domingo, 29 de marzo de 2020

Flicky (Megadrive): un juego con pájaros en la cabeza y mucha influencia en la historia de Sega


Hoy vamos a recordar un juego de Sega, que vio la luz en el año 1984 para las máquinas arcade, y en 1991 para la Megadrive, pero por circunstancias de la vida, no lo llegué a probar hasta 2005 o así, cuando accedí a él gracias a la antología de Sonic Mega Collection Plus para la PS2, que era una recopilación de los mejores juegos del erizo de la época de la Megadrive y la Game Gear.

Uno de los juegos secretos/ocultos del pack (que no tenían nada que ver con la mascota de Sega, y era una especie de extra/regalo/complemento/recompensa, por haber superado las aventuras principales de Sonic) era el Flicky. Y me encantó. Todo hay que decirlo. Y desde que instalé el Emulador Fusion en mi ordenador, casi siempre tengo que echar una partida. Y aprovechando que estos días de encierro mi amigo Marce me ha hablado tanto de su pajarillo (que es una preciosidad) me viene como anillo al dedo recordar un título como este.


El protagonista es un pájaro azul de nombre Flicky. Se moverá por una serie de escenarios que constan de varias alturas/pisos. El objetivo será recoger todos los polluelos (llamados chirp) que encontremos a lo largo de las fases y guiarlos a la puerta de salida del nivel. A medida que recogemos los pollitos estos se pondrán detrás de Flicky y le seguirán allá donde vaya. Si somos habilidosos, llegaremos a tener detrás de nosotros hasta seis pollos corriendo, dibujando una estela tras la cola.

La mecánica es sencilla: desplazarse, saltar de un piso a otro (para bajar o subir), recoger los polluelos, y llevarlos a la puerta de EXIT. Podemos llevarlos todos juntos, de uno en uno, o en pequeños grupos (como queráis). Total libertad. Eso sí...de cara a la puntuación se premia más hacer todos del tirón que a trompicones.

Dicho así, suena muy fácil. Está claro que tiene que haber enemigos que hagan un poco más interesante este planteamiento. Y es aquí cuando entran en juego los gatos Tiger y las iguanas Iggy. Estas criaturas merodearán por el escenario, saliendo de sus madrigueras, dispuestos a amargarnos la vida de dos maneras:

-Uno, chocándose con nosotros. Como uno de los gatos o iguanas se rocen con Flicky, perderemos una vida

-Dos, buscando romper la cadena de polluelos. Si un enemigo se choca con los pollitos que van detrás de nosotros, estos se separarán del grupo, y tendremos que volver a recogerlos para que se unan a nosotros, y llevarlos hasta la salida.


A medida que avanza el juego, habrá tantos enemigos que será una locura mantener a todos los pollitos juntos. Habrá veces que un gato se meta en medio del grupo, y algunos pollitos se dispersen, y cuando nos demos cuenta diremos...¿Dónde diablos están? Nos tocará volver a pasar por sitios ya pisados para recogerlos. 

A veces, somos conscientes de que se han ido de la fila, pero tampoco tenemos margen de movimiento para recogerlos en ese momento (corremos el peligro de chocarnos con un gato y perder una vida, siendo peor el remedio que la enfermedad). 

Por eso, yo muchas veces decía "luego ya los recojo"...prefiero ir sobre seguro a una zona con menos gatos y meter en la puerta a los pollitos que ya tengo, y después regresar a por el resto de polluelos perdidos, aunque se tenga que perder más tiempo en viajes y paseos, y nos den menos puntos. A veces es mejor sacrificar puntuación y no perder vidas.



No obstante, la excelencia en este juego tiene premio. Si al final de la fase 10 conseguimos la friolera de 240.000 puntos (alcanzar esto requiere una perfección y rapidez absoluta...coger todos los pollos sin pararse ni a respirar, que no se separen del grupo y llevarlos a la puerta de salida en menos de 20 segundos), podremos ver una imagen un poco subidita de tono, que en aquellos años era todo un escándalo: una chica en biquini jajjajajaa. 

Hoy, en pleno 2020 hemos visto ya tantas cosas que una escena así pasaría desapercibida (estamos curados de espanto jajajaj), pero en los años 80 y 90 ver a una chica luciendo palmito era algo fuera de lo común. Como ocurre en todos los arcade de la época, el atractivo de este juego consiste en ir superando nuestros propios records y puntuaciones.

En diferentes puntos del escenario encontraremos objetos arrojadizos como maceteros, teléfonos, taburetes o aceiteras, que podemos arrojar a los enemigos, para alejarlos de nosotros y devolverlos a sus madrigueras durante unos segundos y así despejar un poco el escenario de gatos.

De vez en cuando, cada cierto número de fases, se activaba un bonus que consistía en cazar con una red varios pollitos al vuelo, que lanzaban al aire unos gatos en unas catapultas.


El control es muy sencillo: salto, derecha e izquierda (no hay más). Lo que no me gustaba mucho era la tendencia a derrapar del pajarillo protagonista. Le faltaba un poco de agarre, así que muchas veces, cuando queríamos cambiar de dirección después de ir como un rayo, le costaba girar y, nos podíamos acabar comiendo a un enemigo sin darnos cuenta, y estamparnos con él.

La música del juego era una delicia. Sus primeros acordes/compases me recordaban a un villancico navideño. En general, era muy alegre y simpática, y después de apagar la consola todavía seguía en mi mente la melodía. 

Todavía recuerdo el soniquete que se escuchaba cada vez que metíamos a un polluelo en la puerta de salida. Era como unos tintineos que se encadenaban formando una escala musical ascendente, por cada pollito que metíamos. Si introducíamos los seis pollos juntos, sonaba un ascenso musical perfecto, de grave a agudo. Me encantaba escucharlo...daba un gustillo jajajjaa


Gráficamente, en cada fase predominaba un color diferente, para dar algo de variedad y matiz. Los primeros niveles eran de fondo verde, luego rosa...y así con todos las gamas cromáticas. Había hasta escenarios negros

A raíz del éxito del juego, los pájaros Flickies empezaron a salir en otros títulos de Sega, especialmente Sonic y sus secuelas. ¿Os acordáis, por ejemplo, lo que pasaba justo después de derrotar a un jefe final en las aventuras del erizo? Teníamos que romper una especie de caja, dentro de la cual había un montón de animales encerrados por el doctor Eggman. Debíamos liberar a los animales golpeando la jaula. Entre esos animales estaban los Flickies.











Cuando derrotábamos a un enemigo común, es decir, un robot del doctor Eggman (llamado badnik), este siempre escondía un inocente animal...que podía ser un Flicky, y quedaba en libertad


En Sonic 3D (1996), una de las dinámicas obligatorias para poder avanzar en las fases consiste en rescatar a varios Flickies que hay desperdigados por los diferentes rincones del escenario. La diferencia es que en el Flicky original éramos el pájaro que recogía a los pollitos. Y en Sonic 3D somos unos erizo que rescata a los flickies/pajarillos jajajjajaa. Una inversión de roles

En Sonic 3 & Knuckles uno de los poderes de Tails consiste en un escudo de cuatro Flickies, los cuales flanquearán al coprotagonista y le ayudarán a atacar al resto de enemigos, incluidos los jefes de fase. Una pasada. 


Hablando de Tail...en el videojuego de Game Gear Tail's Adventure (1995) creo recordar que salían los flickies. 


Incluso en el primer Sonic Adventure (1998) uno de ellos seguía a Amy Rose en su historia. 


En la versión de X-Box de Shenmue II en el Pine Game Arcade (una sala de máquinas recreativas donde podía entrar el protagonista e echarse unas partidillas) había un póster que anunciaba y promocionaba el Flicky. 


Los polluelos (chirps) también han aparecido en otros juegos. Por ejemplo, en Gunstar Super Heroes para la Game Boy Advance (2005), hay una fase que está inspirada en Flicky y debemos rescatar a varios pollitos perdidos.


Estos personajillos han perdurado en otros juegos posteriores. Flicky fue el padre, y su legado ha sido increíble.

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