Como ya es tradición, cada cierto tiempo necesito abrir una entrada sobre Banjo Tooie. Es algo inevitable. La pasión es la pasión y a mí este juego me marcó tanto en su momento que siempre lo tengo presente y no puedo evitar dedicarle cachitos en el blog.
Hoy voy a hablar de uno de los aspectos más llamativos del título de Rare: la posibilidad de transformar a los protagonistas, el oso Banjo y el ave Kazooie, en diferentes objetos y criaturas, a cada cual más extravagante. Esas metamorfosis serán fundamentales para obtener algunas de las piezas de puzzle del juego, además de ser un alarde de ingenio e imaginación para los creadores de la aventura.
Si recordáis, en Banjo Tooie, el responsable de las transformaciones era la hechicera Humba Wumba, la cual montaba su tienda de campaña en cada uno de los niveles del juego. Si le dábamos un Glowo, la tipa nos obsequiaba con lo mejor sabía: nos cambiaba de aspecto y nos convertía en diferentes elementos, dependiendo de la fase.
Cada vez que entraba en su casa y me tiraba a la piscina rosada, un nudo de mariposas me recorría el estómago. La ilusión me invadía: ¿En qué me transformará esta vez? ¿Será en un animal? ¿Será en una cosa? ¿Será tan original como la anterior metamorfosis? Yo hacía mis cábalas a partir de la ambientación del nivel y a veces acertaba
La verdad es que el tema de las transformaciones mejoró todo lo visto en Banjo Kazooie. En el primer capítulo de la saga, el chamán Mumbo Jumbo era el encargado de convertirnos en realidades diferentes, como hormigas, calabazas, morsas o abejas. ¿El problema? Que no en todos los niveles estaba el mago. Las transformaciones eran muy escasas y no en todos los mundos.
En Banjo Tooie Mumbo pasó a ser un personaje controlable. Perdió el poder de la transformación pero a cambio podemos hacer uso de sus hechizos y trucos especiales como oxigenar agua, llover, resucitar muertos, invocar a un Goliat o reparar elementos dañados. Podremos entrar en su calavera y a cambio de un Glowo obtener su ayuda, pudiendo ser manejado por el jugador.
Humba Wumba adoptaría el rol de maga transformadora, y a pesar de sus rifirrafes y rivalidad con Mumbo (no se soportaban), hay que reconocer que sus conversiones eran mucho más creativas, originales y abundantes que las del chamán en el primer juego. Podríamos decir que superó con creces nuestras expectativas, ya que el oso y el pájaro podrán transformarse en un montón de cosas. Vamos a recordarlas.
DRAGÓN KAZOOIE. El mundo central de Banjo Tooie, la Isla de las Brujas, escondía una de las transformaciones más interesantes, pero también una de las más difíciles de conseguir, ya que para obtenerla teníamos que encontrar el mítico Mega Glowo, el cual no era un glowo normal. Solo había uno en todo el juego y se escondía en una caja fuerte en el mundo de los Picos Fuego Helados, dentro de una cueva helada. Y el acceso a esta gruta se hacía desde un pasillo oculto tras una roca en una de las cavernas inundadas de la Mina del Barranco Brillante.
Recuerdo cuando me tiré a la piscina de Humba por primera vez y vi que Banjo seguía manteniendo el mismo aspecto de oso de siempre, y yo dije: pues qué decepción. Sin embargo, la sorpresa me la llevé cuando vi a Kazooie que había perdido su forma de ave y se había convertido en un minidragón verde, que tenía el poder de lanzar fuego ilimitado por la boca. Era como tener huevos de fuego infinitos. Una pasada!!!!!!!!!!!
PIEDRO. Uno de los retos más emblemáticos del Templo Maya eran los partidos de fútbol que se disputaban en una de las edificaciones anexas al edificio sagrado.
Esta transformación también será necesaria en el mundo de los Picos Fuego Helados para superar otro partido de fútbol (el del coliseo).
DETONADOR. En su momento odiaba esta disfraz, ya que si no teníamos cuidado, podíamos acabar explotando y perdiendo vida tontamente.
No obstante, desde la perspectiva del tiempo hay que reconocer que es una de las transformaciones más originales de todo el juego. Pudimos disfrutar de ella en la Mina del Barranco Brillante. Ser un detonador nos permitía explotar sobre rocas que taponaban el acceso a cuevas, cavernas y agujeros secretos. Solo había que colocarse cerca del acceso, estallar el detonador y todo el amasijo de piedras saltaba por los aires dejando la entrada libre a estos lugares.
También es verdad que resultaba muy incómodo desplazarse y el control no era muy allá, ya que el detonador se movía a saltitos.
FURGÓN. Al contrario que la anterior, esta metamorfosis me encantaba y la disfrutaba un montón. Me gustaba recorrer las diferentes secciones del Brujemundo conduciendo la furgonetilla, ya que era fácil y rápida de manejar.
Gracias a ella podíamos abrir unas puertas cerradas especiales (tocando el claxon previamente). Además, el vehículo iba cargado de monedas de oro, las cuales nos servían para pagar la entrada a las atracciones del parque y poder participar en alguno de los minijuegos de este mundo como el de los coches de choque. Sin money, no podemos jugar.
SUBMARINO. Como era previsible, en un mundo acuático la transformación en submarino venía como anillo al dedo.
Gracias a este vehículo podíamos acceder a los abismos más profundos de la laguna del Alegre Roger y participar en el minijuego de explotar minas bajo el agua.
Normalmente, los niveles de nado suelen ser más lentos, tediosos y estáticos que los terrestres, así que el uso del submarino nos facilitará mucho las cosas a la hora de desplazarnos, ya que podremos recorrer las profundidades de forma más ágil y cómoda, además de disparar torpedos contra los peces y animales marinos.
DINOSAURIO. En el mundo prehistórico tampoco hace falta ser un adivino para intuir una conversión así.
Gracias a la habilidad de agrandar y empequeñecer de Mumbo Jumbo, podíamos cambiar el tamaño del bazar de Humba. Por lo tanto, en Terrydactylandia había dos casas de Humba: una tamaño grande, y otra tamaño pequeña.
En el primer caso, seremos un dinosaurio gigante, titánico, colosal. Podremos andar por el fango, pulsar interruptores, asustar a los miembros de las tribus, seremos tan altos como una montaña y por eso nos costará desplazarnos debido a nuestro peso. Todo se verá muy pequeño.
En el segundo caso, seremos un dinosaurio tamaño pequeño, pero capaz de emitir rugidos, ya sean largos o cortos.
LAVADORA. En las industrias Grunty disfrutaremos de otra de las transformaciones más famosas de Banjo Tooie: nos convertiremos en lavadora.
Además de lanzar ropa sucia para atacar a los enemigos, podremos utilizar un ascensor especial apto solo para "lavadoras andantes" jejejjee y así desplazarnos entre las diferentes plantas del edificio
Explorar la fábrica es fundamental para encontrar a varios obreros que tienen un problema importante de limpieza: su uniforme de trabajo está sucio. Si les lavamos los trajes de trabajo, nos darán una suculenta pieza de puzzle.
A modo de curiosidad, en el primer Banjo Kazooie, Mumbo podía cometer un error, y transformarnos sin quererlo en lavadora. Eso sí, en cuanto cometía el error rectificaba, el chamán daba marcha atrás, y nos transformaba en lo que estaba previsto.
No obstante, había un truco que nos permitía convertir a Banjo en lavadora, tecleando en el castillo de arena del nivel de la bahía, la secuencia WISHYWASHYBANJO
BOLA DE NIEVE. Se trata de otra de las transformaciones estrella de Banjo Tooie. La veremos en los Picos Fuego Helados.
Para la parte de nieve, es una gozada, ya que podremos deslizarnos por el escenario e ir aumentando nuestro tamaño haciéndose la bola cada vez más grande, y por ende, podremos pulsar interruptores oxidados que necesitan peso para ser pulsados. Gracias a la bola gigante helada pondremos en funcionamiento la plataforma petrolífera o abriremos la estación de tren de ese mundo
Para la sección de fuego y lava el disfraz de bola de nieve resulta muy incómodo y tedioso. Corremos el peligro de perder vida por derretimiento, así que más nos vale no estar mucho tiempo en la parte ardiente del nivel. Mejor en la congelada jejejj
ABEJA. Resulta curioso que la última transformación de Banjo Kazooie y Banjo Tooie sea la misma. Nos convertiremos en una abeja, capaz de sobrevolar el escenario. En el primer juego, podíamos disfrutar de las vistas del precioso Bosque Click Clock (el de las cuatro estaciones). Y en Banjo Tooie, haremos lo propio con la Nube Cucolandia.
Una vez nos transformemos en este molesto insecto podremos atacar con nuestro aguijón desde el aire a unas plantas en forma de ojo muy feas y malrolleras. Si derrotamos a todas nos darán una de las piezas de puzzle.
Si volamos sobre la cima de la montaña podremos ver un pequeño agujero circular incrustado en la montaña, por el que casualmente, solo cabe algo del tamaño de un insecto.
Si accedemos a este agujero siendo abeja podremos disputar un minijuego de puntería. Tendremos que lanzar aguijones contra abejas de colores. Las rojas valen 1 punto, las verdes 2 y las azules 3. Habrá que conseguir 50 puntos en 1 minuto de tiempo.
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