sábado, 30 de octubre de 2021

Picardía en Banjo Tooie: subiendo el brillo del monitor


Hoy me gustaría compartir con vosotros una táctica bastante rara y original que me sirvió para lograr una de las piezas de puzle del genial Banjo Tooie para Nintendo 64. Ya sabéis que cada X tiempo me gusta abrir una entrada sobre el mítico juego de Rare. La pasión es la pasión jejejjee. 

A veces, para superar un reto no es necesario tener habilidad, maña o destreza en el manejo del mando. La astucia, la picardía y el ingenio pueden sacarnos de más de un apuro. No hace falta ser un lince a la hora de controlar al oso y al pájaro. Si le damos un poco al coco, no habrá problema que se nos resista 


Eso es lo que me pasó en la mina del barranco brillante, el segundo mundo de la aventura. Se trata de un yacimiento subterráneo lleno de túneles, vagonetas, montañas de minerales y lagos excavados en piedra. Un oscuro e inhóspito lugar plagado de peligros (mineros, dinamitas, grutas con gas tóxico, un monstruo de carbón...)

Gracias a la magia de la hechicera Humba Wumba, los protagonistas se transformarán en detonador. A lo largo de la mina encontraremos varias cuevas, cuyos accesos están bloqueados por rocas que taponan la entrada. Al lado, veremos unos barriles de pólvora (T.N.T). Solo tenemos que encender la mecha del barril colocando el Banjo-detonador sobre el tonel. Entonces, se producirá la explosión. Los pedruscos caerán y podremos acceder al interior de las criptas


Una de estas cuevas nos lleva a las Cavernas Tenebrosas, un lugar caracterizado por estar sumido en la más completa oscuridad. No se ve absolutamente nada. La pantalla se queda en negro. Y hay dos piezas de puzle que recoger, una por cada bóveda. Y el escenario no puede dar más vértigo: un enorme abismo con un estrecho y tortuoso camino (lleno de curvas y desniveles) que conduce hasta el Jiggy. 


En la primera caverna, la mecánica es sencilla. Veremos unas máquinas que funcionan con huevos de fuego. Este ítem nos lo da el topo Jamjars en la Meseta de la Isla de las Brujas. Se supone que por este lugar hemos pasado antes de entrar a la mina, así que la habilidad de los huevos ardientes la tenemos más que adquirida.  

Si lanzamos huevos a las máquinas, la estancia se iluminará (por tiempo limitado) y podremos ver el camino que conduce a la pieza de puzle. Hay que ser rápidos para que no se nos apague la luz en mitad de la ruta.


El dilema viene en la segunda caverna. Para conseguir el Jiggy hace falta una habilidad que se aprende en el mundo siguiente (el Brujemundo, el parque de atracciones, nivel 3). Se trata del Desdoblamiento, unas plataformas que nos permiten separar a Banjo de Kazooie y manejarlos individualmente. 

Cuando llegamos a la Mina del Barranco Brillante es imposible que tengamos este poder. Al lado de la caverna está la Cabaña de Energía. En ella encontraremos las tablas de desdoblamiento y un interruptor gigante (que ilumina la cueva). Al pisar este botón, la caverna se llenará de luz. Si lo dejamos de pisar, volverá a la oscuridad y no se verá nada. Por eso hace falta que uno de los héroes se quede pisando el interruptor y el otro vaya a recoger la pieza de puzle. 


Solo tenemos que separar a los personajes. El problema es que en esta primera visita no disponemos de la habilidad desdoblamiento. Cuando la tengamos, nos tocará volver a la cabaña de energía para superar el reto. 


Sin embargo, yo, que soy un tipo incansable, terco como una mula, al que no le gusta dejar las cosas a medias, dije: yo de aquí me voy con la pieza de puzle. Me niego a tirar la toalla tan fácilmente. Debe haber alguna forma de llegar al jiggy, aunque se sea vea menos que Pepe Leches jejjee. 

Como veis, la paciencia no es lo mío. En una aventura plataformera como Banjo Tooie lo normal es que haya ítems que se queden sin recolectar en una primera instancia, y solo puedan ser obtenidos después de adquirir una determinada habilidad en un área posterior. El género funciona así desde que el mundo es mundo. Nunca me acabé de acostumbrar a este mecanismo. Me duele irme de un sitio sin rematar la tarea. Me pasa en los juegos y me pasa en la vida diaria jejeje

Hasta que no consiga todo, no me quedo tranquilo


Entonces, en ese momento, de mi mente emanó un rayo de lucidez. La inspiración me vino de golpe: ¿Y si subo al máximo el brillo de mi televisión? A lo mejor, dando un poco de luz al monitor, mejora la visibilidad de la caverna, lo suficiente como para ver el camino que lleva a la pieza de puzle. 

Y así lo hice. Cogí mi mando a distancia y pulsé el botón que abre el menú de ajustes. Cuando salió la opción Brightness, llené al máximo la barrita de configuración. 


Y obró el milagro. En ese momento, el fondo negro tornó a un gris tirando a blanquecino. Se podían apreciar claramente los contornos y las siluetas del lugar. Se veía con total nitidez el estrecho y tortuoso camino que atravesaba el abismo. Podía cruzar el barranco por esta senda y llegar hasta la pieza dorada. Y solo subiendo la brillantez de mi monitor Sanyo de comienzos de los 2000. 

Me puse tan contento, que con la emoción y los nervios del directo perdí el equilibrio mientras pasaba por el precipicio. Caí al vacío y tuve que volver a repetirlo. 


¿Quién iba a imaginar que para ganar una pieza de puzle de Banjo Tooie tenía que jugar con el brillo de mi televisor? Una forma astuta de conseguir un jiggy al instante, sin tener que esperar a adquirir la habilidad de turno. Esta estampa nunca se me olvidará. 

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