Mi primera experiencia con videojuegos fue a principios de los años noventa con una clónica de la Atari 2600. Ya os lo conté hace unas semanas. Durante unas navidades, cuando yo tenía 4-5 años, una tía mía nos regaló a cada uno de los primos una consola.
Fue la primera vez que entró a casa un dispositivo electrónico para el ocio y el entretenimiento, y como es lógico, causó desconcierto y polémica en la familia, ya que en la televisión no se paraba de machacar y criticar este mundillo: que las videoconsolas son malas para la vista, fomentan conductas antisociales, crean adicción, vicio, te vuelven majareta, y tropecientas mil cosas más. Para la mayoría de la gente, el ocio electrónico era algo desconocido y misterioso
En los años 1992-1993 (que fue cuando me hicieron este regalo), la Atari 2600 ya había pasado a mejor vida. El último juego en territorio PAL salió en 1990. Sin embargo, las consolas clónicas se siguieron comercializando a un precio asequible para la época y llevaban incorporados un montón de juegos del catálogo original de la Atari
Así pude empaparme de grandes clásicos, entre ellos el título que vamos a homenajear hoy: Keystone Kapers. Fue publicado por Activision en el año 1983
La mecánica es simple. Nos metemos en la piel de un policía-segurata de un centro comercial, que debe atrapar a un ladrón antes de que se escape.
El edificio consta de 4 plantas. Nosotros empezamos en la primera, y el caco en la segunda. El objetivo es atrapar al delincuente antes de que llegue al último piso, que es la azotea, y pueda escapar por medio aéreo.
¿Noticias buenas? El héroe es más rápido que el malhechor, el cual va ataviado como en los cómics de los años 20 y 30 (el típico traje de preso, de rayas negras y blancas). ¿Lo malo? El centro comercial está lleno de obstáculos, que debemos esquivar, como pelotas que rebotan en el suelo, aviones de juguete, carritos de supermercado o esculturas en medio del camino.
Para ir de un piso a otro podemos utilizar dos recursos:
-Por un lado, las escaleras mecánicas. Cuando tenía 4-5 añitos le decía a mi progenitor: mira papá, subo como en el Eroski (el supermercado de mi ciudad al que íbamos a comprar)
-Por otro lado, el que ha sido el eje de motivación de la entrada de hoy, y que en su momento fue lo que más me llamó la atención de Keystone Kapers: un ascensor.
Podemos decir que fue la primera vez que subí a un elevador de manera virtual-ficcional. Yo, que en mi vida real tengo una fobia tremenda a los ascensores, me fascinaba que en un videojuego el protagonista pudiera utilizar uno. Curioso. Lo que no era capaz de hacer cuando me tocaba subir a un piso alto en la vida real, lo veía divertido en la consola.
Mis padres intentaron quitarme el miedo a los espacios cerrados motivándome con el videojuego: mira, vamos a hacer lo que el policía. Él sube al ascensor y no le pasa nada. A nosotros, tampoco.
La de veces que habré subido y bajado del elevador de Keystone Kapers como un tonto sin hacer caso a la mecánica del juego.
Es lo que tiene la tierna infancia: la magia, la frescura, la inocencia, la primera vez. De una banalidad, construimos con nuestra mente algo mítico.
Yo recuerdo llamar a este título el juego del ascensor: Papá, papá, quiero jugar al juego del ascensor. Y mi padre me decía, ah sí, el juego del preso (en referencia al antagonista, que es el ladrón que debemos atrapar)
Ahora me pregunto: si a Keystone Kapers yo lo conocía como el juego del ascensor: ¿Cómo tendría que haber llamado a Elevator Action (de Taito) si lo hubiera jugado en aquellos años?
En este último, el ascensor cobra todo el protagonismo, ya que debemos descender por los rellanos de un rascacielos, usando el montacargas (o las escaleras) para bajar por los pisos. Mucho cuidado de que el elevador no nos aplaste!!!!!!!!!!!
Teóricamente, el elevador está colocado para facilitarnos el trabajo de atrapar al ladrón. Es un atajo que nos permite subir y bajar pisos rápidamente, y más concretamente entre los tres primeros. Al cuarto, que es la azotea, no llega el ascensor
El jugador ve el montacargas y piensa: esto es bueno, está hecho para mi beneficio, es un apoyo, gracias a él voy a llegar pronto hasta el caco. Así no hay que dar rodeos por las escaleras mecánicas (que están situadas en los extremos de cada planta, al final del pasillo). Subiendo al ascensor, evitaremos algunas galerías comerciales que están llenas de trampas.
En este juego chocar con un obstáculo resulta nefasto, ya que nos quita tiempo. Si tenemos 50 segundos para apresar al ladrón, y nos estampamos con un avión o un carrito durante el trayecto, nos restan 10 segundos de golpe. Estos nos vendrían de perlas para arrestar al antagonista de forma holgada sin sufrir con el crono. Si caemos en muchas trampas, lo tendremos jodido para alcanzar al preso.
Si el ascensor permite eludir ciertos tramos peligrosos, el jugador, de forma intuitiva lo va a ver como un elemento aliado/positivo/beneficioso dentro de la dinámica jugable. Si los creadores han puesto aquí un elevador, será por algo. De forma natural, espontánea e instintiva interactuaremos con él, pensamos que es bueno, nos subimos, lo probamos...
Sin embargo, en ocasiones, el uso del montacargas puede jugar en nuestra contra y ser la sentencia de muerte. Un caramelito envenenado. Algo que en principio es positivo (atajo), en lugar de beneficiarnos, nos perjudica.
Voy a ser sincero: mis mejores partidas han sido sin usar ascensor, haciendo el camino a patita, saltando las esculturas y carritos, agachándome con los aviones, esquivando las pelotas, recogiendo las bolsas de dinero, y por supuesto, subiendo por las escaleras mecánicas hasta el final. Cuando he enredado con el chisme del elevador, la he pifiado a base de bien. ¿Y por qué?
En primer lugar, el ascensor no siempre está disponible en el instante que queremos. Cuando pasamos al lado del montacargas comprobaremos que no siempre está en la misma planta que nosotros estamos. El elevador tiene su recorrido prefijado por los pisos (primero-segundo-tercero-segundo-primero), y a veces, al cruzar por delante de él, todavía le queda un rato para que llegue y se abra.
Al final, se tarda menos dando el rodeo por las escaleras mecánicas. Se consume más tiempo esperando a que el ascensor llegue, se abra, se cierre y suba/baje, que en recorrer a pie 5 o 6 galerías. Si tenemos precaución, los obstáculos no son un problema.
En segundo lugar, el ladrón es listo y se desplaza de forma coherente al movimiento del montacargas durante su huida, para alejarse de nosotros.
Hay veces que el policía coge el ascensor para llegar a la misma planta del criminal, y cuando este ve que nosotros vamos a usar el elevador, cambiará su dirección y se moverá en sentido contrario, para bajar a un piso inferior, en lugar de subir
Os explico el típico desarrollo de la partida: ladrón en la planta 3. Nosotros en la 2. Subimos a la 3 en ascensor, para perseguir al ladrón a patita por ese mismo piso. El caco alcanza la esquina y desciende a la 2. Cuando nosotros lleguemos al final de la galería, al pie de las escaleras, veremos que estas sirven para subir y no para bajar. Para descender al piso 2 hay que regresar al elevador (retrocediendo sobre nuestros pasos), esperar a que llegue y se abra. Mientras, al delincuente le ha dado tiempo a alejarse de nosotros, descendiendo a la primera planta.
Al final, maldeciremos la hora en que decidimos subir al ascensor, y optaremos por perseguir al caco a pie, pero ahora, con menos segundos disponibles. Habremos caminado el doble, con la posibilidad de caer en una trampa, y la consiguiente merma de tiempo. En definitiva: sales escaldado!!!!!!!!!!!!!
La conclusión final (desde mi impresión/perspectiva/punto de vista subjetivo y personal, que puede ser erróneo o no) es que el montacargas lo único que hace es enredar las cosas y convertir la persecución en un jaleo, un caos y un lío. Algo que en teoría está hecho para beneficiar (atajar), al final, solo sirve para restar y obstaculizar nuestras pretensiones jugables
No obstante, tampoco hay que ser tan dramáticos. A veces el ascensor también contribuye al éxito de la partida.
Si nosotros estamos en el primer piso y el criminal en el segundo, y justo al pasar al lado del elevador vemos que se abre (por puro azar y casualidad, que puede pasar), entonces, sí merece la pena subirse a él. Solo en este contexto es cuando realmente nos facilita la labor. Si la puerta está cerrada, no esperéis al cachivache. Mejor subid andando, que es más sano jejejjee
Eso sí: para hacer el chorra, despistar al caco y cachondearnos un poco de él, puede ser divertido subir y bajar en ascensor.
En el año 90 disfruté de una clónica de esas, copia de la Atari VCS de cuatro palancas y totalmente negra un verano en casa de mis primos que la tenían (creo que desde el año 88) e incluía en memoria el Key Stone Kapers (entre otros muchos como el Spiderman) pero no era como el original ya que cambiaban los colores, aunque pienso que eso era porque en realidad eran juegos NTSC y al funcionar en un televisor PAL cambiaban.
ResponderEliminarTeniendo la consola original, comprada por mis padres en 1981 para jugar ellos y con solo dos juegos (aunque luego yo compraría más) sentía bastante envidia que mis primos tuviesen ciento y pico juegos en memoria en su "piratona".
En el año 92 desapareció todo el material de Atari (salvo la Lynx que duraría un año más) de las tiendas ante el avance imparable de las máquinas de Sega y Nintendo. Luego se importaría la Jaguar por el ECI en 1995 con escaso éxito.
Si recuerdo que esa Atari clon como la que tú recibiste era usada para regalar a niños pequeños de entre cinco o seis años entorno a 1990-91 porque como mucho costaban 5000 ptas. A niños más grandes les cabreaba aquello porque se veía ya desfasado y querían su Master System o su Nes (la mayoría de la veces clónica).
Saludos Regenerador.
Muchas gracias!!!!!!! Pues yo me alegro de haber ido desfasado 10 años en la historia jajjajaa, ya que gracias a ello pude disfrutar de clasicazos como estos. Jugué a la Atari en tiempo de NES, jugué a la NES en tiempos de Megadrive, jugué a la Super NES en tiempos de Play Station. Y ahora me he quedado anclado en la PS2 desde 2006.
ResponderEliminarPues más o menos como yo. Porque cuando entró en primer ordenador en casa de mis padres (un IBM PS/1 386 sx) prácticamente abandoné los juegos de Atari 2600 y me perdí gran parte de los juegos de Windows 9X y toda la generación de Megadrive/SNES, PSX, etc. dado que estuve con ese ordenador hasta 1999 y ninguna consola. Vamos, que en pleno 99 seguía usando el MS-Dos.
ResponderEliminarBueno, miento. En 1993 me compré una Game Gear que era como una Master System portátil. No era lo más avanzado pero bueno.