Gooooooooool de Butragueño: la frase más deseada en Emilio Butragueño Futbol (Amstrad)

Antes de empezar con el post de hoy quisiera dedicar unos minutos a hacer un par de agradecimientos importantes.

Esta mañana he recibido las estadísticas semanales del blog sobre el número de visitas alcanzado. Y la verdad, es que ni yo mismo me lo creo. Estoy flipando. Por eso, me gustaría reconocer la labor de dos personas que han contribuido a esas buenas cifras. La gente que me conoce sabe que yo no soy de tener muchos amigos, pero los que tengo valen oro. Los llevo ahí metidos en el alma, y muero por ellos. 

Prefiero tener amistades de calidad, en vez de mucha cantidad de amigos. La palabra AMIGO solo la utilizo con aquellos que de verdad me aportan a mi vida. 

Me gustaría dedicar esta entrada a mis dos mejores amigos (por no decir únicos), tanto a nivel personal (son de lo mejorcito que tengo) como por la trascendencia que han jugado en mis blogs. Estoy hablando de mi amiga Carmen y de amigo Marce.

-A mi amiga Carmen por estar al pie del cañón. Cada vez que escribo una entrada en el blog de la copla, siempre está ahí, desde tierras finlandesas, dispuesta a leerme y valorarme. Y que una filóloga, docente, gestora cultural, cantante, cocinera, poeta y deportista (se me acaban las profesiones porque es que vale para todo) de su talla me lea, es todo un orgullo

Aunque el blog de canción española tuviera una sola visita (la de ella, como ha pasado en los inicios), yo seguiría escribiendo. Compartir tu pasión con la gente que quieres es un honor grandioso. Mejor que alcanzar cifras estratosféricas de visitas o comentarios

-Y a mi amigo Marce, le tengo que agradecer todo lo que ha hecho por el blog de juegos, por sus likes, por compartir mis entradas, por difundirlas, por valorar de esa manera todo lo que publico...

Yo soy muy tímido/vergonzoso/reservado en esto de enseñar las cosas que redacto sobre videojuegos. Llevaba catorce años escribiendo casi en secreto. Y él me ha dado el chispazo para perder la timidez y encontrarme a gusto haciendo un blog. Y además, es un experto y apasionado del mundo videojueguil (como yo). Podemos decir con satisfacción, que somos frikis.

Haber encontrado a un amigo con el que compartir mi pasión por las videoconsolas y hablar del tema sin sentirme raro es un placer enorme.  Y gracias a él, las cifras de visitas han mejorado una barbaridad. Es un grande. Por eso, este blog es también suyo.

En fin, chicos: muchísimas gracias por tratarme así de bien. Estos blogs tienen la huella de los tres. Sin personas tan maravillosas que den esas energías al que escribe, el blogging no existiría .Así da gusto hacer las cosas. Se me pasan las horas fascinado escribiendo sobre videojuegos y música sabiendo que vosotros dos estáis ahí!!!!!!!!!!!!

Y ahora vamos al lío....

Corría el año 1988-1989. El mítico futbolista del Real Madrid, Emilio Butragueño, vivía la etapa más dulce y exitosa de su carrera. En pleno apogeo de la Quinta del Buitre, el Real Madrid ganó dos copas de la UEFA (85, 86) y cuatro ligas consecutivas (86, 87, 88 y 89), rompiendo la racha de los equipos vascos (Real Sociedad y Atlético de Bilbao) que habían triunfado en la primera mitad de la década

El delantero madrileño, era, con diferencia, el más aclamado y laureado en los partidos. Cada gol suyo se celebraba con ímpetu desde las gradas. La gente coreaba su nombre. Era un ídolo de masas (como hoy son Messi o Cristiano Ronaldo). Se convirtió en el símbolo y emblema del Real Madrid.

La fama que generó el Buitre entre los aficionados al fútbol no pasó inadvertido para las compañías Topo Soft y Ocean, que hicieron su particular agosto lanzando al mercado un juego de balompié, con la licencia oficial del emblemático delantero merengue.

En esta época, las tiendas de videojuegos se saturaron de títulos que recurrían a la imagen de conocidos deportistas españoles que lograron ser los números unos del mundo: futbolistas (Michel), pilotos (Ángel Nieto), baloncestistas (Fernando Martín), tenistas (Manolo Santana), boxeadores (Poli Díaz) o ciclistas (Perico Delgado)

Solo una figura de gran popularidad y renombre en la sociedad de los ochenta (como fue el Buitre) podía movilizar a tanta gente en la compra de un videojuego, al margen de su calidad. 

Butragueño era un caramelito demasiado dulce (comercialmente hablando) para dejarlo escapar.  Con la excusa de que era el mejor en su ámbito, se podían hacer grandes negocios y sacar rentabilidad a su nombre

Y así llegó a nuestros ordenadores Emilio Butragueño Futbol. Hubo diferentes versiones (Commodore 64, MSX, Amstrad y Spectrum). Yo me piqué a la de Amstrad, allá por mediados de los 90, cuando un amigo de mi padre me lo regaló. Era puro vicio

Voy a ir al grano, sin titubeos. La imagen que tengo grabada en la memoria es la de dieciséis futbolistas sobre el terreno juego: ocho con indumentaria blanca, y ocho de color rojo. 

Dentro del equipo blanco, uno de ellos lleva el pelo amarillo. Ese es Butragueño. Recuerdo los rifirrafes con mi primo por manejar al equipo merengue, ya que el otro no tenía un Buitre jeje. Llovían las hostias por controlar al colectivo madridista. ¿La solución? Turnarse el control de los equipos para no reñir

Y llegamos al momento que todos estamos esperando: ¿Qué pasa cuando Butragueño mete la pelota en la portería? Se desata la revolución y la euforia en el campo. Se ilumina un rótulo en pantalla que dice, Gooooooooooooooool de Butragueño

El Buitre se pondrá a correr por el campo levantando las manos, celebrando el tanto, junto a sus compis. Los pobres futbolistas del equipo rival se quedarán mudos, congelados, quietos, postrados sobre el área sin moverse ni un ápice

El portero que encaja el gol se tirará al suelo compungido. Oiremos aplausos y cánticos de la afición, en plan oe, oe, oe (pero solo con música y ruido, sin voces) 

Lo normal es que la alegría y la fiesta se traslade a nuestra casa, dentro de la sala en la que jugamos al Amstrad. Yo me levantaba de la silla y echaba una carrera por el dormitorio, alrededor de la cama. Mis padres me tenían que pedir que me calmara y bajara el tono, ya que mis gritos/saltos/palmadas de euforia se escuchaban en el piso de abajo. Mientras, el cartel de Goooooool de Butragueño parpadeaba en la pantalla. Estampa mítica de mi infancia jejjeee

Si marcamos gol con cualquier otro jugador del equipo que no sea el Buitre, la celebración no será tan pomposa. No hay cartel, y la intensidad del ruido es menor. 

A veces, con la tontería del cartelito desperdicié jugadas clarísimas de gol. Quería marcar con el Buitre para que la ceremonia se mostrara en su máximo esplendor. Por eso, cuando llegaba al área y el jugador que controlaba la pelota era otro, me ponía a buscar a Butragueño entre la gente de mi equipo, para que el delantero hiciera el honor de tirar el balón a puerta, y marcar el tanto.

Objetivamente, había futbolistas mejor posicionados que el Buitre para lanzar el balón a la portería. Pero claro: el poder de don Emilio era muy muy fuerte. Y si Butragueño no marcaba gol, algo le faltaba a los partidos. 

Ahora, treinta años después, lo miras, y dices: menuda estupidez. ¿Para qué tengo que pasar la pelota a Butragueño, si hay compañeros de equipo mejor situados. 

El juego es de lo más sencillo que había en la época: moverse con el joystick o las flechas del teclado, y disparar/pasar/arrebatar la pelota con el botón que eligiéramos. No hay más. 

Hay títulos con un control más elaborado y profundo (por ejemplo, Match Day II). Lo que pasa es que la imagen del Buitre daba mucho atractivo y contundencia al juego. El poder es el poder jijij. De hecho, se convirtió en el disquete de 8 bits más vendido de la historia, con más de 100.000 copias, superando el récord de otro grande: Fernando Martín Basket Master. 

El hecho de ver en portada al mismísimo Butragueño, retratado en diferentes etapas de su trayectoria profesional, con una camiseta roja (en lugar de la blanca, en teoría, para no ofender a los jugadores de otros equipos que no fueran del Madrid), incitaba a la gente a comprar el título. Así, podíamos presumir delante de los amigos de poseer el juego oficial del Buitre. Dichoso marketing!!!!!!!!!!!!