En la entrada de hoy vamos a comprobar que el videojuego no está reñido con el sentimiento religioso y la fe, hasta el punto de que una canción típica de misa y/o coro eclesiástico puede aparecer como banda sonora de un título. No estoy delirando. Es totalmente verídico.
Todo el mundo, alguna vez en la vida, sobre todo de niños, hemos declamado las típicas coplillas de loa a Jesús que nos hacían cantar los domingos en la iglesia. Estas cancioncillas hablaban de lo bueno que es ser amigo de Dios, seguirlo, amarlo, respetarlo y santificarlo. Un ejemplo de tema piadoso podría ser este Oh, qué amigo nos es Cristo:
Enlace del video: https://www.youtube.com/watch?v=Yr5LAVv-lSY
¿Sabíais que esta pieza llegó a sonar como música de fondo de un conocido juego de Atari 2600? El título en cuestión es Bobby is going home. Fue producido por Bit Corporation, en 1983. Comprobadlo vosotros mismos:
Se trata de un plataformas en dos dimensiones, género que en esos años estaba viviendo una época dorada gracias al éxito de Pitfall Harry, que fue otro de los míticos de esta consola
El jugador controla a un niño llamado Bobby. El objetivo de la aventura, tal como se enuncia en el título, es regresar a casa sano y salvo. Para ello, tendremos que recorrer una serie de pantallas (siete concretamente) esquivando los obstáculos y enemigos que nos encontremos por el camino. Al ser un juego de cámara fija, hay que cruzar el escenario de izquierda a derecha, y al llegar al final, pasaremos a la siguiente pantalla. Así hasta alcanzar el hogar, que será la pantalla 7
El protagonista podrá saltar y moverse hacia delante o hacia atrás. Tendremos que saltar hoyos, cruzar puentes (algunos fijos y otros móviles) y evitar rozarnos con los patos que vienen de frente, las mariposas que revolotean el cielo o los arbustos espinosos que están plantados en medio de la senda. Cada vez que nos choquemos con algún bicho o trampa, perderemos una vida. En total, disponemos de cuatro oportunidades. Cuando era un enano de 5 años recuerdo partirme de risa por el ruido que sonaba cuando Bobby se chocaba con alguno de los animales y obstáculos. Parecía una flatulencia jajajajjaa
A medida que pasamos las pantallas, el decorado cambia. El color del cielo varía de un escenario a otro: a veces azul, otras naranja (simulando el atardecer), de vez en cuando oscuro (para recrear la noche). En otros casos, se recurre al surrealismo más absoluto y extravagante, como por ejemplo, el cielo verde. En la última pantalla vemos una lluvias de estrellas fugaces
Los fondos eran muy artísticos para la época. Parecían un cromo o una acuarela. Había casitas, barcos, trenes, nubes, pájaros, montañas. Incluso el aspecto de las flores cambiaba de una pantalla a otra dando muchísima variedad al decorado. Modernismo en estado puro jejejjee.
El motor gráfico y el planteamiento jugable de Bobby fueron reciclados para otro título de Starsoft, para la misma Atari 2600: Alice's Abenteuer.
Los dos juegos son parecidos. Comparten dinámicas y conceptos plataformeros. La diferencia es que manejamos a una niña, pero el tipo de obstáculos (puentes, fosos, enemigos voladores, arbustos...) y la disposición de los decorados (casas, caminos, campos, montañas, árboles...) son idénticos. Incluso la flatulencia que suena cuando la protagonista se choca con un enemigo es la misma. Lo que cambia es la melodía. En Alice's podemos escuchar canciones clásicas como London Bridge is falling down o los villancicos Noche de Paz y Jingle Bells.
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