miércoles, 19 de junio de 2019

Zippy Race: un viaje por Estados Unidos a velocidades de vértigo



La entrada de hoy está dedicada a uno de mis títulos favoritos de la NES cuando era un chavalín de 5-6 años: Zippy Race. Este arcade de conducción fue producido por Irem en el año 1983. Se versionó para la Master System, la Nintendo y el arcade. 

El juego nos invita a recorrer varias rutas por los Estados Unidos de América, al mando de una veloz moto. El objetivo consiste en adelantar el mayor número de coches posibles a lo largo de las 5 etapas de las que consta cada gran premio. Empezamos en el puesto 90 del ranking. A medida que adelantamos vehículos, iremos ganando posiciones y ascendiendo en la escala de mejores conductores, hasta lograr las posiciones más suculentas, que son las que más puntos nos otorgan

Por cada coche adelantado, ganamos una posición. Así, hasta dejar atrás a los 90 vehículos y alcanzar la pole position. Evidentemente, para llegar a la cabeza del ranking, la conducción debe ser perfecta, sin choques ni accidentes. Es difícil pero no imposible. Quedar entre los 10 primeros clasificados ya era un logro. Recuerdo que me ponía a dar saltos de alegría jejjeje. 


La moto cuenta con una barra de gasolina que se va agotando (vaciando) a medida que conducimos por las rutas. Menos mal que podemos recoger bidones que nos encontremos por el camino, dispersos por la carretera, para así llenar un poco el depósito. 

Realmente la pérdida de fuel que más dolía era la que se producía por culpa de los accidentes. Cada vez que nos salíamos de la carretera, chocábamos con otro vehículo o un obstáculo, perdíamos un cachito más grande de barra de gasolina, que se sumaba a la pérdida ordinaria por tener la moto en marcha. 

Había que tener mucho cuidado y no conducir a lo loco ya que la acumulación de accidentes nos podía hacer perder de forma total la barra de fuel, y quedar con el depósito vacío en medio de la ruta. Si eso ocurría...Game Over. 



Debemos buscar el equilibrio entre conducir rápido, pero también, con precisión y cautela para no liarla parda con tanto accidente. De hecho, era muy raro que un jugador principiante completara las 5 rutas. Muchas veces me quedaba sin gas en medio de la carrera. Llegar a Nueva York (final de la quinta etapa) era ya un logro, aunque fuera en un puesto bajo.

Las rutas 1, 3 y 5 se ambientan en una carretera asfaltada. De vez en cuando, esta se estrecha, se curva o se ramifica en dos, de forma que adelantar a los coches se convierte en una misión imposible. También debemos esquivar charcos, que nos harán patinar y perder el control y el giro de la moto.

Las rutas 2 y 4 se ambientan en un camino de arena. Hay que esquivar rocas y cruzar ríos por unos puentes muy estrechos, además de usar rampas de salto.


Tanto en asfalto como en arena, la cámara adopta una perspectiva aérea. Cuando llegamos al final de una ruta, el paisaje cambia. Esto significa que estamos en la entrada de una ciudad (Las Vegas, Nueva York, Detroit...). En estos tramos semiurbanos la cámara se coloca por encima del hombro del jugador. El objetivo no es adelantar coches, sino esquivar vehículos que vienen de frente, en plan suicida. 

Tenemos que esquivarlos y evitar chocarnos con ellos para así entrar en la ciudad, repostar fuel y sumar puntos antes de empezar la próxima ruta. 

El tramo final urbano es el momento más emocionante. Muchas veces llegábamos con la gasolina al límite y no sabíamos si íbamos a poder alcanzar la meta. Además, tener un accidente en estas zonas nos podía llevar a quedarnos sin fuel a solo unos metros del final. La cantidad de carreras que habré perdido en el acceso a las ciudades después de haber superado una ruta difícil!!!!!!!!!!

Encima, los coches que vienen en dirección contraria tienden a despistarnos. Hacen giros bruscos, de forma que es difícil predecir por donde van a pasar. Y un choque de frente es letal. Nos echa a perder la carrera. Además, en las entradas a las ciudades no podemos ganar posiciones en el ranking


En función del puesto alcanzado al llegar a una ciudad, nos suman más o menos puntos. La barra de fuel se regeneraba, mientras disfrutábamos del perfil de la urbe al son de una música muy animada. Al llegar a Nueva York sonaba el himno de los Estados Unidos mientras la estatua de la Libertad nos saludaba (este detalle lo tengo guardado en la mente). Al acabar un gran premio, volvíamos a empezar, pero esta vez con una moto más rápida (de otro color), y un nivel de dificultad más alto. A medida que aumentábamos las cilindradas de la moto la conducción se hacía más vertiginosa, y también más difícil 

Como curiosidad: yo jugué este título en una consola pirata que tenía incorporados grandes clásicos de la NES, en plan "1000 en 1". Normalmente, un título tenía distintas variantes y modificaciones. En una de esas variantes la barra de fuel no bajaba y se mantenía llena. Evidentemente, esto quitaba emoción al juego, pero te garantizaba completar siempre el gran premio, aunque fuera en un mal puesto.

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