jueves, 30 de abril de 2020

Madd Dogg's Rhymes: una misión de infiltración en GTA San Andreas


La entrada de hoy va a estar dedicada a una de mis misiones favoritas de GTA San Andreas. Se titula Madd Dogg's Rhymes. 

El objetivo será adentrarnos en la mansión del conocido rapero-hiphopero de Los Santos y robarle la letra de una de sus canciones. Evidentemente, de la manera más discreta y silenciosa posible, sin llamar la atención del personal que vigila la casa. Esto significa que ante el menor atisbo de ruido o escándalo, fracasaremos en la misión y tendremos que volver a empezar. No nos pueden ver bajo ningún concepto.

El reto será propuesto por el excéntrico OG Loc, vecino y miembro de los Groove Street. Trabaja como chico de la limpieza en un Burger Shot, así que lo veremos ataviado con el uniforme laboral, fregona en mano, limpiando los retretes de la conocida franquicia de comida rápida. Fuera de su trabajo le encantaba mostrar su torso desnudo y sus tatuajes


En la primera parte de la misión debemos coger un vehículo y conducir hasta la entrada de la mansión, que se sitúa en el famoso barrio de Mulholland. Es una de las zonas más exquisitas y selectas de Los Ángeles. Se sitúa en la periferia, junto a las colinas de Vinewood. Veremos las típicas urbanizaciones de casas señoriales de varias alturas, con jardines y piscina. Las calles son estrechas y empinadas, y atravesarán las colinas de manera irregular. Aquí habita la jet set de la ciudad. Es el típico lugar que se me viene a la cabeza cada cuando veo la serie de Los chicos de Beverly Hills.


Conducir por la ciudad de Los Santos siempre es un placer, y al no tener presión de tiempo ni ser perseguidos por nadie, el primer trámite sale solo. Basta con no cagarla. Cuando hay que conducir de un sitio a otro, cuanto menos escándalo demos y menos llamemos la atención de la policía, mejor. Lo único que hacemos al atropellar a alguien, chocarnos con otro vehículo o atacar a alguien con un arma es complicarnos la vida.

Aparcaremos en la puerta de la mansión. Entraremos al interior, y la primera dependencia será el recibidor, con varias jardineras y mesas de adorno. Veremos a un vigilante de espaldas. Tendremos que acercarnos sigilosamente por detrás, sin hacer ruido, pulsando ligeramente la palanca de control, para que nuestros píes no suenen en el eco de la casa y no llamemos la atención del guarda. 

Como se nos ocurra pulsar al máximo el stick del Dual Shock, haremos ruido y el vigilante se percatará de nuestra presencia. Cuando estemos justo detrás de él (sin tocarnos), sacaremos el cuchillo y se lo clavaremos en el cuello. Con premeditación y alevosía jajajjaaja


La segunda habitación es la piscina interior, que se ubica en una enorme habitación con columnas. Un vigilante dará vueltas alrededor del estanque rectangular. Tendremos que cruzar la sala, teniendo en cuenta el movimiento del guarda, y cuando este se aleje de donde estamos, aprovechar para avanzar hacia delante. Si nos ocultamos en una esquina y esperamos a que llegue donde nosotros, podremos clavarle un cuchillo. Al ser la habitación oscura aprovecharemos las sombras de las columnas.


Llegamos a una especie de distribuidor, en el que encontraremos varias habitaciones relacionadas con el deporte y el ejercicio físico (un gimnasio con aparatos donde poder ejercitarnos, unos vestuarios...).

Si queréis vivir un momento surrealista y echaros unas risas, subiros a la cinta o poneos a hacer pesas. En medio de una misión tan importante y trascendental Carl Jonhson se nos pone chico fitness. Ya podía haber elegido otro momento para fortalecer sus parámetros jajajaja. A mí me resultaba tronchante aparcar el objetivo principal para ponerme a hacer ejercicio, que lo podía hacer en cualquier otro momento.

Cuando entremos al distribuidor veremos que un guardia se acerca a nosotros. Tendremos que escondernos en los vestuarios y esperar a que pase por delante. Luego cuando salgamos ya no estará y podremos seguir hacia delante.


La siguiente zona es la del bar. Veremos a un hombre fuerte armado detrás de la barra. Tendremos que agacharnos y pasar por debajo de la barra, para que no nos vean. Es quizá, la parte más sencilla de todas


Después, tendremos que pasar al lado de un muchacho que hay jugando a la videoconsola en un sofá. Aquí seremos testigos de uno de los momentos más curiosos de toda la aventura. Si observamos el aspecto del juguete electrónico, veremos que se trata de una especie de X-Box. Saltará una escena en la que veremos al tipo jugando y diciendo: ¿Cómo pudo Refractions crear una mierda así? Tanner, eres un paquete

Evidentemente, detrás de Refractions se encuentra Reflections, la compañía que creó la saga Driver para la Play Station. Unos meses antes de San Andreas salió la tercera parte de Driver, y se llevó críticas negativas por parte de prensa y público, debido a sus problemas de control y su elevada dificultad. 

Rockstar, que tiene un humor bastante ácido-satírico, quiso hacer un pequeño homenaje paródico y burlesco, en plan pullita. Al fin y al cabo, Driver y GTA pertenecen al mismo género y siempre han tenido que competir desde los tiempos de la 32 bits para acaparar el mayor público posible. En los tiempos de PSX (con los Grand Theft Auto en perspectiva cenital) venció Tanner, pero a partir de GTA 3 cambiaron las tornas y el público prefirió la saga de Rockstar.

Por eso, en GTA se habla con cierto desprecio de Tanner y se rién de la cantidad de fallos jugables que Reflections llevó a Driver 3


Y por último llegaremos a la zona del estudio. Si vamos por el pasillo principal, nos acabarán pillando ya que hay un guardia justo en la puerta de la sala de grabación. Tendremos que hacer un rodeo por las habitaciones de alrededor, para alcanzar el acceso al estudio y poder pillar al guarda por detrás, para clavarle el cuchillo. Todo esto, manteniendo el silencio y ocultismo más absoluto


Cuando lo hagamos, tendremos vía libre para entrar a la sala donde están los artilugios de grabación y la carpeta con las letras de las canciones


A partir de aquí ya podremos sacar nuestras armas. Tenemos permiso para ponernos en modo acción. Con las letras en la mano solo queda escapar de la casa haciendo el camino de vuelta, por los mismos sitios por los que hemos pasado, pero en sentido contrario. 

Si somos ruidosos alertaremos la atención de nuevos guardias, así que nosotros podemos decidir si ser discretos y seguir en modo sigilo, o por el contrario, liarla parda e ir a degüello, con todas las consecuencias, con el peligro de que vendrá más gente y corremos el peligro de que nos maten.

Si asesinamos a algún guardia después del robo de las letras nos darán una pistola silenciador, ideal para matar a los enemigos y no ser alertados. Eso sí, tendremos que tener mucha puntería y ocultarnos en los muros y paredes para que no nos vean.


Habrá que retroceder por el estudio de grabación, la cafetería, el gimnasio, la piscina y el hall.


En la puerta de entrada encontraremos una bicicleta, que nos servirá para escapar por la rampa de salida.


La última parte de la misión consiste en devolver el libro a OG Loc en la hamburguesería en la que trabaja. Os vais a reír, pero yo la cagué aquí la primera vez que jugué. En la parte más fácil. Solo tenía que conducir de forma discreta, sin cagarla, hasta el destino.

¿Qué fue lo que me pasó? No me apetecía conducir la bicicleta. La veía muy lenta. Así que yo, más chulo que un ocho, y super contento tras el esfuerzo de haber pasado la parte más dura de la misión, y ya con las letras en mi poder, dije: voy a coger un vehículo más rápido para volver al burger. Y me relajé, como si hubiera superado la misión (cuando todavía no había acabado). Hasta que no llegue al burger, no se considera la misión acabada.

Total, me bajo de la bici, y robo el primer coche que veo, sin percatarme de que me estaba viendo un policía que pasaba por la calle. En cuanto me subí al vehículo se me encendió una estrella de búsqueda, y cuando me quise dar cuenta tenía al poli delante de mí. No me dio tiempo a hacer nada. Me puse nervioso y me choqué con el coche de delante. Al final, el guardia me sacó del coche, me trincó y arrestado. Resultado: misión fallida, y de la manera más tonta.

La parte de infiltración que es la más difícil la bordo (y encima a la primera), y luego resulta que por robar un vehículo en el regreso, me acaban arrestando de la manera más tonta. Un buen zasca. Imaginad la cara que se me quedó. Y para más inri, en los siguientes intentos fracasé en la parte que antes me había salido bien (la infiltración). Manda narices jajajjaa.

Eso sí, cuando logré salir de la mansión ya no se me ocurrió robar un coche. Hice el camino en bici. Más sano jajajjajajajaa



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