viernes, 8 de mayo de 2020

Más melodías telefónicas de videojuegos



Disfruté tanto con la entrada dedicada a melodías videojueguiles utilizadas como tonos para llamadas telefónicas, que me he animado con una segunda parte, para seguir recordando más músicas retro que formaron parte de mi vida como jugador, ya que el otro día tuve que recortar para que no me quedara un post largo, y me apetecía seguir poniendo alguna más. 

Empezamos con una de las melodías más emblemáticas de Final Fantasy X, que es el tema principal de Tidus. Cada vez que lo escucho me traslado al corazón de Zanarkand, esa mítica ciudad próspera y futurista, llena de maquinaria y arquitectura moderna, momentos antes de su destrucción esa fatídica noche en la que Sinh emergió del mar, mientras nuestro rubiales favorito va de camino al estadio de Blizball saludando a la gente, firmando autógrafos y hablando con los transeúntes. 

Me encanta esos toques de armónica, que suenan como muy célticos. La evolución del tema es exquisita: empieza de manera tranquila, sosegada, elegante, como un mar en calma, para después explotar musicalmente en intensidad, fuerza y nostalgia. No puedo evitar emocionarme cada vez que la escucho.



La música de Final Fantasy X-2 de las ruinas de Zanarkand también fue durante una temporada el tono principal de llamada de mi teléfono móvil. Me encanta la primera parte del tema, que pendula entre lo añejo y lo exótico, con un toque muy aventurero. En la segunda parte entra el piano y el carácter del tema se vuelve más nostálgico, sin perder la vitalidad. 



El tema musical de Rainbow Road (Nintendo 64) también formó parte de mi repertorio telefónico, y además, lo hizo en un momento bastante delicado de mi vida. Era la melodía que tenía puesta en el móvil durante los últimos días de vida mi abuelo. No sé cuántas veces me sonó el móvil esa tarde (y por consiguiente, la música). Yo, incapaz de ir al hospital para no ser testigo de algo tan desagradable me quedé en casa y cada 15 minutos recibiendo noticias, así que esta melodía, a pesar de lo alegre y bonita que es, me evoca mucha tristeza. 



El siguiente tema musical fue uno de mis preferidos durante la temporada veraniega de mis años de estudiante de Secundaria. No sé por qué, pero cuando me quedaba de vacaciones me molaba poner de tono para el móvil la canción que sonaba en el tablero Tropical Island del primer Mario Party.

Me gusta el rollo sureño, tropical, caribeño, playero. Incluso me echaba unos bailes sin que nadie me viera. Es una melodía muy pegadiza y festiva. Engancha cosa mala. En invierno pegaba menos y la quitaba.


El siguiente tono telefónico no era del gusto de mi madre. Recuerdo que mi progenitora me decía: qué música más fea, quítala ya jajajjaja. Y al final, duró unos pocos días y la quité (por alivio de ella). Es el tema que se escuchaba en el observatorio del astrónomo en Zelda Majora's Mask. No sé por qué, pero la melodía transmitía un toque enigmático, misterioso, críptico. El problema es que mi grabadora no era muy buena y cuando sonaba el teléfono, apenas se escuchaba. Y al final, por comodidad decidí cambiarla. 


Y para ser fiel a mi tradición y a mis principios, no me puedo ir de aquí sin mencionar a Banjo Tooie. Un juego tan importante para mí también tuvo que repercutir en el elenco musical de mi teléfono móvil. Durante estos años me han acompañado muchas de sus melodías, pero voy a quedarme con una de las más curiosas, que es la que suena en el interior de la casa de Bottles, el topo que nos enseñaba las habilidades en Banjo Kazooie, y luego la bruja Gruntilda asesinó a comienzos del Banjo Tooie.

Los primeros acordes del tema son idénticos a los que la famosa ópera italiana Funiculi Funicula (la misma que sonaba en las misiones de pizzero de Spider-Man 2, y que dediqué una entrada del blog en mayo del año pasado).

De hecho, recuerdo que una vez me sonó el teléfono mientras iba por la calle de camino a la facultad, y detrás de mí, a escasos metros, iba un profesor de la Universidad que vivía por mi mismo barrio y muchas veces coincidíamos al ir y venir. Y cuando empezó a sonar la melodía, me dijo: anda, si es el Funiculi Funicula. 

Como respondí rápido el teléfono, solo sonaron los primeros segundos que eran los que coincidían con el famoso tema. Luego después la música cogía otro carácter y se iba por otro camino totalmente distinto (aunque sonaba igual de alegre y jovial). Evidentemente, nunca le dije la verdad al profe, que la música pertenecía a un juego de la Nintendo 64. Hubiera dado una imagen demasiado friki jajajjaa


La siguiente melodía pertenece al tema principal del videojuego de NES Adventure in the Magic Kingdom (1990). El título se ambientaba en un parque de atracciones Disney y teníamos que superar una serie de pruebas (de carreras, de plataformeo, de naves espaciales, de trivial, de trenes...).

El compositor de la banda sonora es Yoko Shimomura, el mismo que 12 años después diseñaría las melodías del gran Kingdom Hearts. 

La música que escuchábamos durante nuestros paseos por el parque no podía ser más tarareable, risueña y despreocupada. A mí me alegraba mucho el día. La llegué a poner en época de exámenes. Me alegraba y desestresaba mucho. 


El verano pasado se me ocurrió poner de tono de llamada la música que suena al recoger el martillo en el Donkey Kong original que jugué en la NES. Es todo un clásico de la historia de los videojuegos. Y cada vez que escucho el soniquete me imagino a Mario con el arma en la mano destrozando todos los barriles que nos lanza el carismático gorila desde lo alto del escenario y ruedan montaña abajo. Momento mítico donde los haya. 

En el Super Smash Bros de Nintendo 64 también podíamos escuchar esta melodía cuando alguno de los luchadores agarraba un martillo, el cual se empleaba como item de ataque contra el enemigo. Era el arma más poderosa del juego. Podíamos sacar a nuestro rival del área de lucha en cuestión de segundos. Era aparecer el martillo y dejaba lo que estaba haciendo para cogerlo antes que el resto y ser el rey del campo jajjajaa


La música de Altered Beast (Megadrive) también formó parte de mi repertorio de melodías para el móvil. 

A raíz de esta melodía guardo un recuerdo muy entrañable. Teníamos que hacer para la asignatura de griego en la Universidad un trabajo de literatura. A mí me tocó el tema de la épica (con la lectura de La Odisea de Homero). Pero también le hice el trabajo a un compañero de clase, el cual ese año se matriculó de un montón de asignaturas, y el pobre estaba tan agobiado que no podía más. Fueron 16 asignaturas de golpe (concentró en un año la materia de dos cursos...una bestia). 

Y yo, que soy un apasionado de la literatura clásica grecolatina, dije...¿Y por qué no hacerle el trabajo y así liberar un poco a mi compi del curro que supone un trabajo de investigación de este tipo? Y a mí que me encantaba su tema, más todavía. 

Recuerdo que puse mucho mimo en la elaboración de su trabajo, igual o más que si fuera mío. A él le tocó el tema de la fábula, y madre mía como me lo pasé. Disfruté como un enano haciendo ese trabajo. Era mi tema favorito. Fueron muchos meses de trabajo, pero mereció la pena. Y recuerdo que en ambos trabajos, tanto en el mío como el de mi compi, sacamos un 10. 

Y el chaval me llamó una tarde agradecidísimo. Recuerdo que esa misma semana me invitó al Burger King y me regaló un objeto decorativo típico de su país, tejido a mano por su madre, y que conservo como oro en paño. Y yo tenía puesta en el móvil la melodía del Altered Beast. Ese detalle no se me olvida. 

Seguramente, no sea muy ortodoxo desde un punto de vista académico hacer lo que yo hice (elaborar un trabajo a un compañero y ponerle su nombre), pero cuando las cosas se hacen con el corazón, se hacen, con todas las consecuencias. Y a mí el tema de la fábula griega me gustaba tanto, y mi compi necesitaba ese cable, que dije...a la piscina!!!!!!!!!!!! Con todas las consecuencias. 

Nos salió bien. Nadie se enteró. Han pasado 13 años y el crimen ha preescrito jejjejejjeje. Y la tarde que me llamó para darme las gracias recuerdo la música del Altered Beast en mi móvil. 


Y cierro la entrada de hoy con una melodía que es todo un clásico: la música de los niveles de agua del primer Donkey Kong Country. Recuerdo que a mi abuela le llamaba mucho la atención cuando me veía jugar a la Super Nintendo, ya que era demasiado lenta y le entraban ganas de dormir jajajja

La tuve un tiempo en mi móvil, allá por el año 2010 o así, que tuve una época muy zen. En aquel año estaba cursando cuarto de carrera, y fue el curso más agobiante (se concentraron las asignaturas más difíciles de la licenciatura, muchas lecturas, muchos trabajos, seminarios en horario de tarde...). Fue el peor año de todos y necesitaba relajarme. Y la música esta me serenaba, y la llegué a poner como melodía del móvil. 

Seguro que a mí amiga Carmen le gusta y a lo mejor la utiliza para sus sesiones de meditación, yoga y relajación. Ya me lo dirá. Le viene como anillo al dedo

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