La entrada de hoy va a ser una de las más personales desde que empecé con el blog allá por el mes de mayo, ya que está dedicada a recordar aquellos juegos que sirvieron de nexo de unión con los seres que me dieron la vida.
Aunque mis padres no eran muy partidarios del mundo de las consolas (algo por otra parte normal, ya que la generación de los sesenta no pasó su infancia entre pantallas como nosotros jajajjaaj), había veces que si algún videojuego concreto les gustaba, no les importaba, de vez en cuando, echar alguna partidilla conmigo, y matar el rato de ocio jugando con la "maquinita" (como ellos decían) y de paso, pasar un momento agradable y placentero toda la familia reunida.
Para mí, la familia es lo más importante que tengo junto a mis amigos. Sin ellos, yo no soy nada. No somos conscientes del tesoro que tenemos entre manos. Esos momentos de unión y amor son oro puro. Por eso, la entrada de hoy va a estar dedicada a recordar aquellos títulos que durante horas contribuyeron a reforzar ese amor incondicional por la familia. En este caso, mi familia. Espero que os guste!!!!!!!!!!!!!!!
PHARAOH'S CURSE
Era el juego favorito de mi madre cuando me regalaron la Atari 2600. Aunque pueda resultar raro que una persona como mi madre que es bastante reacia a las nuevas tecnologías se acabe picando a un videojuego, hay que reconocer que este título de Technovision del año 1983, consiguió inquebrantar lo inquebrantable jajajjajja
La acción se desarrolla bajo tierra, en una zona subterránea del desierto (en el fondo de pantalla aparecerá la esfinge de Gizeh). El protagonista es un excavador que con pala en mano deberá retirar toda la arena del subsuelo hasta que quede completamente limpio.
La forma de hacerlo es muy sencilla: toda la pantalla está cubierta de tierra. Nuestro personaje tendrá que pasar por encima de ella. A medida que la vaya pisando, la pantalla se quedará limpia. Tendremos que pasar la pala por todos los rincones, alturas y lugares hasta que la arena desaparezca (el fondo de pantalla quede completamente negro)
Y aquí llega una de las curiosidades. El fondo de pantalla a medida que se limpia se va quedando de color negro. En aquella época yo tenía 4-5 años. ¿Había algún elemento del mundo real, que formara parte de mi entorno cercano y que fuera también negro? Pues sí: la pizarra de la escuela, en mis clases de Preescolar.
Por eso, yo veía que el fondo negro era como el de una pizarra. Y al final, en mi casa, acabamos llamando a este juego La pizarrilla jajajjajaja. Fijaos la inocencia y la ingenuidad con la que veíamos esto de los juegos hace 30 años!!!!!!!!!!!!!! El comportamiento de la mente infantil es increíble.
A medida que nos movemos por debajo de la tierra, el protagonista irá creando túneles, surcos y galerías subterráneas, parecido a lo que vimos en Dig Dug. Con un poco de creatividad, podíamos acabar haciendo dibujos sobre la arena jajajja. Yo recuerdo hacer formas extrañas y vistosas.
Nos encontraremos con dos enemigos muy feos en el subsuelo: una serpiente y una araña. Estos dos bicharracos aprovecharán los huecos que vayamos abriendo en la arena, y en cuanto vean una galería abierta, se desplazarán más rápido y empezarán a perseguirnos hasta atacarnos y matarnos.
Podemos enfrentarnos a ellos usando una pistola, o aplastándoles con una roca. Al atacarlos, quedarán agonizando unos segundos frente a nosotros, retorciéndose por el dolor...ni se os ocurra rozaros con ellos. Aunque estén a punto de morir y no se muevan, entrar en contacto con ellos supone perder una vida. Por supuesto, los enemigos muertos resucitan a los pocos segundos y seguirán dándonos la lata hasta el final.
Por cada cuadradito de arena que vayamos limpiando nos irán dando puntos. El atractivo del juego es sumar la mayor cantidad de puntos posibles sin agotar las vidas
TETRIS
Si tuviéramos que elegir un juego para definir a mi padre, ese sería el Tetris. La cantidad de horas que se habrá pasado intentando superar sus propios records. Primero en la NES, y luego se compró la típica maquinilla de la tienda de los chinos que llevaba incorporada diferentes versiones del mítico juego. Esa máquina no paraba de rular por la casa, por la cocina, el comedor, el cuarto de baño...incluso mi madre también llegó a jugar.
Recuerdo estar muchas noches en casa viendo la tele, y si a mi padre no le interesaba mucho el programa que ponían ese día, se tumbaba al sofá y se ponía a hacer líneas con el Tetris. Había veces que desde el principio empezaba a jugar en velocidad máxima, ya que los primeros niveles se le hacían soporíferos al ir tan lento. Otras veces, él mismo colocaba las piezas mal adrede para complicarse un poco la partida y darle algo más emoción. Incluso llegó a jugar a una versión con piezas mucho más complejas y difíciles de encajar.
Todavía recuerdo la imagen de mi madre teniendo que apagar el televisor a mi padre porque era hora de salir de casa, y mi padre diciendo...qué pena más grande con lo bien que iba...esto iba para record jajjajajjaa
Durante mi etapa de Super Nintendo las partidas al Super Mario Kart con mi padre fueron un clásico. Lo recuerdo como si fuera ayer. Yo me cogía a Koopa Troopa. Él. a Toad. Y siempre jugábamos el Mushroom Cup (primero en 50 cc, luego en 100 cc, y cuando las victorias resultaban demasiado fáciles, al 150 cc).
En los juegos de conducción mi padre era poco amigo de memorizar nuevos circuitos, así que se aprendía el trazado de 4 o 5, y en esos siempre jugábamos. Mario Circuit 1, Donut Plain 1, Ghost Valley 1, Bowser's Castle 1 y Mario Circuit 2 fueron los cinco circuitos que mi padre llegó a conocer al dedillo.
Recuerdo la especial antipatía que sentía mi padre por Donkey Kong. Al ser el conductor más gordo, era el que más espacio ocupaba en la carretera, y cada vez que había de adelantarlo para doblarlo, muchas veces se acababa chocando con él y el gorila le daba un codazo que le hacía perder velocidad a mi padre, el cual llegaba a decir que el tipo ese le tenía manía ya que siempre se chocaba con él jajajjajaa Qué recuerdos!!!!!!
Cada vez que adelantaba a Yoshi, mi padre le llamaba "el de la lengua" (ya que Yoshi en su diseño de Super Nintendo siempre estaba sacando la lengua, y la tenía muy larga). A Peach la llamaba "la chica" (normal, era la única fémina del grupo de conductores). Como Mario y Luigi usaban con mucha frecuencia la estrella de invencibilidad, cada vez que mi padre les veía usarla decía..."ya están brillando otra vez los cansinos estos" jajjajajaa
Resulta curioso, pero cuando compré el Mario Kart 64, mi padre no llegó a picarse como en la Super Nintendo. Nunca quiso jugar. El hecho de que los personajes tuvieran voces y hablaran durante la carrera (Mario no paraba de decir Mama mía, Luigi Yuhuuuuuu, Donkey Kong gruñía....) mi padre decía que le volvía la cabeza loca y no podía con juegos tan ruidosos.
BURNOUT 2: POINT OF IMPACT
En mi época de Play Station 2, los piques al Burnout 2: Point of Impact hicieron historia. A mi padre le gustan las cosas sencillas...y un juego con un control fácil e intuitivo, unas carreras que se beben solas gracias a su increíble sensación de velocidad y apartado gráfico...hizo que Burnout se ganara el beneplácito de mi progenitor.
Eso de esquivar tráfico real durante las carreras le resultó muy llamativo a mi padre. Acostumbrado a juegos de coches más convencionales, le llamó la atención este concepto de conducción. Se aprendió 6-7 circuitos que era los que siempre jugábamos. En este juego llegaba a haber tramos comunes a varios circuitos, así que eso facilitaba mucho la memorización.
Todavía recuerdo los rankings del juego, donde él y yo nos alternábamos el liderazgo de los records. En unos circuitos el puesto 1 lo ocupaba "Ángel" y en otros, "Papá" (que era el nombre que nos poníamos en el juego). Y los liderazgos iban y venían como la espuma, y se alternaban las rachas.
PINBALL
El juego favorito de mi madre en la NES. Incluso ahora con el emulador de vez en cuando se lo pongo para recordar viejos tiempos.
El objetivo es evitar que la pelota se caiga por los hoyos. Para eso, tendremos que impulsarla con unas palancas, para mantenerla el máximo tiempo posible en el aire. El tablero consta de dos alturas. Si nos caemos por el agujero del primer tablero no pasa nada, ya que iremos al piso de abajo, al segundo tablero. Si en este segundo tablero la bola se nos va por el agujero...ahí sí que perderemos una vida de forma definitiva.
Los tableros estarán lleno de obstáculos que impedirán a la pelotita moverse con total libertad, pero también nos ayudará a subir puntos: señales de tráfico con efecto rebotador, huecos pequeños donde si colamos la pelota nos darán puntos extra, varias cartas de poker que habrá que destapar, huevos con sus pollitos, un bonus protagonizado por Peach y Mario, algunas clavijas con números del 1 al 7, un muelle que nos servirá para golpear la pelota con fuerza, unas foquitas muy simpáticas...
A veces la pelota es muy traicionera y rebotará muy rápido en los obstáculos, los cuales tenderán a empujarla hacia los agujeros. En ocasiones, nos podíamos pasar media hora con la bola sin que se cayera. Y otras, no te duraba ni 20 segundos. Es curioso, pero en este juego todos hemos sido capaces de lo mejor y de lo peor al mismo tiempo.
A medida que sumamos puntos, la dificultad aumentará. Por ejemplo, llegará un momento en que las palancas se hagan invisibles. Aunque también disfrutaremos de ayudas. Por ejemplo, si destapamos las cinco cartas, una bola gigante se pondrá en medio del hoyo para que nuestra palota no pueda caer por él.
GRAN TURISMO 2
El clásico de Polyphony Digital no podía faltar en este homenaje familiar. Realmente, mi padre solo se aprendió un circuito, que fue el único en el que jugábamos (Mid-Field Raceway). Y además, siempre con el mismo coche: el Escudo Pikes Peak (que no es moco de pavo). Como veis, buen gusto tenía eligiendo jajajjaja.
Alguna vez intenté que probara circuitos nuevos, pero al ser un juego tan exigente y técnico, fue muy complicado poder ampliar horizontes, así que me tuve que conformar con lo que había. De tantas veces que jugué este circuito me lo acabé sabiendo como la palma de mi mano. Prometo que algún día dedicaré una entrada a este escenario
FIFA 2004
Yo no soy muy futbolero...lo reconozco, pero si es para pasar un rato entrañable con tus padres, hago lo que sea. Al final, con la persona adecuada, cualquier cosa del mundo por muy distinta que sea a los intereses se hace apasionada. Y el mayor atractivo de los juegos de fútbol fue jugarlos con personas a las que quieres tanto. Y le acabé cogiendo el gusto al género. Y hoy, cada vez que desenfundo la Play 2, no es raro que mis manos se vayan a la caja del Fifa 2004
A mi madre también le resultaba curioso el Fifa, aunque fuera por otros motivos. El hecho de escuchar a Manolo Lama y Paco González narrando el desarrollo de los partidos, en perfecto castellano, y encima, de manera coordinada a lo que iba ocurriendo...dejaba a mi progenitora con la boca abierta. Si parece la radio!!!!!!! (me decía ella).
Y luego, el hecho de recrear las caras de algunos de los jugadores más famosos del momento, también resultaba llamativo.
Recuerdo que en 2004, el Real Madrid fichó a Beckam. Fue el fichaje estrella de esa temporada. Y como es lógico, Fifa no podía dejar pasar por alto un hecho así, y el jugador inglés fue uno de los elegidos para poder plasmar su cara en el juego. Por eso, cuando la cámara enfocaba de cerca en las repeticiones a los jugadores...mi madre se quedaba asombrada y decía...pero si es Beckam!!!!!!! Qué cosas!!!!!!!
Aunque fuera por cuestiones estéticas y/o auditivas, mi madre también llegó a ver con buenos ojos este título, aunque nunca se atreviera a tocar el mando. Mi padre en cambio, sí jugaba conmigo partidos al Fifa 2004, y llegaba a ganarme muchas veces. Todo un honor poder ser vencido por tu propio padre!!!!!!!
SINGSTAR
El juego favorito de mi madre cuando yo jugaba a la Play 2. El hecho de no tener que utilizar el mando quizá incentivó a ello jajjajajajaa.
Singstar revolucionó el concepto de los videojuegos. El hecho de enganchar unos micrófonos a la consola y usarla como si fuera un Karaoke fue todo un pelotazo en su momento. Junto a la cámara de Eve Toy Play se convirtió en uno de los periféricos más exitosos y aclamados para cualquier evento social-familiar.
Yo sucumbí a la moda de aquellos años. Lo reconozco. Soy humano. Cuando veía en las revistas que existían juegos de cante, dije: cómo me gustaría tener eso en casa para pasarlo bien con la familia. Y al final, después de mucho pensármelo, dije: ya está decidido. Este mes me compro el Singstar. Primero, el capítulo Party (con los micros). Y luego, el Pop. Evidentemente, que tuvieran el mayor número de canciones en español jajjajaja
Yo soy una persona excesivamente tímida y cortada. Me cuesta abrirme y llegar a la gente, pero cuando estoy con las personas que quiero, me siento como pez en el agua y soy capaz de disfrutar con juegos sociales como Singstar. Y no me siento mal por hacer el tonto, y ponerme a cantar (o mejor dicho, desafinar) si estoy acompañado de gente que me da tanto amor. Por eso, tengo tan buenos recuerdos de esta saga. Y como se trataba de canturrear y no de manejar un mando, pues mi madre también se animó y nos pegábamos nuestros momentos de risa y juergas
Y además, algunas canciones eran muy conocidas. En el Party recuerdo temas como La Lola de Café Quijano, Chiquilla de Seguridad Social, La chica de ayer de Nacha Pop, Un beso y una flor de Nino Bravo, Ying Yang de Jarabe de Palo o Rosas de La Oreja de Van Gogh.
En el Pop había temas como El universo sobre mi de Amaral, la canción de la serie Los Serrano (que en ese momento estaban en pleno éxito), Caminando por la vida de Melendi (en una época en la que todavía no era coach de talents show y teníamos una imagen demasiado gamberra de él), La culpa fue del cha cha cha de Gabinete Caligari...
Prometo que un día hago una nueva entrada en la que repasaremos a fondo los repertorios de estos juegos.
Los juegos deportivos de la NES eran una opción segura para atraer la atención de mi padre. Estos dos clásicos (Baseball y Tennis) venían en el mítico recopilatorio "100 in 1" de la clónica de Nintendo que llegó a mi casa cuando yo tenía 6-7 años. Un detalle que todavía tengo grabado en la mente era la música. Los dos juegos compartían la misma melodía en la pantalla de título. Incluso mis primos también eran asiduos a estos dos clásicos jajjajajaja
CONTRA
A mi padre solo le gustaban los juegos de conducción, deportes y puzzles (tipo Tetris). De ahí no lo sacabas. No quería saber nada ni de aventuras, ni de acción, ni de rol, ni de terror. Por eso, a mí me resulta (todavía hoy) extraño que llegara a jugar conmigo al Contra. Un título, que a priori, no encaja con sus gustos.
Había un modo cooperativo, en el que los dos jugadores debían avanzar, a la vez, por los diferentes escenarios derrotando a todos los soldados habidos y por haber. Cada fase culminaba con el enfrentamiento con un jefe final. Cuatro manos hacen más que dos, y en un juego lleno de enemigos que no paran dar darnos por todos los lados, el modo a dos dulcificaba y suavizaba la curva de dificultad.
De vez en cuando se producían desencuentros en el avance de la pantalla, ya que si uno de nosotros se quedaba atrás, el otro no podía seguir avanzando hacia delante. Esto tenía consecuencias sobre todo en la fase 3 (la montaña), que tenía una disposición en vertical. Como alguno de nosotros se quedara un poco retrasado en las partes bajas de la ladera, y el otro se adelantara en su subida, el jugador rezagado podría morir aplastado por la propia pantalla.
DUCK HUNT
El mítico juego de cazar patos generó un consenso en toda la familia ya que se adaptaba a los gustos de los tres. Se nos pasaban las tardes enteras poniendo a prueba nuestra puntería con la pistola de luz (la Nintendo Zapper) que era compatible con la NES.
Y si el tema de matar patos puede resultar demasiado dañino y cruel, siempre nos quedará el tiro al plato, que era el otro modo de juego, que sustituía a los animales por un elemento inerte.
Además, como un tío mío era muy aficionado al tiro al plato, pues este juego siempre nos llamó la atención.
La mecánica era muy sencilla. Debíamos apuntar con la mira de la pistola a los objetivos que aparecían por la pantalla (patos o platos), y disparar para pegar el tiro. Al principio, es relativamente sencillo, pero poco a poco los objetivos cruzarán por la pantalla a gran velocidad. Si en cada ronda conseguimos acertar los 10 objetivos que nos proponen (sin fallar ni uno), nos darán un bonus extra. Yo recuerdo jalear a mis padres (y ellos a mí) cuando solo nos quedaban dos o tres para hacer la ronda perfecta...vamos...solo dos más!!!!!!! Oe, oe!!!!!
Y por supuesto, las risas que nos echábamos con el perro de caza que nos acompañaba en nuestras correrías. Si disparábamos bien, nos felicitaba. Y si lo hacíamos mal y no acertábamos ningún objetivo, se descojonaba en nuestra propia cara sin cortarse ni un pelo.
Estos han sido los juegos que han marcado las horas de diversión con mi familia. Y me hacía ilusión desde hacía tiempo crear una entrada en la que aparecieran sagas que han sido tan importantes en mi vida.
Al y al cabo, detrás de cada juego no solo hay un pasatiempo, sino también emociones, amor, cariño y grandes momentos que se quedan tatuados en el alma y nunca se van a olvidar. Y eso es lo que al final merece la pena. La vida son dos días. Y hay que pasarla con las personas que queremos. Y nuestros padres se merecen lo mejor después de todo lo que hacen por nosotros. A mí, muchas veces, me han criticado por estar demasiado pegado a mis padres y no despegarme de ellos. Pues para mí es todo un orgullo recibir esas críticas!!!!!!!!!!!!!!
Seguro que vosotros también tenéis grabados esos momentos de amor familiar en el que los videojuegos pueden formar parte. Sería muy bonito poder compartirlos.
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