martes, 13 de octubre de 2020

Pisando una tienda de videojuegos después de 14 años

La entrada de hoy está dedicada a un amigo muy especial, que es un crack, tanto como persona como jugador. Todo un campeón. Ojalá los chavales de hoy en día tuvieran la educación y bondad que tiene este chico. Se nota que su madre, que es otra de mis mejores amigas, ha sabido guiarlo por el buen camino en esta vida. Un orgullo enorme conocer a gente así y sea como de la familia.

Hoy 13 de octubre este niño se ha hecho un poquito más mayor. Cumple 11 años. Y gracias a él, he hecho una cosa que desde hace muchos años no hacía: pisar una tienda de videojuegos. Es lo que tiene hacerse amigo de un gamer. Cuando te toca hacer un regalo, la opción más suculenta es un videojuego. No vas a fallar nunca. 

Los que sentimos la pasión por este mundillo sabemos de lo que hablamos. Y aunque yo sea un abuelo cebolleta anclado en la época de la Play 2, entiendo perfectamente ese amor y sentimiento hacia el videojuego, sea clásico o moderno. 

Need For Speed Rival: una buena adquisición

Y me ha hecho ilusión volver a comprar un juego después de tantos años. Aunque no fuera para mí jeje. Pisar una tienda, ver todos los estantes con los títulos ordenaditos, de la Play 3 y la Play 4, la X-Box 360, la X-Box One, la Wii.... He vuelto a sentir mariposas en el estómago. Me he trasladado por unos minutos a mi etapa de ESO y Bachillerato, cuando mis padres me daban 15 euros de paga a la semana, ahorraba un mes, y visitaba el Eroski de mi ciudad, dispuesto a devorar la línea Platinum de mi PS2 como si mi vida dependiera de un hilo. Qué recuerdos!!!!!!!

Si os digo la verdad, se me hacía raro encontrarme sagas y juegos que no conocía de nada. Me sonaban a chino. Es lo que tiene desengancharse de las consolas modernas durante un tiempo. Aunque también me emocioné mucho al ver secuelas de juegos que me sabía al dedillo y 15 años después todavía siguen vivas. No sé si con la misma calidad, pero ver Tekken 7 o Burnout Paradise se me saltaron las lágrimas
Tekken 7: una de las posibles opciones. Al final
con tanto buen juego, tuve que descartar delicias como esta

Tener que decidirme por dos juegos sin tener muchos conocimientos de la actual generación no es tarea fácil. Lo hice con todo el cariño y amor del mundo. No sé si habré acertado o no eligiendo, pero las decisiones que tomé me salieron del corazón, y creo que con eso basta y sobra. El chaval es maravilloso y seguro que entenderá mi falta de rodaje en la actualidad videojueguil.

¿Y qué criterios apliqué para decantarme por unos juegos o por otros? Pues seguí los consejos de mi buena amiga Carmen: la intuición nunca nos falla. Es mejor que la propia razón. Opté por dos sagas, que a mí, en la época de adolescente me marcaron mucho: Need for Speed y Soul Calibur. 

Como diría aquel, si la tradición sigue viva es porque ha sabido adaptarse a la modernidad jejjeje. Me gusta crear puentes entre pasado y presente. Y me hace ilusión que los jugadores jóvenes experimenten con los nuevos capítulos de sagas que tienen 10-20 años de historia. Si han logrado sobrevivir es por algo

Al final, me decanté por Soul Calibur VI. 
Mis buenos momentos con el II y el III influyeron en mi decisión

Conducción y lucha son dos géneros que permiten el equilibrio entre la profundidad y el dinamismo, el online y el offline, jugar en compañía o en solitario...

Por eso, después de casi media hora de reflexión, opté por Soul Calibur 6 y Neeed For Speed Rivals. Dos sagas que conozco a la perfección, pese a ignorar su evolución en la nueva generación. Fiarse de dos nombres potentes puede ser un buen criterio, para al menos, no fallar. 

Comprar un videojuego es como comprar un libro. Y los filólogos sabemos de lo que hablamos. Los gustos, los estilos, las modas, la personalidad del jugador influyen (y mucho) a la hora de hacer una compra, pero si hay algo que nunca falla es el corazón y el cariño que se tiene a los seres humanos. Y si eso ha prevalecido sobre lo demás, yo creo que he acertado.

La verdad es que ha sido un placer enorme volver a poner mis pies en una tienda de juegos. Muchas veces, dando paseos por el centro de mi ciudad, veía una tienda en la que no paraba de entrar y salir gente joven. Desde fuera se veían un montón de estanterías con videojuegos, películas y consolas. Al estar retirado de la modernidad electrónica, nunca me atreví a entrar, pero sabía de la existencia de este templo. Y qué mejor oportunidad que esta para hacerlo. 

Me alegro (y mucho) de que el cumpleaños de mi amigo haya servido de catapulta para volver a pisar una tienda de juegos, y volver a sentir eso que sentimos todos los aficionados a este mundillo. Da igual la época, da igual el sistema, da igual el género, dan igual las circunstancias... Lo que importa es la pasión que uno siente por este hobby, y todo el componente humano que conlleva. Esto te hace estar en la cresta de la ola. Feliz cumpleaños, Samuel!!!!!!!!!

1 comentario:

  1. Que buena historia, yo tambien me quede el la play 2 ,aunque me quito el mono con los juegos nuevos del spectrum emulados en la
    DS.

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