lunes, 11 de mayo de 2020

Cachitos de Metal Gear (MSX)


La entrada de hoy va a estar dedicada a uno de los videojuegos más conocidos de MSX: Metal Gear. La obra maestra de Hideo Kojima y Konami sentó las bases del género de la infiltración allá por el año 1987. Hubo una conversión para la NES que muchos fans de la saga la consideran incluso mejor que el producto original. 

Los que me conocéis ya sabéis que yo soy poco partidario de hacer análisis tradicionales y globales siguiendo las clásicas convenciones y patrones de la crítica videojueguil (gráficos, sonidos, duración, jugabilidad). Y más, tratándose de títulos tan conocidos, requetemanidos y pertenecientes a sagas tan comerciales y masivas para el gran público. 

En la red encontramos muchas páginas en las que se ofrece información sobre el Metal Gear, y lo analizan de forma mucho más rigurosa y académica de lo que lo haría yo. A mí me gusta ofrecer algo más original y personal, enfocando el trabajo de una forma que no se pueda ver en ningún otro sitio.

Así que, siguiendo un poco mi propio sentir como jugador, me voy a ir por la vía de lo emocional y lo biográfico, y haciendo honor al título de blog, os voy a ofrecer una serie de cachitos, fragmentos, estampas, trocitos y pinceladas de diferentes momentos del juego que se me vienen a la mente cada vez que me acuerdo del Metal Gear de MSX. Voy a hacer un ejercicio de memoria y nostalgia. 


Uno de los primeros recuerdos que se me viene a mi mente es el combate contra Machinegun Kid. En un juego en el que predomina el sigilo y la infiltración, se agradece (y mucho) las escenas de acción ya que nos permiten desmelenarnos y sacar esa fuerza que todos llevamos dentro.

La batalla se desarrollaba en una habitación azul con tres soportes metálicos enormes en el centro que formaban cuatro pequeños pasillos/calles. 

El tipo se moverá de un pasillo a otro, buscando el hueco para dispararnos y acribillarnos a balazos. No habrá ni un segundo de respiro. Tendremos que usar los lados opuestos a donde esta él de las estructuras de metal para defendernos y protegernos de sus ataques. 

La mejor forma de derrotarlo será empleando unos cohetes teledirigidos que se estrellarán contra él, y además de una manera bastante cómoda, ya que darán todos los giros necesarios por las diferentes calles hasta chocarse con Machinegun. 


Uno de los enemigos que más nervioso me ponía de pequeño eran los soldados subidos en jetpack. En cuanto nos veían, se acercaban rápidamente hacia nosotros y empezaban a atacarnos, generándose unos momentos de acción increíbles. A veces, nos seguían varias pantallas. Y en otras ocasiones, se deshacían del propulsor y nos seguían a pie. A mí no me hacía mucha gracia, pero hay que reconocer que daban tensión y dinamismo a la aventura, y nos hacían sacar nuestro nervio como jugadores. 


Otra escena mítica es el combate contra el helicóptero. La batalla se desarrollaba en una especie de hángar con un montón de cajas alrededor. Aunque el vehículo no se mueve, las hélices no dejarán de funcionar y por las aberturas de la parte delantera nos empezará a disparar balas, una detrás de otra, sin ningún tipo de compasión. El estatismo no impide la espectacularidad. 


Cerca del final del juego tenía lugar uno de los momentos más delicados de toda la aventura. Yo me llevé más de un susto con ello. 

Mientras íbamos caminado por la base, se empezaban a abrir/perforar agujeros cuadrados en el suelo. Como nos diera por quedarnos parados en algún punto del escenario, corríamos el riesgo de perder de la manera más tonta. La primera vez que se me abrió un hoyo delante de mí pegué un grito que se oyó hasta en el salón de mi casa (con la correspondiente regañina de mi madre).

Cada vez que rejuego esta sección siempre me entran las mariposillas en el estómago y me desplazo con mucho cague, ya que estoy con la tensión de que se va a abrir el suelo y voy a caer por él, y aunque con el tiempo ya sabes cuáles son esos lugares, a veces, los nervios me juegan malas pasadas y mi mano me tiembla, pensando que se va a abrir el suelo y game over. 


En varias pantallas del juego teníamos que cruzar por un escenario de arena, a modo de desierto. 

Recuerdo que había escorpiones pululando por la zona que rompían el encanto. Aunque parecían inofensivos, de vez en cuando daban unas arremetidas contra nosotros y se impulsaban para picarnos, como si fueran saltamontes. A mí, que me da repelús todo bicho que repta/salta/pica...lo que hacía era avanzar hacia delante echando leches, manteniéndome lo más alejado posible de los bichos, pasando lo más rápido posible esta zona para quitármela de encima cuanto antes


Otra estampa que nunca se me olvida es la de los puentes movedizos. De vez en cuando tendremos que cruzar de un lado a otro de un abismo, por encima de una estructura de metal, la cual está formada por pequeñas casillas/piezas rectangulares que se van moviendo de un lado a otro. En vez de ser un camino recto, tendrá pequeñas irregularidades/dientes de sierra que irán cambiando de posición y creando mucha inestabilidad, ya que si no tenemos cuidado, caeremos por el barranco. 


Otro gran momento épico es el combate contra el tanque. Se desarrolla en una zona desértica. En cuanto nos vea nos empezará a lanzar balas, las cuales nos harán mucho daño. Tendremos que protegernos en las paredes de las murallas. El problema es que el vehículo está blindado y es muy resistente a nuestros ataques.

Para destruirlo tendremos que usar minas. El tanque se moverá hacia delante y hacia atrás. Cuando vaya hacia delante nos empezará a masacrar con las balas. Cuando retroceda, aprovecharemos para colocar las minas en el suelo. Cuando vuelva a desplazarse hacia delante se rozará con las minas y perderá un poquito de vida. A base de 4-5 minas, caerá. 


Las secciones de láseres son un clásico del Metal Gear. Nos tocará cruzar salas enteras con varias máquinas que nos lanzarán rayos, los cuales van cambiando de dirección y posición continuamente. Cuando se despeje el camino y el láser desaparezca, debemos avanzar, pero siempre con el peligro de que un rayo vuelva a colocarse en medio de nuestra trayectoria, y quedemos fritos. Un paso en falso y game over!!!!!!!!!!!


Por supuesto, en un juego de infiltración no pueden faltar los momentos de camuflaje. Y en el primer Metal Gear recuerdo con especial cariño las habitaciones que estaban llenas de cámaras de vigilancia y nosotros teníamos que cubrirnos con una caja y pasar tímidamente delante de las lentes para no ser detectados. Las cámaras no paraban de moverse y el protagonista debía ajustar los desplazamientos a la trayectoria de las lentes y cuando estas nos enfocaran, había que quedarse parado con la caja cubriéndonos. 


Y por último, había un tipo de obstáculo que yo de pequeño le llamaba el rulo. En realidad, era una hilera/cadena de barriles (engarzados) que ocupaban todo el largo de la habitación y rodaban por todo el ancho, de izquierda a derecha. 

Evidentemente, había que atravesar estas salas rápidamente, evitando ser aplastados por la estructura de barriles que se nos venía encima. Como nos paráramos aunque solo fuera un segundo para pensar, estábamos muertos. Debíamos ser decididos- Solo había dos opciones: salvarse o morir. 

Y con esto, terminamos esta selección o antología de cachitos sobre Metal Gear de MSX. Aunque el sigilo era la nota predominante, a mí siempre me gustaba las pinceladas de acción y plataformas que daban variedad al desarrollo, y lo convertían en uno de los títulos más adictivos de mi infancia. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario