lunes, 18 de mayo de 2020

Enseñando el mundo retro a mi mejor amigo


Por fin!!!!!!!!!!!!

Después de dos largos meses de confinamiento mi provincia ha entrado en fase 1. Y eso significa que las visitas a los amigos están permitidas.

Desde que empezamos la cuarentena allá por el mes de marzo, mi amigo Marce y yo habíamos dicho que una vez acabara esto (o mejor dicho, empezara a medio arreglarse como está ocurriendo ahora en este nuevo periodo), íbamos a compartir nuestra pasión por los videojuegos. Yo le iba a enseñar el mundo retro, y él me iba a modernizar y a enseñar un poquito de actualidad videojueguil.

Y así nació la mejor amistad que he vivido nunca (al mismo nivel que mi gran amiga Carmen, el otro gran pilar de mi vida, aunque ella es más de análisis coplero que de videojuegos jejejje).

Con esta ilusión y este maravilloso proyecto en mente, teníamos un motivo para ir viendo pasar los días desde el balcón de nuestra casa. Otro menos, otro menos bro. Y yo enviándole montajes de imágenes con los finales de algunos niveles de juegos con la casita de Super Mario Bros o el anillo gigante de Sonic The Hedgehog, que simbolizan el fin de una fase. Acabar una pantalla (un día de cuarentena) suponía estar cada día más cerca del encuentro.


Y ese día ha llegado, y es hoy!!!!!!!!!!!! Cumpliendo las normas estatales a rajatabla. Primera cita: en mi casa. 6 de la tarde. Después de cinco años traigo un amigo a casa. Desde que mi amiga Carmen se fuera a Finlandia allá por 2015, no había conocido a nadie más. 

Por lo tanto, es una felicidad muy grande poder recuperar una amistad presencial que tanto me hacía falta aunque me costara reconocerlo jejjeje. ¿Seré buen anfitrión? ¿Estaré a la altura como jugador? ¿Sabré ofrecer a mi amigo buenas dosis de pasión videojueguil? ¿Se lo pasará bien conmigo? ¿O le decepcionaré? Todo puede pasar jejjee

Por supuesto, toda buena sesión de videojuegos debe estar aderezada con una buena dosis de dulces (donuts, batidos, galletas, pasteles...), aperitivos (coca colas, cervezas, patatas, pelotazos, bolitas de maíz...), y por supuesto una gran cena (un día pizza, y al otro, lasaña y croquetas). Los amantes de este mundillo sabemos que toda partida necesita una buena puesta en escena, y para eso solo hace falta una consola (con juegos jejjej), un poquito de buena comida (que la había), y buena gente con la que pasárselo bien y hablar (y él lo es). Con estos tres ingredientes, la tarde se presentaba de lujo.


Y como es lógico, siendo responsables. Mensaje muy importante que quiero mandar a los lectores. Ahora que muchos de vosotros por fin podréis visitar a vuestros colegas y organizar vuestras fiestas gamers, tened mucho cuidado. Aunque nos hayan dejado salir a la calle, el virus sigue fuera, y tenemos que convivir con él. No hagáis ninguna tontería. Todavía hay muchos muertos, y como se nos vaya la olla, los rebrotes están a la vuelta de la esquina. Y no queremos volver a estar encerrados.

La diversión puede ser compatible con la responsabilidad. Y mi amigo Marce y yo hemos intentando demostrar que ambas cosas pueden (y deben) ser posibles. Pasamos una tarde de lujo y a la vez nos hemos cuidado. Distanciamiento (uno en cada sillón), mascarillas en caso de juntarse, lavado de manos con frecuencia (sobre todo por el tema de los mandos)


Con estas recomendaciones que nuestras madres con tanto cariño y amor nos recuerdan todos los días, hemos podido pasar una tarde maravillosa.

Mi intención hubiera sido enseñarle esas joyas de Megadrive, Super Nintendo, Nintendo 64, Play Station 1, pero claro, tenemos un pequeño problema: yo juego a través de los emuladores de mi ordenador, y tal como están las cosas, un teclado para los dos no garantiza mucha seguridad, ya que no tengo mandos, y tendríamos que estar demasiado juntos y con mascarillas frente al monitor


Por eso, he optado por un plan B igual de tentador. Aunque no sea tan ortodoxamente retro, voy a enseñarle mi colección de juegos de Play Station 2. No es la época dorada de los 80 y los 90, pero ya han pasado 14-15 años, el tiempo suficiente como para ser un producto no tan actual, y coquetear con lo antiguo. Al fin y al cabo, se trata de los títulos de mi etapa de estudiante de ESO y Bachillerato, época en la que me empapé bien de la actualidad videojueguil y guardo muy buenos recuerdos.

En primer lugar, le enseñé el Burnout 2 Point of Impact, mi juego de conducción favorito. Ya durante el confinamiento le había enviado algunos videos con partidas mías vía wasap y había leído algunas de las entradas sobre este juego.


Tras unas carreras de calentamiento en las que mi bro se familiarizó con el control en un abrir y cerrar de ojos (a pantalla completa, todo lo que puede dar de sí mi viejo televisor...y encima quedando primero en la segunda partida), empezamos con el modo multijugador. 

Y hubo de todo: carreras en las que yo la pifié porque mis ansias de patatas fritas me hicieron soltar el mando y olvidarme de la competición; a otras en las que quedamos primero-segundo. 

Y al final, llegamos a probar las versiones reversas de los circuitos con tráfico en dirección contraria, con dificultad elevada. Y aunque no ganamos, tampoco hicimos el ridículo y quedamos en la zona intermedia. Nada mal para tratarse de una primera vez. Y nada mal porque por primera vez vi lo que era disfrutar de un videojuego en compañía, y ver una pantalla partida en dos jejjejeje.


Después nos convertimos por unos minutos en taxistas, subiéndonos al volante de Crazy Taxi. Este título está disponible en un local de máquinas recreativas de nuestra ciudad, a escasos 100 metros de mi casa. Ya hablé de él en una entrada (el Stranger Bits). Como es lógico, en fase 1 el local está cerrado y visto lo visto tampoco están las cosas como para meterse tanta gente en un interior, así que tenemos que conformarnos con jugarlo en mi casa. Sin volante, pero pasándolo bien igualmente.


Jugamos varias rondas a 10 minutos. Y mi amigo Marce consiguió una mejor marca en su segunda partida pudiendo poner su nombre en mi juego...todo un orgullo ver el nombre de mi bro junto a mis records.

La siguiente opción reconozco que fue arriesgada, pero resultó ser un éxito. Echamos unas carreras al Hydro Thunder, un juego de motos acuáticas de Namco. A mi amigo le encantó la pista de las islas Griegas, sobre todo ese tobogán de la sección final, con unas vistas preciosas del pueblo. En su honor, abriré una entrada recordando este circuito.

Aunque el nombre de Hydro Thunder no sea conocido, y en mi catálogo haya juegos de conducción mejores, mi amigo quedó encantado. Y yo también de enseñarle un título de segunda fila, pero que estaba muy chulo.


Tampoco puede faltar un paseo libre por San Andreas, en plan "coge el mando y haz lo que te dé la gana": lialá por ahí, date un paseo por el monte, piérdete con la moto por esos pueblos perdidos de la mano de Dios o sube las estrellas de búsqueda a base de delitos como si no hubiera un mañana. Cada cierto tiempo nos pasábamos el mando, alternando el paseo con nuestros parlamentos jejjeje


Y por último, jugamos al State of Emergency, unas cuantas rondas al modo caos. En una de sus partidas mi amigo consiguió la friolera de 200.000 puntos en los últimos 10 segundos de juego. Nada mal. Luego jugamos a matar los clones, que incluso le gustó más que el hecho de provocar el caos por la ciudad. Y matamos unos 150, que está bastante bien para ser la primera vez. Seguro que esas marcas mejoran con el paso de los meses, igual que yo cuando juegue a sus juegos en su casa.


Las 4 horas se pasaron volando. Cuando nos quisimos dar cuenta eran más de las 9 y media de la noche, y por la ventana empezaba a oscurecer.

Para otro día dejaremos mis juegos de lucha (Tekken 5, Soul Calibur 2/3, Mortal Kombat Deception), pero también me gustaría iniciar una partida a medias de God of War. Y muchos juegos de conducción que tampoco me dio tiempo (Gran Turismo 3, Colin Mcrae 2005, Need for Speed Underground 2)...me queda tanto por enseñarle


Ha sido una velada extraordinaria, que espero repetir muchas veces. La siguiente, en su casa. Os contaré qué tal mi experiencia poniéndome al mando de una consola de nueva generación, de una X-Box One. Ya os hablaré de mi primer contacto con un juego online, de gráficos fotorrealistas y efectos especiales, un mundo que para mí resulta desconocido pero también fascinante. Acostumbrado a mi cueva retro, seguro que me quedaré con la boca abierta. 

Pensad que mi último contacto con una consola data del 2006. Después de PS2 no sé lo que hay. Y para mí va a ser un shock dar el salto. Y lo voy a compartir con todos vosotros en una próxima entrada. Teniendo a un maestro como mi amigo Marce, seguro que va a merecer la pena.

En fin...un placer poder compartir mi afición, mi pasión y mi amor por los juegos con un amigo como él. Conocer a una persona con los mismos hobbies e intereses es lo más maravilloso del mundo, y poder hablar sin tapujos de la emoción que siento cuando cojo un mando.

1 comentario:

  1. Te recomiendo si te gustan los clásicos, que no dejes escapar joyas como Ultimate Doom, Quake II, o Unreal Gold (recomendadisimo) todos son de pc y los mueve cualquier ordenador.

    Por cierto, tienes una idea que es difusa de cómo es el "gaming" actual, en el sentido (no me malinterpretes) de que lo nuevo puede ser retro, y no se si sabes eso. Juegos como Doom Eternal, son un shooter de los 90 como si hubiesen tenido esa tecnología por entonces. Otros, como Dusk, o Ion Fury, directamente utilizan motores gráficos antiguos. Por no hablar de la cantidad de juegos de aspecto retro que hay hoy día, como Blasphemous (como te gusta la historia española o eso creo, quizá te llame la atención) o Hollow Knight, que es una obra que nada tiene que envidiar a súper metroid y tiene un 2D precioso. Yo los videojuegos los veo un poco como la música heavy metal (por decir una que yo controle) hay quien se queda 15 años escuchando Metallica y no sale de ahí, y hay quien quiere explorar. Explorar en el pasado está realmente bien, pero ceñirte a eso solo porque es el pasado es obviar la cantidad de gente que existe como tu y hace nuevas obras de esos estilos. No todo hoy día son explosiones y brilli brilli.

    Creo que podrías ampliar fronteras y vivir una segunda juventud disfrutando de lo nuevo y lo antiguo al mismo tiempo. Y también puede ser poético a su manera.

    Un saludo.

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