domingo, 6 de agosto de 2023

Reminiscencias retro en Yakuza: Like a Dragon

Llevo más de un mes enganchado a Yakuza Like a Dragon, el octavo capítulo de una saga, que es para muchos, la sucesora espiritual de Shenmue. El paso del beat'em up al RPG por turnos no impidió que el universo de Ryu ga Gotoku Studio perdiera sus señas de identidad: cultura japonesa, uso del disparate y el delirio como artificios artísticos, un mundo abierto repleto de minijuegos y retos secundarios, tramas complejas en las que no están reñidas la intriga, el absurdo y el giro inesperado...

¿Qué os parece si analizamos la presencia de elementos retro en esta joya de Sega? Las aventuras de su protagonista, Ichiban Kasuga, por el distrito de Yokohama (Isezaki Ijincho) están aderezadas de un fluir constante de referencias a sagas, sistemas y títulos clásicos. En la entrada de hoy vamos a recordarlos

La conexión de Yakuza: Like a Dragon con Dragon Quest se detecta desde el primer momento. El héroe se considera un fanático de la franquicia rolera de Square-Enix. Desde pequeñito mamó esta saga y los mejores momentos de su vida los pasó jugando a este RPG por turnos. 

Por eso, no debe extrañarnos la impronta quijotesca en la personalidad de Ichiban Kasuga. Él mismo se ve como un personaje de Dragon Quest, que sale en busca de aventuras para luchar por sus ideales. El proceso es similar al del héroe cervantino, el cual se pasaba el día leyendo novelas de caballería. ¿Cuál fue el resultado? Alonso Quijano se convirtió en Don Quijote, y se creyó protagonista de una gesta 

Cada vez que el bueno de Ichiban se tope con un enemigo mientras vaga por las calles de Yokohama, el jugador observará cómo cambia la apariencia externa del rival. Su aspecto serio y formal, similar al de otros capítulos de Yakuza o Shenmue, tornará a un diseño más fantasioso, rocambolesco y monstruoso, que emana de la mente del héroe. El delirio y la locura son calcaditos a Don Quijote. En su cabecita, los molinos de viento se transformaban en gigantes. 

Nuestro protagonista, al igual que el ingenioso hidalgo manchego, tiene tanto poder imaginativo que se siente héroe de un videojuego y esas batallas que libra contra pandilleros, familias y líderes son peleas de Dragon Quest. Eso justifica la evolución del beat'em up al combate por turnos. 

La propia marca Dragon Quest aparece explícitamente en los diálogos. Los chicos de Sega no se cortan en nombrar un título de la competencia y hacer publicidad gratuita a dicho juego. De hecho, se tuvo que pedir permiso a los compañeros de Enix para citar el título dentro de Yakuza: Like a Dragon. 

¿Sabéis que es un Puff-Puff? Se trata de un introducir la cabeza de un hombre entre los pechos de una mujer, y dejarse llevar por el placer del roce. Esta escena subidita de tono empezó como una broma de Akira Toriyama en los mangas de Dragon Ball. Es lo que el maestro Muten Roshi le pide a Bulma unas cuantas veces.

Dragon Quest se inspira en esta picante e insinuadora estampa para crear las Puff-Puff Girls, chicas que a cambio de piezas de oro nos permiten disfrutar de su belleza y sensualidad. En el primer capítulo, una fémina de la villa de Rimuldar nos pide 50 monedas por este servicio, que en la secuela se encarece a 100. Si el héroe se niega, será acusado de no sentir atracción por el sexo femenino. En Dragon Quest IV hay una bailarina que ofrece gratuitamente sus senos a los chicos del grupo. 

Evidentemente, con el fin de mantener el decoro, la moral y el buen gusto, nunca se muestra lo que pasa durante el encuentro. Todo queda a imaginación del jugador. 

Los héroe de clase bufón pueden ejecutar la habilidad Puff-Puff. Si lo hace una mujer, el rival sucumbe a nuestros encantos. El pobre enemigo quedará paralizado durante varios turnos. Ante tanta belleza solo puede contemplar hechizado el espectáculo y olvidarse de la pelea. Si lo hace un hombre, la sutileza se convierte en fuerza bruta, ya que el movimiento de los pechos provoca daño. 

Yakuza: Like a Dragon hereda este concepto. Ichiban Kasuga, en sus correrías por Yokohama, se topará con chicas jóvenes y atractivas, que a cambio de yenes, nos dejarán poner la cabeza entre sus pechos. El protagonista recupera salud y mejora algunos rasgos de su personalidad, aparte de llevarse un logro si lo hacemos con cinco féminas (aunque también hay que hacer de tripas corazón y atreverse con un varón).

En los salones recreativos de la ciudad, el protagonista podrá echar unas monedas a las máquinas arcade y disfrutar de varios clásicos de Sega. Estos lugares son los recreativos Sasaki (Ijincho) y el club Sega (Nakamichi, Plaza del Teatro, Sotenbori)

¿Cuáles son estos títulos?

-Fantasy Zone, un colorido shooter espacial del año 1986, en el que controlamos la nave Opa-Opa, que lucha contra enemigos absurdos e inusuales, como en Twinbee (flores, setas, calabazas, ollas, cangrejos, barriles...). Con las monedas obtenidas al derrotar a los rivales obtendremos mejoras para el vehículo. 

-Outrun, el mítico juego del Ferrari Testarrossa descapotable rojo, con una chica rubia y macizorra de copiloto. Recorrer kilómetros y kilómetros de carreteras interminables, a velocidad de vértigo mientras adelantamos al tráfico y cambiamos de paisaje tras cada cruce es una experiencia gratificante. 

-Space Harrier, el mítico shooter sobre raíles en tercera persona, que en 1985 rompió moldes gracias al increíble apartado gráfico (pseudo 3D, elevado frame rate que hacía avanzar rapidísimo la pantalla, una gran cantidad de sprites a la vez...) y por supuesto, su jugabilidad. A lo largo de sus dieciocho pantallas debemos derrotar a mamuts, dragones, extraterrestres y robots, que nos avasallan por todos lados. 

-Super Hang-On, juego de motos del año 1987, con un enfoque arcade (nada de simulación). Sus cuatro circuitos se ambientan en los diferentes continentes del mundo (Asia, África, América y Europa). Si el jugador alcanza 280 km/h podrá utilizar un turbo para llegar hasta los 324 km/h. La luz solar cambiaba a lo largo de la carrera, produciendo cambios en el paisaje. Los cambios de rasante eran traicioneros. 

-Virtua Fighter 2, la secuela de un clásico de la lucha, que en 1994 explotó con creces la placa Model 2. El juego movía sesenta imágenes por segundo en alta resolución, sin sufrir tirones. Supuso la llegada de dos nuevos personajes a la saga: Shun Di y Lion Rafale

-Virtua Fighter 5 Final Showdown, la versión mejorada del quinto capítulo de la franquicia. Una barra de vida más larga y la incorporación del luchador de sumo Taka-Arashi y el karateka Jean Kujo fueron sus principales bazas. 

En el minijuego Dragon Kart, el protagonista subirá a un bordo de un simpatiquísimo kart para disputar carreras contra varios rivales. ¿El objetivo? Llegar primero a la meta. Por la pista encontraremos ítems como misiles o nitros, que podemos utilizar para golpear a los enemigos o aumentar la velocidad punta. 

Se pueden llevar hasta dos ítems a la vez. Cada vez que nuestro vehículo reciba el impacto de un objeto arrojadizo o colisione contra otro kart o las paredes de la pista, mermará su durabilidad. Si esta llega a cero, perderemos el control del kart, nos estrellaremos y perderemos un tiempo precioso. En la carretera encontraremos charcos de aceite muy traicioneros, que mermarán la aceleración. Por supuesto, hay que tomar bien las curvas, y si lo hacemos bien, podemos salir con un turbo desde la línea de salida. 

Disputaremos cuatro grandes premios (Cerbero, Pegaso, Fenix, Dragón) y seis duelos contra personajes concretos (Naoki, Suguru, Akira, Jin...). Si nos sobran yenes, podemos comprar nuevos kart y/o mejorar los ya adquiridos, con el fin de incrementar su durabilidad, aceleración y almacén de objetos. Fujisawa, ex-comentarista de carreras, es el encargado de dirigir el minijuego y organizar el tutorial. 

Todo esto nos remite, irremediablemente, al genial Mario Kart, la saga de carreras alocadas más famosa de Nintendo: control sencillo, uso de armas en carrera, ocho rivales por gran premio. Hasta la tipografía con el número del puesto es exactamente igual al capítulo de Nintendo 64, en el que por cierto, también se dan tres vueltas por circuito. 

Otra curiosidad. En los circuitos de Dragon Kart encontramos desperdigados una serie de anillos con el símbolo del dragón. Si los cogemos, aparte de incrementar la durabilidad del kart, podremos canjearlos y adquirir recompensas para el protagonista (CDs de música, potenciadores de salud, trofeos frikis...)

Si os fijáis bien, estos anillos poseen un ligero parecido al logotipo de Mortal Kombat, la saga de lucha más emblemática de Midway (al menos, en sus cuatro primeros videojuegos). Si le quitáis la cabeza al dragón, veréis que queda un cuello escamoso, encorvado y con púas, con una apariencia sospechosa al emblema de la franquicia de peleas uno contra uno. 


Por cierto, en Mortal Kombat Armageddon (2006) hay un modo secundario llamado Motor Kombat en el que disputaremos carreras de karts, mezclando personajes caricaturescos y deformados con el espíritu violento y sangriento de la saga de lucha (cuchillos, trituradoras, aplastamientos...). En un juego de rol (Yakuza: Like a Dragon) y peleas (Mortal Kombat Armageddon) encontramos un modo secundario que se sitúa en un género totalmente opuesto (carreras de karts)

¿Sabíais que en Yakuza: Like a Dragon hay una parodia a Pokemon? Los adolescentes de finales de los noventa y comienzos del siglo XXI disfrutamos de un montón de videojuegos ambientados en el mítico universo de la serie de televisión (Snap, Stadium, Rojo, Azul...). 


En cuanto nos topemos con el enigmático profesor Sujimon nos daremos cuenta de la vinculación con el fenómeno Pokemon. 

Este señor está trabajando en una app para recolectar información sobre hombres peligrosos del distrito Isezaki Ijincho. El objetivo de este evento opcional es combatir contra los 255 Sujimon y registrarlos en la aplicación. La sombra del profesor Oak y la pokedex acecha en todo momento. 

Las sátiras a Final Fantasy también están presentes.

En primer lugar, el sistema de combates. Ichiban y su equipo pueden desempeñar diferentes empleos y profesiones que definen sus estadísticos y habilidades. Esto nos remite al sistema de trabajos de la obra de Square. 

¿Cuál es la diferencia? En Final Fantasy, las ocupaciones corresponden a los roles clásicos de cualquier RPG serio y riguroso (guerrero, ladrón, mago negro, mago blanco, mago azul...). Este sistema se dio en los capítulos I, II, III, V y X-2. En este último, renombrado como Vestiesferas. 


En Yakuza: Like a Dragon los trabajos resultan extravagantes y estrafalarios, dentro del contexto de un videojuego de rol (camarero, detective, sicario, crupier, vidente, músico, vagabundo...). Se trata de una burla y/o provocación hacia los RPGs serios como Final Fantasy. 

Si el protagonista acude a la agencia Hello Work y habla con Rikira, podrá cambiar de empleo siempre y cuando cumpla ciertos requisitos de nivel, personalidad o vínculo con otros personajes. Si queremos probar todos los trabajos, ya sabéis lo que hay que hacer: pelear mucho, presentarse a los exámenes de cultura general del centro de formación de Qunabara y que todo el equipo salga a comer y beber por ahí con el fin de forzar lazos. 

Ichiban Kasuga recibirá la ayuda de sicarios durante los combates. Si nos vemos en apuros durante una batalla podremos contratar sus servicios durante un tiempo limitado. Estos luchadores pintorescos solo se moverán por dinero. La primera vez es gratuita a modo de prueba. Después, nos tocará desembolsar los yenes si queremos disfrutar de sus ataques. 

Estos pintorescos personajes irrumpirán en la arena de combare. Algunos se dedican a quitar vida a los enemigos. Otros, a provocar estados alterados o a curarnos. 

Es el equivalente a las invocaciones de Final Fantasy, pero en versión paródica. La principal diferencia radica en que en los títulos de Squaresoft, los eones (Ifrit, Shiva, Valefort, Ixion...) consumen puntos de magia para ejecutar sus habilidades. En Yakuza, todo es a base de money money, amén de que el diseño y enfoque de estos auxiliares es cómico y risible. Por ejemplo, uno de los mercenarios es un cangrejo, otro es una gallina, otra la cocinera de un comedor social, otra lucha en calzoncillos.. La degradación es divertida y chocante, aunque su función es la misma que la de una invocación. 

Y siguiendo con los cachondeos, aquí os traigo una referencia burlesca a Final Fantasy VII. Mirad este cartel




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