido desde el foco del baloncestista que lleva la pelota. Seremos testigos de unas alucinantes e impresionantes rotaciones de cámara, cuando un equipo pierde el balón y lo recoge el rival. Era un espectáculo cada vez que cambiaba la posesión de la pelota. La cámara giraba con una rapidez que daba gusto


Si a esto le sumamos que el movimiento era fluido, los jugadores de un tamaño adecuado y diferentes entre sí, con buenas animaciones...está claro que con tanto despliegue técnico no les quedó más remedio que sacrificar los decorados para no sobrecargar tanto la pantalla. 

Imaginad que hubieran colocado un público, con unas gradas, unas cámaras de televisión, una mesa de árbitros...todo eso habría estado muy chulo (claro que sí), pero quizá se hubiera resentido la velocidad y el dinamismo. Y un juego de baloncesto poco ágil es lo peor que nos puede pasar.

Por eso, pienso que los creadores actuaron con cabeza, y aunque es doloroso que los decorados sean tan feos y vacíos, si a cambio disfrutamos de partidos rápidos, fluidos, con un despliegue técnico increíble y sin cortes...A mí me parece sensacional. Prefiero un juego con ritmo sin decorados, que un juego con fondos detallados pero que sea un petardo para mantener la fluidez. Ahora lo entiendo perfectamente y esa ausencia de público que tango me llamó la atención cuando tenía 8 años, tiene su porqué. Y me alegra haber abierto esta entrada para reflexionar sobre ello.

Y a modo de bonus/curiosidad, os dejo la melodía que sonaba de vez en cuando durante los partidos, que yo mismo tarareaba cuando jugaba con mis primos al baloncesto en el patio de mi antigua casa. Claro...como asociaba el soniquete al juego de basket, cada vez que jugaba al baloncesto en mi vida real, siempre acababa entonando la cancioncilla. En la escuela era demasiado tímido y apocado para hacerlo, pero en casa con mi gente la cantaba sin problemas:


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