Hoy vamos a recordar una de las estampas más desquiciantes y machaconas de la historia de los videojuegos. Hablamos de las barraqueas y lloreras que se pegaba el amigo Baby Mario en Super Mario World 2: Yoshi's Island.
Mi madre terminaba hasta las narices de escuchar los berridos del bebé fontanero. Me acuerdo que me decía...¿Pero es que no se puede callar de una jodida vez? ¿No puedes poner otro juego? ¿No crees que es demasiado infantil para ti jugar a un juego de un niño que llora? jjejejejjee
Lo que está claro es que los llantos de Baby Mario colmaban la paciencia de los oídos más duros. Y mira que nuestras madres están acostumbradas a lidiar con bebés jejjee. A veces, para no desquiciarla más de la cuenta, bajaba el volumen de la tele. Por lo menos, se escuchaba menos el ruido
Cada vez que iba al videoclub a alquilarme un juego y mi madre veía que me acercaba a la estantería donde estaba el Mario World 2, me tenía que decir: el juego ese no, por Dios, coge otro menos ese que no me apetece volverme loca todo el fin de semana escuchando al niño ese llorar jejejjee. Unas veces le hacía caso y otras no.
Viendo las cosas desde la distancia, hay que reconocer que a mi madre no le faltaba razón. Escuchar los alaridos del bebé Mario no era muy agradable para los oídos. Con el paso del tiempo se hacía insoportable y el ruido se te pegaba al oído cosa mala.
Además, el planteamiento del juego estaba diseñado expresamente para tener que escuchar (y no solo una vez) los lloros del fontanero. A no ser que fuéramos perfectos jugadores de plataformas nos íbamos a hinchar a ver berrear a nuestro querido amiguito.
Manejamos a Yoshi. El color del Yoshi cambia en cada fase (verde, azul, amarillo, rojo, morado...). Subido a sus lomos lleva a Baby Mario.
Cada vez que nos choquemos con un enemigo o caigamos en una trampa del escenario, Baby Mario caerá de la espalda de Yoshi y empezará a flotar por el escenario. En ese momento empezará una cuenta atrás que dependerá del número de estrellas que llevemos conseguidas. El número estándar de estrellas es 10 (10 segundos) pero puede llegar a 30 (30 segundos).
Mientras Baby Mario permanezca fuera del lomo de Yoshi el contador de segundos irá bajando. Si llega a 0, aparecerán unos enemigos y se llevarán a nuestro bebé camino al cielo, y perderemos una vida. No debemos dejar a Mario mucho tiempo flotando por el escenario, ya que como se acabe el tiempo vamos a tener problemas
Para recoger al bebé fontanero podemos darle un lengüetazo, alcanzarlo con un huevo o saltar sobre él. Cualquier cosa vale. El caso es que no se lo lleven los enemigos.
La situación es tediosa, ya que mientras Mario está fuera de control no parará de llorar, berrear y gritar, a cada segundo más fuerte. Menudos pulmones tiene el jodio!!!!!! Por otro lado es normal: los niños pequeños se asustan cuando se alejan de sus padres jeje.
Entre que el tiempo baja rápidamente, el bebé que no se está quieto, los obstáculos del escenario y los berridos...la situación que se crea es insoportable. A mí me ponía de los nervios. Y encima mi madre salía de la cocina para decir que eso era una locura jejjeje. A mí me estresaba más la parte acústica que perder al propio niño
Escena mítica de mi infancia que merece una entrada. A algunos os podrá parecer una chorrada, pero es que tenía que contarla jejjejee
No hay comentarios:
Publicar un comentario