-Danza del príncipe Igor de Aleksandr Borodín
-Preludio de la ópera Carmen de George Bizet
-El Vals de las flores de El Cascanueces de Chaikovski:
-Can-Can de Orfeo en los Infiernos de Offenbach
In the Mood (Joe Garland)
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¿Es posible encontrarse un reportaje de videojuegos en una revista de cotilleos como esta? ¿En serio? |
Hola a todos. Hoy os tengo que comunicar una excelente noticia: mi Xbox Series X ya está en camino.
Al final, después de mucho meditarlo, he decidido dar el salto a la modernidad. Voy a comprar una nueva consola después de 18 años. Tenía ganas de empezar una generación desde cero, y volver a sentir ese gusanillo que todos hemos sentido cuando entra en nuestra casa un nuevo dispositivo electrónico de entretenimiento. Me siento como si tuviera 15 años jjejjee.
Los que ya me conocéis sabéis de sobra que este salto a la innovación no significa la ruptura con el mundo retro. Yo me moriré siendo un apasionado de los juegos antiguos. Lo que pasa es que también es bonito estar en contacto con las tendencias actuales y divertirse con lo que hoy se produce. Todo es compatible. Y se puede estar en la cima de vanguardia sin divorciarse de la tradición.
Y para muestra, la entrada de hoy. A pesar de que mi colección de juegos de Play Station 2 quedó cerrada hace años, la apertura en mi ciudad de una tienda de ocio electrónico (en la que casualmente se venden juegos de mi vieja consola) me ha hecho recobrar la ilusión por la 128 bits de Sony, y poder jugar, por un precio económico, a aquellas joyas que en su momento, no pude catar.
Así que estos días he tenido el privilegio de añadir nuevos títulos a mi ludoteca sin que apenas se note en el bolsillo. Por menos de 30 euros he podido adquirir 7 nuevos títulos. Y todavía quedan unos cuantos que a lo largo de estas semanas iré completando.
Cuando estaba en la cresta de la ola en pleno auge de la PS2 tuve que renunciar a muchos títulos. Salían al mercado muchísimos juegos cada semana, pero la paga que me asignaban mis padres no daba para tanto. Así que me quedé con muchas espinas clavadas.
Sabiendo que un videojuego de estreno eran 60 euros, un Platinum 30, y mi fondo económico muy limitado (15 euros por semana), no me quedó más remedio que seleccionar y quedarme con los mejores. Pura teoría de Darwin. Al final, solo los más fuertes entraron a mi colección.
Gracias a Dios, años después, la vida me ha dado la oportunidad de resarcirme. Quién me iba a decir a mí que volvería a estrenar juegos en mi consola favorita.
Con The Getaway: Black Monday se cierra un círculo que empezó 18 años atrás. El primer DVD que entró en mi PS2 fue el primer The Getaway, en aquellas navidades de 2002. Yo había terminado el primer trimestre de 3º de la ESO con unas notas excelentes (7 sobresalientes jejjeej), y mis padres me sorprendieron con la Play 2.
Si os digo la verdad, mi intención era adquirir el pack de la consola con el GTA Vice City, que era el juego estrella de aquellos días. Sin embargo, en mi tienda de confianza, ya se había agotado la oferta, así que opté por el título más parecido, que era The Getaway.
Las revistas de la época lo vendieron como un GTA más realista, más maduro, más cinematográfico, con unos gráficos que eran la creme de la creme, aunque también no poseía el grado de libertad ni salvajismo de la saga de Rockstar.
No obstante, la propuesta de Team Soho me encandiló y no me arrepiento de la compra. Era una gozada pasearse por las calles de Londres, ir reconociendo sus monumentos más emblemáticos, contemplar el tráfico (coches basados en modelos reales) y el perfecto doblaje al castellano
Por eso, cuando hace unas semanas fui a la tienda y vi en la estantería la secuela a 3 euros, no dudé en echarla al carro. Me encantó volver a poner los pies en la capital inglesa (tal y como la recordaba pero ahora con motos, como principal novedad jejjejee).
Y por supuesto, la historia estaba a la altura, con 3 nuevos personajes: el boxeador y matón Eddie O'Conno (el Mark Hammond de este juego); el sargento Ben Mitchell (el equivalente a Frank Carter); y Sam Thompson, una muchacha experta en tareas de espionaje, y que tomará las riendas en las misiones de infiltración.
Ya os conté una vez mi afición por Singstar. En su día adquirí el Pop y el Party. Imaginad, yo, que soy un apasionado de la música española de los años 60, 70 y 80, cuando vi en la tienda Singstar Clásicos. No pude resistirme. Temazos de Nino Bravo, Cecilia, Rocío Jurado, Isabel Pantoja, Rocío Dúrcal, Fórmula V, Ana Belén o Karina.
A mis padres les resultaba curioso tener en casa un videojuego de karaoke (y se animaban a echar alguna partida conmigo), pero también se quejaban de que había música demasiado moderna para ellos y mucho tema en inglés, junto a otras canciones que ni conocían. Con Singstar Clásicos esto dejó de ser un problema y a mi madre le encanta jugar conmigo mientras canturrea temas de su época.
Una de mis espinitas clavadas jejee. En su momento no pude disfrutar de la trilogía de Prince of Persia en mi PS2. Y mira que yo siempre decía: el siguiente que me voy a comprar es la joya de Ubisoft. Pero al final, por unas cosas y por otras, lo fui dejando y otros títulos se ponían por medio y acaparaban mi atención, quedándose la mítica saga del Príncipe arrinconada en el archivo de pendientes.
Menos mal que al final el karma existe y he podido, casi en su totalidad, cumplir mi sueño. Y digo casi porque solo he podido encontrar el primer juego (Las arenas del tiempo) y el tercero (Las dos coronas). Me ha faltado el segundo (El alma del guerrero). Una lástima. No obstante, me doy con un canto en los dientes poder disfrutar por menos de 6 euros de dos clásicos como estos. Todavía no me he puesto con ellos, pero cuando lo haga os prometo abrir alguna entrada.
Jugar a GTA Liberty City Stories 14 años después de su lanzamiento ha sido todo un acierto. En su momento, este juego lo tuvo muy complicado para hacerse un hueco en nuestros corazones. Veníamos de GTA San Andreas, que ya sabéis todo lo que supuso (tres ciudades a cada cual más espectacular, un estado enorme, misiones secundarias a cascoporro, un montón de posibilidades...).
Volver a una sola urbe, con una reducción importante en el número de vehículos, misiones, habilidades y opciones...imaginad el percal. Crítica y público lo vieron como un paso hacia atrás en la saga. Y para más inri, el juego era un port directo del de PSP. Se veía claramente que estábamos jugando a un título de consola portátil.
Ahora que han pasado tantos años desde San Andreas, creo que ha sido un acierto jugar a Liberty City Stories. Sí señor!!!!!!! El tiempo ha hecho su labor.
Al haberse enfriado los recuerdos del San Andreas, ahora puedo jugar al Liberty sin hacer la odiosa comparación jejeje. Y puedo decir que he vuelto a sentir la magia de cuando juego por primera vez a un GTA. Me ha encantado reencontrarme con el mismo escenario de GTA III y sentir el espíritu de la saga
La simplificación o reducción de elementos no implica una merma de calidad. El juego sigue siendo grande.
Todavía me acuerdo de la fiebre de El señor de los Anillos durante la época de la PS2: La comunidad del Anillo, Las Dos Torres, La Tercera Edad, y por supuesto, El retorno del Rey. Los aficionados a la saga de Tolkien vivimos unas cuantas navidades de infarto, con unos juegos brutales, divertidos, dinámicos y sobre todo, que reflejaban muy bien el espíritu de los libros y las películas.
En su día me los alquilé y me los pasé. No obstante, siempre me quedé con las ganas de incorporar alguno de los juegos a mi colección. Cuando lo vi en la tienda di un grito de alegría. Además, el juego posee un modo cooperativo muy chulo que en su momento, por falta de amigos, no pude disfrutar. Ahora que tengo gente a la que le gusta este mundillo, voy a resarcirme bien jejjejeje
Y acabo con un juego, que más que una compra, es un préstamo de un amigo. Hace un mes organicé en casa un piscolabis con algunos colegas. Uno de ellos (mi gran amigo Jesús, poseedor también de una Play 2) trajo algunos de sus juegos para amenizar un poco la velada y divertirnos aquella noche.
El Burnout Revenge fue un éxito. Estuvimos hasta las tantas de la madrugada superando desafíos. Entre accidentes, carreras, eliminatorias, contrarrelojs y campeonatos pasó el tiempo casi sin darnos cuenta.
Como detalle, me dejó prestado el juego, para que me lo pasara en su totalidad. Y en esas estoy jejjee. La música me encantó. Por eso abrí una entrada hace unas semanas sobre su banda sonora.
Me ha encantado compartir con vosotros estas últimas adquisiciones. Ya os iré informando de otras nuevas. Un abrazo a todos!!!!!!!!!!!!!!!!
Bienvenidos a un nuevo desafío en el que podéis poner a prueba vuestra cultura retrojueguil. Como la otra vez, he preparado 20 preguntas (0,5 puntos cada una). ¿Seréis capaces de responder correctamente a todas y alcanzar la codiciada matrícula de honor? Ya sabéis que la gracia de estos retos está en recurrir a vuestra memoria y conocimientos. Si miráis las soluciones antes de tiempo, no sacaréis partido al propósito de esta entrada.
EXAMEN
1.2.3 Identifica el videojuego, teniendo en cuenta estas descripciones:
-Si queremos mantener vivo al protagonista de esta tropical aventura, tendremos que recoger todas las frutas y botellas de leche que encontremos por nuestro camino. De esta manera, mantendremos llena la barra de vida, sin necesidad de un sistema de tiempo, y nuestro héroe podrá llegar sano y salvo al final del nivel.
-Mucho cuidado con los vecinos que se asoman por las ventanas, lanzando macetas a los luchadores de esta peculiar batalla urbana. El último asalto es el más importante, ya que la calle acaba en una alcantarilla y si queremos vencer, tendremos que tirar a nuestro rival a su interior.
-Nuestro protagonista subirá a bordo del USS Discovery, un buque petrolero, con el objetivo de cumplir una importante misión
4.5.6 Observa la siguiente imagen
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Bienvenidos a la entrega número 13 (se lo dedico a mi amigo Jesús que sé que le gusta el número jejeje) de Pereza Máxima, la sección del blog en la que repasaremos los momentos más delirantes, aparatosos, desquiciantes, farragosos, tediosos, cansinos y apáticos de la historia de los videojuegos. Y como siempre desde el cariño y el buen humor. Ya lo dice el refrán, al mal tiempo buena cara. Y aunque a veces nos den ganas de estampar el mando contra el suelo, yo creo que es mejor saber reírse de las cosas. Hoy os traigo tres nuevas estampas. Espero que os gusten
AHOGAMIENTOS EN SONIC THE HEDGEHOG
A diferencia de Mario Bros o Donkey Kong Country que se pasaban bajo el agua todo el tiempo que quisieran, casi sin despeinarse (se ve que sus pulmones resisten bien la presión jejejej), el erizo azul de Sega tenía un punto débil que se acentuaba en los niveles acuáticos: solo podía aguantar la respiración durante unos pocos segundos. Después de un tiempo bajo el mar, una cuenta atrás de 5 segundos aparecía en pantalla
Esto iba acompañado de un cambio de melodía que a mí me causaba verdadero pavor cuando era un chaval de 6-7 años.
Junto a la canción del tiempo del Mario Bros (que sonaba cuando quedaban 100 segundos), son los dos temas que más me traumatizaron en mi época de Primaria. Era ver el contador de los cinco segundos, y la sangre se me helaba. Me daba tal cague que a veces tenía que jugar Labyrinth Zone sin volumen en el televisor para que la música no me asustara. Una odisea
Enlace con la música: https://www.youtube.com/watch?v=9Yw5jkAHgME
La escena era agónica, ya que el timbre chirriante y macabro de la melodía (que sonaba cada vez más rápido, con unos ecos que parecían sacados de una peli de terror), te hacían ponerte más nervioso, y al final, no daba pie con bola.
Yo intentaba aprovechar al máximo esos escasos segundos conduciendo a Sonic lo más rápido posible, en busca de una burbuja de oxígeno que me diera un respiro (nunca mejor dicho), y así abandonar la situación de peligro. Con la presión del momento y las prisas, al final, me acababa chocando con los obstáculos del escenario, perdía todos los anillos e incluso moría antes por un golpe que del propio ahogamiento jejjee.
Por eso, cada vez que juego una fase acuática en Sonic, soy un poco (demasiado) maniático. Tengo que recoger sí o sí todas las burbujas que vea, aunque haga 5 segundos que recogí la última. Soy un obseso del oxígeno. En cada punto en que encuentro bolas de aire, tengo que parar para regenerar el oxígeno, aunque no me haga falta. A veces, hay dos puntos para respirar a tan solo 1 metro de distancia. Aun así, no me quedo tranquilo si no cojo la burbuja de turno. Reconozco que soy muuyyyyyyyy lento en las fases acuáticas de Sonic. Prefiero ir sobre seguro que cagarla.
En algunos momentos concretos, el nivel del mar crecía, hasta cubrir totalmente al erizo. A mí esta escenita me ponía los pelos de punta, ya que pensaba que iba a morir ahogado.
REBOTES TRAICIONEROS
La siguiente estampa pertenece a Clu Clu Land, un curioso juego de Nintendo Research, del año 1984, para la NES, que mezcla habilidad con lógica.
Nosotros controlamos a una simpática bolita de color rojo (llamada Bubbles) por un escenario que está lleno de tabiques. El objetivo será pasar por determinados puntos del tablero. A medida que pisamos estos puntos, aparecerán unos diamantes en el suelo, que formarán un dibujo. La fase acabará cuando hayamos formado el dibujo.
¿Cuál es el problema? Que habrá enemigos que se moverán de un lado a otro, dispuestos a amargarnos la existencia. Si nos chocamos con alguno de ellos, perderemos una vida
Si hay algo que me irritaba (y mucho) de este juego eran los muelles invisibles. Eran muy traicioneros. Nosotros íbamos rodando tranquilamente por el escenario, disfrutando del paseo, cuando de pronto, aparecía delante de nuestras narices el dichoso resorte. Este nos hacía retroceder, impulsándonos hacia atrás, de una manera brusca. No había tiempo de reacción, ya que los muelles no se veían. Se activaban al pisar cierto punto del escenario.
Esto suponía una muerte segurísima cuando nos perseguía por detrás un enemigo. Imaginad la escena. Vamos hacia delante, nos chocamos con el muelle, rebotamos hacia atrás y nos topamos con el bicho. Menuda gracia!!!!! La cantidad de vidas que habré perdido por este motivo. Les cogí una manía a los p... muelles jejjejee
SE VE PERO NO SE JUEGA (MARIO PARTY)
Y por último, vamos con un clásico de Mario Party. Ya sabéis que la gracia de este título está en el multijugador. No es lo mismo jugar una aventura de tablero una persona que cuatro. Para sacar partido a la fiesta más famosa de Nintendo, lo mejor es tener cuatro mandos enganchados a la Nintendo 64.
Cuantas menos personas jueguen, más posibilidades hay de que nos suceda el momento truño que os voy a contar. ¿Cuántas veces hemos tenido que soltar el mando, para que la máquina juegue sola un minijuego o un evento en el que nosotros ni pinchamos ni cortamos? Es lo que tiene jugar en solitario una partida. Hay cuatro jugadores. Nosotros controlamos a uno. El resto, los maneja la máquina de forma automática.
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Lo único que tenéis que hacer es no hacer nada y esperar a que la máquina acabe |
Esto significa que si un jugador que no controlamos cae, por ejemplo, en una casilla de minijuego en solitario, nos vemos obligados a perder un tiempo precioso viendo cómo la máquina juega sola a ese juego.
Nos tenemos que tragar las instrucciones, el desarrollo del juego y los resultados. Y lo malo de esto es que nosotros no podemos hacer nada. Solo oír, ver y callar. Se mira pero no se toca jejjee. Lo único que podemos hacer es gafar, animar o jalear a la máquina para que se equivoque, pierda el juego y no gane las monedas de recompensa. Son varios minutos que se pierden tontamente y alargan innecesariamente la partida.
Para las personas activas que nos encanta manejar el mando era una lata tener que esperar esos minutos hasta que la máquina acabara. Cuando veía que otro jugador caía en la casilla del juego, la pereza me invadía y aprovechaba para ir al baño, hacerme la merienda, o cualquier otra cosa más interesante. Por lo menos, cuando alguien caía en un Chance Time o una casilla de Bowser siempre se daba la emoción de si el evento nos acabaría salpicando e involucrando, pero en una casilla de minijuego un jugador, no nos quedaba más remedio que chupar banquillo y ser meros espectadores de lo que otros hacían.
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Al menos, aunque no lo controlemos, aquí sí hay emoción, ya que nos puede afectar |
Menos mal que en Mario Party 3 subsanaron el problema y cuando otro jugador tenía que enfrentarse a un evento (juego objeto, juego Shy Guy, duelo en el que no estuviéramos presentes...), pasábamos directamente al desenlace, sin tener que visionar todo el desarrollo. Menos mal!!!!!!!!!!
No obstante, también os digo que en Mario Party ser espectador tampoco es tan malo. Yo mismo tuve una época (allá por los 11-12 años) que todas las noches antes de irme a dormir, encendía la tele, ponía una partida de 50 turnos, dejaba que la máquina controlara a los 4 jugadores, me tumbaba en la cama y me entraba sueño viendo una partida de Mario Party como si estuviera disfrutando de un programa de televisión. Al final, acababa frito antes del turno 10 jejjejee.
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Era como ver un programa de televisión |
Y muchas veces, dejaba a la máquina jugando, sin controlar a nadie. Me desatendía y cuando quedaba 1 turno, volvía a mi habitación y me enganchaba a los dos jugadores que mejor posicionados iban y así me llevaba todas las estrellas y monedas que habían conseguido, mientras yo había estado sin hacer nada, rascándome las narices. Al César lo que es del César. No todo es malo jejjejee