miércoles, 11 de marzo de 2020

El Yellow Switch Palace de Super Mario World: el santuario de las monedas


¿Recordáis los famosos palacios de colores de Super Mario World? A lo largo y ancho del extenso mapeado del juego nos íbamos a encontrar hasta cuatro edificaciones diferentes: una amarilla (en la isla de Yoshi), otra verde (en Donut Plain), una tercera roja (en Vanilla Dome) y una última azul (en Ilusion Forest).

Eran niveles muy breves y sencillos, que se podían pasar en menos de 20-30 segundos. Normalmente, constaban de dos pantallas: una primera, con algún enemigo/obstáculo facilito; y una segunda, que era una larga galería que nos llevaba a un interruptor gigante. Si lo pulsábamos, todos los bloques invisibles del color del palacio se volvían visibles en el resto de niveles del juego y podían ser utilizados para obtener algún objeto, o apoyarnos en ellos para alcanzar una zona secreta


Los bloques verdes nos daban plumas. Los amarillos, setas. Los azules y los rojos servían para acceder a lugares altos o crear suelos


De todos ellos, el palacio amarillo fue mi debilidad. No lo puedo negar. Es un nivel del que guardo muchísimos recuerdos, ya que en él solo te pueden pasar cosas buenas: no hay hoyos para caerte, ni enemigos que nos ataquen, ni trampas donde picar, ni pinchos, ni jefes finales, ni aplastamientos por avance automático de pantalla...la única forma de perder una vida en Yellow Palace es dejar correr el tiempo y que el contador llegue a 0. Alguna vez lo he hecho de coña, por hacer la gracia...morir en Yellow Switch Palace!!!!!!!!!!

Al estar situado en el mundo 1, nos iba a suponer una fuente importante de vidas extra en estos momentos iniciales del juego.

Lo único que nos íbamos a encontrar al acceder a palacio era una sala enorme y vacía, a dos alturas, con un bloque P en el punto de inicio. Al pulsar dicho bloque la estancia se llenará de monedas, de arriba a abajo, sin ningún hueco vacío, todo ocupado por oro. Teníamos alrededor de 20 segundos para coger todas las coins que pudiéramos...que se oyera bien el tintineo del metal!!!!!!!!!

Así da gusto!!!!!!!!!!!

Se trata de moverse por la sala como si no hubiera un mañana, para todos los lados y para todas las alturas, aprovechando al máximo el poquito tiempo que nos daban (que siempre se hacía corto) y ponernos morados a dinero...una bacanal monetaria es para disfrutarla. Es una de las pocas ocasiones del juego en que tenemos licencia para inflarnos a monedas. No la dejéis escapar!!!!!!!!

Lo normal es que durante esos segundos que nos daban para recoger monedas pudiéramos sumar a nuestro marcador hasta 2 ó 3 vidas extra (ya sabéis que en Mario World 100 monedas equivalen a una 1 vida). 

Evidentemente, no vamos a poder agarrar todo el dinero, ya que el tiempo que nos dan es limitado. Cuando el efecto de las monedas se acabe, un sentimiento de vacío invadirá nuestros corazones: qué pena que se haya quedado tanta pasta sin recoger...qué desperdicio!!!!! Y encima, solo podíamos jugar una vez al palacio amarillo en toda la aventura. Al menos en los castillos, fuertes y casas encantadas nos dejaban repetir el nivel (pulsando R y L a la vez en el mapa), pero en los palacios de color solo en una ocasión. Mecachis en la mar!!!!! Ojalá nos hubieran dejado entrar cada vez que quisiéramos para poder sumar vidas por la cara.

Lástima que este sueño dure tan poco

Del palacio amarillo también guardo una anécdota bastante curiosa en el modo multijugador. Yo tenía un compañero de colegio con el que jugaba bastante a Mario World. Cada vez que empezábamos una partida desde cero para dos jugadores, siempre surgía el mismo tema/polémica/controversia/debate: ¿Quién de los dos va a jugar el palacio amarillo?  

Como solo se podía jugar una vez en todo el juego, está claro que uno de los dos tenía que quedarse sin catarlo. Y un nivel con tantas monedas era un caramelito demasiado dulce para dejarlo pasar, así que los dimes y diretes estaban a la orden del día, ya que los dos queríamos jugarlo. 

La cantidad de minutos, esfuerzo, voz y aliento que habré perdido por querer entrar al palacio!!!!!. Las discusiones se sucedían una tras otra: lo juego yo, me decía mi compañero. Tú siempre lo puedes jugar solo cuando quieras. Déjame a mí para una vez que vengo. 

¿Queréis saber como acababa el culebrón? Pues muy fácil...al final, ni uno ni otro entrábamos al palacio amarillo. Nos enzarzábamos en el no de críos de 8 años, y al final, la casa sin barrer y los bloques amarillos del juego sin aparecer jajajajjajaa

Si recordáis cómo era el mapa del mundo 1 de Super Mario World, nosotros empezábamos en la casa de Yoshi, que era el centro de la isla. De la morada del dinosaurio salían dos caminos: uno hacia la izquierda, y otro hacia la derecha. El de la izquierda llevaba al nivel 1-1, y después de completar este, una escalera nos elevaba a la colina donde se encontraba el palacio amarillo. Y ahí se cortaba este itinerario. Teníamos que retroceder. El camino de la derecha llevaba a los niveles 1-2, 1-3, la fortaleza 1 para después enlazar con Donut Plan (mundo 2). Era el camino que nos permitía avanzar hacia los mundos siguientes

El nivel de la izquierda se quedaba siempre sin jugar
para que nuestro rival no pudiera jugar al palacio amarillo
y así evitar que se llevara las monedas

¿Qué era lo que hacíamos mi compi y yo? Olvidarnos del camino de la izquierda. Pasar de él. Si a alguno de nosotros se nos ocurría ir por la izquierda y completar el nivel 1-1, cuando el turno pasara al otro jugador (después de ganar un nivel, el control cambiaba de manos y le tocaba al rival), este tenía vía libre para entrar al palacio amarillo. 

Así, si nadie completaba el nivel 1-1, ninguno podría entrar al palacio amarillo. Solo por el hecho de que el otro no pudiera acceder al palacio amarillo e inflarse a vidas, éramos capaces de dejar desierto el nivel 1-1. Esta primera fase se quedaba sin jugar, y al final, siempre nos íbamos por el camino de la derecha. En fin...los típicos piques entre niños jajjajajaa Esta anécdota del palacio amarillo os la tenía que contar porque es que nunca se me olvida. 

Ahora con los años te das cuento de lo absurdos e ingenuos que éramos: pelearnos para que el amigo no se llevara vidas extras, cuando en el resto de fases de Mario World era relativamente fácil ganar 3-4 vidas (y en esas no surgían piques). Si vamos al nivel 1-2, con conseguir las 5 monedas de Yoshi, derribar la hilera de Koopas del inicio del área y conseguir los dos champiñones verdes que hay dispersos...con eso ya tenemos más vidas que en todo el palacio Amarillo. Pero claro ver la sala llena de monedas era muy efectista y pomposo y llovían las hostias por querer jugar y tener el honor de pulsar el interruptor.

Las vidas de la discordia

Por cierto...había un método totalmente legal y limpio para poder conseguir todas las monedas del palacio Amarillo. Requería un poco de mañana y habilidad, pero con un algo de práctica, funcionaba. Realmente esto lo hice ya de adulto en un emulador. De niño me faltaba esa picardía y esa astucia que todos los jugadores ganamos con los años.

Os cuento el método. Hay que entrar al palacio amarillo montados en Yoshi y acercarnos al interruptor P. Cuando pulsamos/pisamos un interruptor P, lo normal es que durante unos segundos, los restos del botón aparezcan aplastados/despachurrados/achatados/aplanados sobre el suelo. Pero solo durante unos instantes. Después, acabarán desapareciendo.

Si somos lo suficientemente hábiles podemos hacer que Yoshi se lleve a la boca los restos del interruptor (sin tragárselos...solo manteniéndolos en la cavidad bucal). Pero hay que hacerlo rápido, antes de que desaparezcan los restos. Si conseguimos que Yoshi se coma los restos aplastados del interruptor y después los escupa, un nuevo y flamante interruptor P saldrá de su boca. Si lo pulsamos, podremos mantener las monedas del palacio amarillo durante más tiempo. Podremos repetir el proceso las veces que queramos, y así nos dará tiempo a desvalijar todo el palacio amarillo. 

Ese era el sueño de cualquier jugador de Mario World!!!!!!!!!!!!! He hecho un video para que lo veáis:


Gracias al palacio amarillo, todos los bloques amarillos invisibles del juego se hacían visibles. Si los golpeábamos, nos daban un champiñón rojo (para crecer) y 1000 puntos, que no está nada mal. 

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