sábado, 4 de abril de 2020

Batallita videojueguil: la tarde que chupé consola (y no banquillo) con Super Mario Bros 3


Hoy os voy a contar una de las anécdotas y recuerdos más entrañables que guardo con especial cariño de mi más tierna infancia, y por supuesto, con videojuegos de por medio. 

En este caso, va a estar involucrado uno de los grandes de la NES, como es Super Mario Bros 3, título que llegué a conocer (y conozco) como la palma de mi mano. Desde que era un crío de 6-7 años no sé cuántas veces me lo habré pasado (con atajos y sin atajos, usando silbatos mágicos, o fase a fase desde la primera hasta la última). Lo he jugado de todas las formas posibles habidas y por haber jajjajajaa

Yo soy de los que pienso que el nivel de un jugador es algo irrelevante. Eso de saber jugar/no saber jugar, jugar bien/jugar mal es una tontería como la copa de un pino. Los juegos están para pasarlo bien, divertirse, apasionarse, vivirlos al máximo, disfrutarlos, jugarlos críticamente, aprender cosas del mundillo, emocionarse con cada concepto que ves en pantalla, expresar felicidad ante el ingenio, el talento y la imaginación de los creadores.

Yo soy filólogo y os aseguro que cuando me pongo con un videojuego adopto la misma postura y mentalidad que cuando leo una obra literaria: estoy contemplando una obra de arte, y para mí, merece un respeto y un cariño.

Por eso, nunca me he preocupado de mi nivel como jugador. Y si os digo la verdad me da igual. Se puede disfrutar de un Crash Bandicoot siendo un patoso para el género plataformero. Puedo pasarlo bien en una partida de Need for Speed quedando primero que sexto. O puedo disfrutar de la épica de God of War aunque la hidra en modo difícil me mate. El nivel, la habilidad, la maña, la destreza, la capacidad como jugador es indiferente e independiente de la diversión.

Para mí no existen diferencias entre estas dos situaciones. Ir primero o
ir octavo en una carrera de Mario Kart 64 puede ser compatible con
la pasión y la diversión que uno siente por los videojuegos. El nivel de
un jugador es irrelevante. Lo importante es pasarlo bien!!!!!!!!

Por eso, cuando alguien me pregunta si soy bueno o malo como jugador, no sé qué responder. No sabría deciros. Yo mismo lo ignoro (aunque seguramente sea del montón, en zona media, ni fu ni fa). Eso sí...lo que sí puedo asegurar es que vivo y disfruto con cada título que pasa por mis manos, sea del género que sea, y lo exprimo al máximo. Me da igual ganar o perder. Yo lo que quiero es pasarlo bien. 

Ahora es verdad que la mayoría de veces juego solo a la consola, pero cuando era niño lo hacía con colegas del colegio y recuerdo momentos de gloria y momentos de miseria (desde un punto de vista jugable) y disfrutarlos de la misma manera, desde la óptica del placer y el entusiasmo

Hoy os voy a contar una de esas gestas videojueguiles de mi infancia. Seguramente, analizándola fríamente, desde la distancia del tiempo, tampoco sea para tanto. Todos idealizamos el pasado. Es verdad que yo en su momento (tendría 8 años) me sentí muy orgulloso delante de mis compañeros de clase, aunque también es verdad que el viento me soplaba a favor y como dicen en los programas estos de los polígrafos, no dije toda la verdad, o al menos, oculté información importante jajajajja. Aquí le eché un poco de picardía, todo hay que decirlo...

Y esto me hizo destacar un poquito sobre el resto aquella tarde, aunque aprovechándome de la premisa de que en un juego de plataformas los primeros mundos son más fáciles que los últimos. La ignorancia de la niñez hizo que mis compañeros (y yo mismo) no tuvieran en cuenta el concepto de "progresión en la dificultad" y yo quedará delante de todos como el gran maestro de Súper Mario Bros 3 cuando en realidad tampoco había hecho nada fuera de lo común (al menos desde mi perspectiva de yo adulto).

Evidentemente, no es lo mismo jugar el mundo 1 que el 8 en
Super Mario Bros 3. Se supone que en el último encontraremos
los niveles más difíciles del juego y moriremos muchas veces.

Yo lo único que hice fue aprovecharme de mi conocimiento del juego, hecho que callé como una puta jajajajja. Además, nadie de mis compañeros había jugado antes al Mario Bros 3. Y eso hace que con un poquito que hagas, todo se acabe magnificado por parte del que te ve jugar. Eso, y aprovecharse de la inercia de las fases fáciles, hizo que me saliera una tarde redonda en la que la apariencia hizo más que la ciencia. 

Yo quedé delante de mis compis como el gran experto de Mario 3 y de los videojuegos en general, cuando en realidad tampoco era tan bueno jugando. El contexto me vino de cara y esto hizo que se vendiera como si fuera una hazaña épica digna de Sansón, Roldán o el mismísimo Cid Campeador jajajajja. Bendita inocencia!!!!!!!

Recuerdo que me invitaron a un cumpleaños. Yo estaría en 3º de Primaria. En mi clase se puso de moda el dúo Telepizza-Torreón (uno de los parques de mi ciudad) para celebrar los cumples. Sin embargo, el chico que cumplía años ese día decidió hacer una fiestecilla en su casa. Lo típico: patatas fritas, trocitos de salchicha de Frankfurt con ketchup, bocadillos de croisant, tarta casera de chocolate y lacasitos...



El chaval que cumplía los años tenía una NES en su casa. Resulta que uno de sus hermanos le hizo un regalo muy especial aquel día: un cartucho del Super Mario Bros 3. Le dio el regalo delante de todos nosotros. Y como es lógico, lo primero que hizo el chiquillo, después de la comilona, fue introducirlo en su Nintendo. Y al final, la tercera aventura del fontanero se convirtió en el videojuego estrella de aquella tarde de cumpleaños.

Como es lógico todo el mundo quería probarlo, y la gente se daba hostias por coger el mando jajjaja. Era la primera vez que la mayoría de mis compañeros habían podido catar en sus propias manos este juego. Y no podían dejar pasar la oportunidad. 

Recuerdo que tuvieron que poner orden y decir que hiciéramos turnos de juego. A un servidor, como siempre, le dejaron el último. Yo tenía fama de que todo lo que tuviera que ver con el estudio, perfecto (en los trabajos grupales siempre me cogían el primero), pero a la hora de los deportes, juegos, dibujo o manualidades era un poco patoso y siempre me elegían el último. Y si os digo la verdad, nunca cogí un trauma por esto jajajjaja. Lo importante es pasarlo bien. ¿Qué más da ser el primero que el último o jugar bien o jugar mal?

La mayoría de mis compañeros seguro que pensó "a este que es un zoquete jugando le matan a la primera" jajajjajajaa. Y como siempre, me dejaron en el farolillo rojo.

No obstante, yo opté por callar y ocultar una información que es la mar de jugosa y valiosa y sin ella no podría entenderse lo que pasaría después. Yo, poseedor de una NES, había jugado ni se sabe el número de veces (una burrada seguro) al Super Mario Bros 3. Era uno de mis títulos favoritos. Lo conocía bastante bien de haberlo jugado en mi casa.

El nivel 1-1 de Mario Bros 3. La de veces que habré pasado
por este lugar antes de haberlo jugado aquella tarde de cumpleaños

Con esto no quiero decir que jugara bien (ojalá). Simplemente, me sabía el desarrollo de las fases de memoria, y eso me facilitaba un poquito las cosas dentro de un nivel estándar/normalito como el mío. Y con unos compañeros que no conocían el juego lo tenía "a huevo" para destacar y tener el aplauso fácil como yo digo. Por eso he dicho que la corriente iba a mi favor ese día. Se daban las condiciones perfectas para hacer algo decente sin necesidad de ser un prodigio jugando jajajjajaa.

A veces, la constancia y el conocimiento en los juegos pueden suplir las limitaciones en la habilidad y el talento (que eso viene de fábrica, se nace o no se nace con él). Eso creo que fue lo que me ocurrió a mí esa tarde. Sin ser nada del otro mundo, quedé como si fuera una eminencia ese día jajajjajajaa

Lo que pasó era que los primeros mundos de Super Mario Bros 3 los había jugado tanto que los tenía ya enviciados, y a base de horas, práctica y darle todos los días a la Nintendo, pues uno ya adquiría experiencia y costumbre, y cogía rachas de aguantar niveles y niveles sin perder ni una sola vida. 

Luego es verdad que llegaba el mundo 5 (ambientado en los cielos) y ahí ya sí que me caía con todo el equipo y empezaba a tener problemas para mantener la dignidad. La dificultad aumentaba, y a un chaval de 8 años ya se le hacía muy cuesta arriba. 

Los cuatro primeros mundos los llegué a dominar de forma bastante solvente. Que también hay que reconocer que son los más facilitos jajajjajaa. Por eso digo que objetivamente tampoco es que fuera la repera limonera. Yo con mis ojos de adulto ya no veo esa proeza por ninguna parte (aunque sí me sigue ilusionando y aportando felicidad recordar esta experiencia del cumpleaños)

Los cuatro primeros mundos me los sabía de memoria. Aunque
como jugador era tirando a normalito, el conocimiento del juego
 me ayudó mucho esa tarde. Eso y la facilidad de estas áreas
hicieron el trabajo sucio jajjajajaa

Antes de empezar a jugar, establecimos unas normas/criterios. Cada uno de nosotros jugaría una vida. Al perderla, pasaríamos el turno y el mando al siguiente jugador. Todos de acuerdo.

Empezó el chaval del cumpleaños y se pasó la primera pantalla él solito. Luego en la segunda la pifió con un goomba y murió allí.

Los turnos se iban sucediendo rápidamente, ya que muchos de los compañeros no conocían la NES, y por tanto, no estaban acostumbrados a su control, y al más mínimo error perdieron su vida. Y luego,  había algunas niñas que no entendían ni papa de videojuegos y morían a los dos segundos. Cuando yo cogí el mando (os recuerdo que era el último) solo habíamos conseguido pasar las tres primeras fases. Yo sabía que en el nivel 3 había un silbato mágico secreto, detrás del área negra del final de la fase (había que estar unos segundos agachados sobre un bloque blanco para poder pasar por detrás del fondo oscuro). Sin embargo, me lo callé.


Aunque la fase 4 no era obligatoria para avanzar por el mapa, muchos compañeros se emperraron en jugarla y al ser de movimiento automático, cayeron al instante. Y por fin me llegó el turno. Un turno que empezó en la fase 1-4 y acabó en el nivel 5-3 (la torre espiral que comunica la parte de tierra con la parte de cielo del quinto mundo). Durante todo ese transcurso no perdí ni una sola vida. Yo creo que ha sido la mejor racha que he tenido nunca en Mario 3, y coincidió con el cumpleaños de este chaval jajajjjaa. Ni en mi propia casa llegó a batir esa marca.

Aquí empezó mi pequeño periplo aquella tarde. En el nivel 1-4

Y si tuve que poner fin a la partida no fue por perder una vida, sino porque vinieron mis padres a recogerme, ya que eran más de las 9 de la noche. Y además, lo tuve que dejar justo en el momento en el que las cosas empezaban a complicarse, y donde seguramente hubiera perdido vida, ya que a partir de la zona nubosa del mundo 5 era cuando comenzaba mi particular vía crucis con el juego, y las vidas empezaban a caer a raudales. 

Mis padres llegaron con el flotador a rescatarme en el momento justo jajjaja dejando a mis compañeros con el mejor sabor de boca posible, ya que estuve chupando consola toda la santa tarde. Alrededor de 3 horas. Yo creo que fue la única vez en mi vida que he tenido tanta gente viéndome por detrás jajjajajajaa. Yo que nunca estaba acostumbrado a tener éxitos en este tipo de cosas y tenía fama de torpe para las tareas manuales, no me había visto en otra.

Y al llegar a este punto del juego, justo después de escalar
la torre a las nubes del mundo 5 tuve que poner fin a mi
partida, de forma precipitada y sin haber perdido ninguna vida

Me acuerdo que mis compañeros al día siguiente comentaban la hazaña en la escuela: menuda partida te has marcado, casi tres horas sin morir, no se te dan mal los juegos....cosas de ese tipo. 

Al final, esa tarde jugué más tiempo que al chaval que le habían regalado el videojuego. Y como los compañeros lo que querían eran ver el mayor número de fases posible, me decían que siguiera jugando, a ver si llegaba al final y mataba a Bowser. 

Y yo pensaba: a ver si vienen mis padres ya, porque veía que me estaba acercando peligrosamente al mundo 5, que era donde empezaban mi calvario con el juego y no quería romper las ilusiones de nadie. Después del "honor" que me estaba gestando esa tarde delante de la clase, la acabaría desperdiciando en menos de un segundo al ser humillado vilmente por los obstáculos y los enemigos del mundo 5 jajajajjaaja. Por eso acabé donde tenía que acabar, en el mejor momento posible...¿No dicen que es mejor retirarse a tiempo antes que entrar en decadencia? Pues eso hice yo.

Y ahora que lo pienso: al chaval que le regalaron el Mario 3 se acabó comiendo media aventura sin haberla jugado él. Al pobre le quité el factor sorpresa, ya que esa misma tarde conoció una veintena de fases sin poder experimentarlas. Yo cuando juego a cualquier título por primera vez necesito sentir el goce del primer día. Me hace ilusión ver un escenario por primera vez, descubrirlo, pisar nuevos suelos...es como si estuviera viajando a un lugar que no conozco y enamorarme de su riqueza. 

Al chico le quité esa ilusión de golpe, ya que cuando jugó los cuatro primeros mundos ya sabían cómo eran después de verme a mí esa tarde jajjaa

Cuando el chico del cumpleaños jugara al día siguiente esto no
le resultaría tan novedoso, ya que me vio a mí pasar por aquí 

Y yo, a pesar de divertirme mucho aquella tarde, también estaba en vilo porque veía que yo tenía el mando todo el rato y me resultaba incómodo que nadie más lo cogiera. Y más tratándose de un juego nuevo. 

Me acuerdo que yo le decía a los compañeros...chicos, os paso mi turno, que llevo ya muchas fases y tampoco quiero yo ser el que monopolice esto. Pero ellos me animaban a seguir. Se pensaban que iba a ser así hasta el castillo de Bowser del mundo 8. Y yo diciendo entre mí...madre mía, estos se piensan que soy alguien jugando, cuando en realidad no soy nada, y luego menudo ridículo haré cuando empiecen las fases de la segunda parte del mundo 5.

Para intentar no sentirme culpable de acaparar toda la atención me acuerdo que cada vez que venía un juego de hacer parejas, alinear dibujos o abrir un cofre de Toad pasaba el mando a algunos de los presentes (para que al menos hicieran algo). Por lo menos, que alguien juegue los bonus!!!!!!! jjajajja

¿Alguien quiere jugar a esto, please?
Para mí resultaba incómodo acaparar el mando durante tanto tiempo
mientras había gente mirando

Me acuerdo que al empezar cada fase yo decía...seguro que en esta me matan, para así ir preparando mi posible fracaso posterior jajjajajaa. Y yo mismo veía que estaba cogiendo una racha que ni en mi casa. Se iban sucediendo las fases y seguía con mi primera vida sin gastar.

Pasé algún momento muy delicado allá por el mundo 3 cuando me tuve que enfrentar a los hermanos martillo siendo Mario pequeño en un escenario parcialmente inundado (donde el fontanero se movía muy lento). De chiripa conseguí salir vivo de ahí. Ese fue el momento que dije...hasta aquí llegué!!!! Pero no...pude aguantar otro ratico más.

Aunque esta imagen pertenezca a la versión de Super Ninendo, en este punto
la gesta estuvo a punto de irse a la M...No sé ni cómo logré salir vivo de aquí
siendo Mario niño. Ni yo mismo me lo creo. Yo ya estaba viendo el final

También hice uso de una nube para saltarme un nivel que odiaba con todas mis fuerzas: el 3-6, con movimiento automático de pantalla, y que siempre se me atragantaba, ya que había dos obstáculos muy traicioneros: unas plataformas que caían al vacío después de estar unos segundos sobre ellas, y unas aspas que no paraban de girar como si fueran molinos.

Este nivel me lo llegué a saltar con la nube. 

Y creo recordar que también llegué a utilizar un ala para pasarme volando la fase 2-6, ya que había un oasis secreto en lo alto del cielo, y para acceder a él había que ser Mario mapache, y como al empezar la fase solo era Super Mario...dije: uso el ala mágica para subir al oasis. Hacer esto me podía haber delatado de que conocía el juego de antes, pero me hice un poco el tonto. Por eso dije: anda, mira...ahí se ven unos bloques...¿Los rompo para ver qué pasa? (al romperlos abrías el acceso al oasis) jajajjaa. Se me notó bien el plumero aunque nadie se percató de que conocía el juego jajjajaaa

El famoso nivel del oasis. Con el ala de vuelo rompí los bloques que
aparecen al lado del número 2, y pude llegar a la parte superior que
estaba plagada de monedas. Eso solo lo puede hacer alguien que haya
jugado muchas veces al juego. Casi me delato!!!!!!!

Y luego lo típico: si venía un nivel que yo sabía que era un poco chungo (por ejemplo, el nivel 4-3 con los hermanos martillo gigantes) y era Mario pequeño, antes de empezar a la fase iba al inventario de objetos y utilizaba una flor, una seta o una hoja mapache para así transformarme en Mario grande, reforzarme un poco, y en caso de que me atacara algún enemigo tener una oportunidad más. Eso me ayudó a aguantar tanto tiempo sin morir.



Siendo un jugador "normalito" (del montón) conseguí esa tarde deslumbrar jajajajjajaa. No obstante, reconozco que se juntaron muchos factores a mi favor: conocía muy bien el juego, jugué los primeros mundos que son los más "fáciles", mis amigos nunca habían visto Mario Bros 3, a esas edades nadie entiende que los juegos poseen una dificultad progresiva, tuve que dejar de jugar cuando la cosa se complicaba seriamente (y ya no vieron mi vena patosa jajajjaa).

Si hubiera querido, podría haber alardeado de conocer el secreto de los silbatos mágicos...pero claro. Si lo llego a hacer, tendría que haberlos utilizado para llegar a los mundos más altos, que son los más endiablados (en dificultad). Ahí sí que me hubieran matado a la primera de cambio. 

Empiezo en el mundo 6, 7 y 8...y mi partida de 3 horas hubiera sido de medio minuto. Por eso, fui prudente y callé (lo mismo que oculté que conocía de antes el juego jajajja). 

Para mi defensa: yo no he mentido en ningún momento. Simplemente no he dicho toda la verdad jajajjajaa. No es lo mismo.

Seguro que en esta fase del mundo 7 no lo hubiera hecho tan bien. Hay
que reconocer que supe maquillar muy bien la situación dándolo todo
en los cuatro primeros mundos. Si llego a estar aquí no duro ni un telediario

Para mi yo niño de 8 años (y mis compañeros) esto se vendió como si fuera la proeza del siglo. Sin embargo, desde la mentalidad de mi yo de 32 años, es evidente (y justo) reconocer que esta hazaña fue más fruto del conocimiento y la constancia (tener requetemachacado el juego) que de talento o habilidad como jugador. Eso...y un poquito de picardía.

Yo no necesito tener nivel para disfrutar de un juego.  La pasión y el disfrute que siento por este mundillo es mucho más importante que ser un experto, un maestro o un Dios del cosmo videojueguil. Seguramente sea un desastre como jugador....pero la pasión siempre por bandera. Si no hay pasión, la vida sería un aburrimiento.

En fin...no quiero daros más la lata que bastante he escrito ya hoy y seguramente me llaméis cansino jajajjaja.

4 comentarios:

  1. Pues yo no me imagino un cumpleaños con niños de ocho años (igual con tres o cinco sí pero con ocho...) embobados jugando a la NES en pleno 1995 o 96 con la PSX ya en la calle cuando el juego se publicitó masivamente en España en las revistas en navidades de 1991.

    Saludos Regenerador. Te leo pero no se publican mis mensajes.

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    1. Muchas gracias. La verdad es que resulta curioso, pero en mi clase, nadie llegó a tener la Play Station. Casi todos los compañeros tenían la NES. Y yo, sobre 1996 era uno de los pocos afortunados que tenía la Super Nintendo (la cual ya estaba desfasada). Los videojuegos y las consolas eran muy caros. Entonces, siempre nos lanzábamos a por ellos cuando bajaban de precio, que era al final del ciclo de vida cuando apenas salían nuevos juegos. Entonces, nos conformábamos con adquirir a un precio más bajo juegos míticos varios años después de su lanzamiento. Me imagino que con este chico pasaría algo así. Se lo regalaron en el 95-96 y el juego es del 91. Al menos en mi entorno, siempre íbamos un escalón por detrás. Cuando di el salto a la Play 1 fue en el año 2001, cuando ya estaba la Play 2. En fin...siempre por detrás jajajjaa. La única vez que fui al compás de la actualidad fue con la Play 2. Y desde ahí me abandoné totalmente y me hice un apasionado de lo retro.

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    2. Yo he tenido ninguna consola de sobremesa (ahora tengo un Tv Box pero no sé si catalogarlo como tal XD) salvo la Atari 2600 que se compraron mis padres en 1981. Estuve a punto de comprarme la Megadrive y la SNES pero como solo había una tele y mis padres no me dejaban me compré la Game Gear (me tiré al menos tres años con dos juegos, el que venía y uno de oferta e intercambiando con un amigo) con un dinero de un familiar lejano.

      Con esto quiero decir que efectivamente muchos no nos podíamos permitir el alto precio de los cartuchos (también había quien alquilaba) pero por ejemplo, muchas familias tenían ordenador compatible PC y la diferencia con los juegos de NES era palpable. En mi caso desde 1991 teníamos un IBM para que mi padre trabajara en casa y la mayoría de los juegos que me llegaban a mí nos los copiábamos entre vecinos, amigos, etc (aunque esté mal reconocerlo, yo también compraba y los juegos eran mucho más baratos que los de consola). Por eso me asombra tanto lo que cuentas de la NES en esa época.

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    3. En mi casa nunca tuvimos ordenador hasta el año 2006, que fue cuando hice la Selectividad, me dieron la matrícula de honor y como el primer año de Universidad me salió gratis, con ese dinero que iba a la matrícula de la Uni me compré el ordenador. Eso sí...en 1996 o así, un amigo de mi padre nos regaló un Amstrad con un montón de juegos. El hombre lo iba a tirar pero como sabía que a mí me gustaban los juegos, pues me lo dio antes que deshacerse de él. Y qué regalo!!!!!!! Gracias a eso pude conocer este sistema y empaparme bien jiji

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