En el post de hoy analizaremos una de las propuestas más curiosas, extravagantes, extrañas, originales, raras, pintorescas, estrambóticas e inimaginables que los usuarios de Play 2 degustamos allá por 2001-2002
Aunque en principio este título tenía todas las papeletas de convertirse en la enésima japonesada de turno y no salir de las fronteras del país del sol naciente, su concepto fue tan ingenioso que Zoom y Eidos decidieron, en un gesto poco habitual en la época, exportarlo a América y Europa. Pensaron que la idea podía tener éxito en otro lugares fuera de Japón. Quien no arriesga no gana.
Yo no sé si consiguieron o no el objetivo comercial que pretendían. Lo que si sé es que nos dejaron uno de los juegos más personales y singulares que he visto. Seguramente no sea el mejor del catálogo, ni el más espectacular, ni el que tenga gráficos más potentes, ni el más largo, ni siquiera el más completo, pero en un mundo tan saturado como el del videojuego se agradece experimentos como estos, que salgan bien o salgan mal, no dejan indiferente a nadie, te sacan una sonrisa, te alegran la tarde y hacen que la magia de este mundillo siga viva.
Hoy vamos a recordar Mr Moskeeto.
La mecánica es sencilla a la par que atractiva y fresca. Nos metemos en la piel de un minúsculo y diminuto mosquito, que se ha instalado en la casa de una familia japonesa: los Yamada. Sus miembros serán la fuente de alimento del protagonista. Este revoloteará la vivienda en busca de los inquilinos para picarlos y chuparles la sangre que servirá para abastecerse y sobrevivir en verano. En otras palabras: tenemos que hacer lo que haría un mosquito en la vida real (picar a la gente)
Cada nivel se centra en un miembro de la familia (el padre, la madre, la hija pequeña, la hija mayor, el hijo...), y se desarrolla en una dependencia de la casa (la cocina, el comedor, los dormitorios, el trastero, el cuarto de baño, los pasillos...).
Al ser el héroe del tamaño de un garbanzo, los entornos se percibirán gigantes. Veremos bañeras que parecen piscinas, humanos como colosos o muebles que simulan montañas. Este título recuerda a Micro Machine y Toy Story, juegos en los que los ambientes cotidianos y domésticos cobran una dimensión XXL. Configuran el marco de las correrías y tramas de la aventura.
El objetivo de cada nivel es succionar una determinada cantidad de sangre a un miembro de la familia, en la parte del cuerpo que nos pidan (cara, pie, espalda, estómago, mejilla...), sin que la persona a la que piquemos se dé cuenta.
Normalmente, los inquilinos se encuentran haciendo tareas cotidianas (durmiendo, cocinando, viendo la televisión, descansando, limpiando, bañándose...). Hay que ingeniársela para darles el picotazo mientras están inmersos en su rutina diaria, sin que noten nuestra presencia.
Podemos interactuar con el mobiliario de la casa para despistar a la familia y hacer que alguien cambie de posición, se mueva, y exponga más fácilmente la parte del cuerpo que debemos picar. Las opciones son suculentas: encender y apagar el interruptor de la luz, darle al teléfono, poner en funcionamiento el equipo de música... Cada vez que provoquemos una anomalía en el hogar, atraeremos la atención de la víctima, que dejará de atender sus quehaceres para reparar el estropicio que hemos causado. Además de crear desconcierto, nuestro objetivo cambiará de postura, ideal para dar el picotazo y chupar sangre.
Debemos explorar las estancias de la vivienda en busca de corazones (para aumentar el nivel de vida) y depósitos (para acumular más sangre tras un picotazo). Hay que inspeccionar cada rincón, sin dejarnos nada: papeleras, vitrinas, techos de los armarios, mesas, suelos, puertas, fruteros, jarrones...
Es curioso volar por las habitaciones mientras escuchamos todo tipo de conversaciones cotidianas entre los miembros de la familia, en perfecto castellano, ya que el juego está doblado.
Como ya os he dicho, para superar con éxito una fase hay que picar al padre/madre/hijo en la parte del cuerpo que nos pidan y absorber cierta cantidad de flujo sanguíneo. La puntería y precisión son vitales para estamparnos en el punto exacto de succión. Una vez lo pinchemos, debemos chupar la sangre, con mimo y delicadeza. Ni muy rápido, ni muy lento, girando el stick de control y manteniendo la barra de velocidad en un punto medio.
Si nos pasamos de rosca en la velocidad de succión o somos demasiado tardones chupando sangre, el miembro de la familia se estresará, se dará cuenta de que le está picando el mosquito y nos matará de un manotazo. No seáis ansiados ingiriendo sangre, pero tampoco os recreéis en exceso. Hay que hacerlo a un ritmo equilibrado, en el término medio.
En cada nivel nos pedirán rellenar cierto número de depósitos con sangre. Hasta que el último de ellos no esté colmado, no pasaremos a la siguiente fase.
También puede ocurrir que mientras revoloteamos por la keli un miembro de la familia se dé cuenta de nuestra presencia. Eso pasará si nos acercamos mucho a la altura de sus ojos o damos demasiado ruido. Si nos descubren, se activará el modo batalla. Esto significa que la víctima dejará su actividad cotidiana para pasar al ataque.
El clan familiar usará todo tipo de armas: chorros de agua, sprites antimosquitos, manotazos, periódicos o golpes de zapato. En definitiva, los mismos recursos que nosotros empleamos cada verano para echar de nuestra casa a los insectos más molestos jejjeje.
Tendremos que esquivar sus ataques y darles un picotazo en el punto de relax, que es la zona del cuerpo que les hace tranquilizarse y olvidarse de nosotros. Cuando el miembro de la familia, se relaje, la calma volverá a reinar en la casa y podremos intentar otra nueva succión de sangre, sin peligro de muerte.
Hay misiones sin tiempo límite. Son las menos estresantes, ya que el llenado de los depósitos de sangre se realiza sin la presión del correr de los minutos.
Otras veces, los retos son a contrarreloj, ya que las escenas tienen un final. Por ejemplo, si nos piden succionar sangre a la hija mientras está en la bañera, el tiempo límite es lo que dure el baño. Si este se acaba y no hemos absorbido la cantidad de líquido venal exigida...game over!!!!!!!!!!!!!!!!
La recepción de Mr Moskeeto en crítica y público fue variada. Es un título que amas u odias. No hay término medio. Para algunos, es la típica frikada japonesa que no tiene sentido. Para otros, es un juego de culto.
En la Game Informer del 2008 fue incluido en el top 10 de videojuegos más raros de todos los tiempos. La prensa estadounidense dijo lo siguiente: "Puesto que las personas matan millones de mosquitos todos los años, nos gusta ver cómo los jugadores tienen el control de un asesino en serie tan notorio y controvertido".
Objetivamente no es el mejor juego del mundo, pero se agradece la creatividad, originalidad, carisma, riesgo, imaginación y frescura conceptual. Eso también es arte!!!!!!!!!!!!
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