viernes, 30 de septiembre de 2022

Conciertazos videojueguiles (8)

Vamos a celebrar el inicio del otoño con una nuevo concierto gamer. Imaginad un videojuego mudo, sin música. Sería como un menú sin sal, un cuadro sin color o una flor sin olor. El jugador se funde con el universo de ficción gracias al ritmo melódico. Sin sonido, el jugador no sentiría la adrenalina y gancho necesarios para llegar hasta el final. 

Como viene siendo habitual escucharemos seis temazos. Algunos estarán en versión original. Otros se escucharán con un enfoque más moderno y creativo. Las bandas sonoras de videojuegos dan pie a hacer experimentos de todo tipo. La red está llena de gente con genio, talento, gracia y desparpajo, capaz de reproducir sus canciones gamers favoritas y hacer sus propias versiones. 

Empezamos con un clásico del tango argentino. Fue compuesto en el año 1934 por Carlos Gardel y el poeta Alfredo Le Pera, y apareció en la película El día que me quieras. Ha sido versionado por infinidad de artistas: Roberto Carlos, Julio Iglesias, Martirio, Il Divo, Eugenia León, Hugo del Carril. Se trata de Volver. 

¿Quién le iba a decir a sus creadores originales que 87 años después el tema sonaría dentro de un juego de Annapurna Interactive para Xbox One? (Twelve Minutes) Alucinante!!!!!!!! 

El título nos mete en la piel de un hombre que regresa a casa después del trabajo. Se encuentra con su mujer, y cuando pasan doce minutos llega un policía a la vivienda, acusa de homicidio a nuestra esposa y acaba con su vida. El protagonista está atrapado en un bucle temporal, así que cuando el agente deja herida de muerte a la señora, nosotros regresamos doce minutos atrás, justo cuando entrábamos en casa y saludábamos a la mujer. De ahí la metáfora del tango Volver: volver al punto de partida una y otra vez

Tenemos doce minutos para investigar el hogar, obtener información y extraer pruebas para cambiar el desenlace funesto. Cada vez que pasen los doce minutos, volveremos al inicio del ciclo, y así una y otra vez hasta obtener diferentes finales en función de nuestras decisiones. 

Los primeros acordes de la canción de Gardel son tarareados por la esposa mientras espera la llegada de su marido. Después, se pondrá a preparar una cena romántica (para anunciarnos que está embarazada). Durante la velada, la mujer apagará las luces y pondrá el radiocasette para que se escuche como música de fondo el mítico tango, ya en la voz del gran Carlos. Yo adivino el parpadeo...No es fácil leer diálogos teniendo una composición tan majestuosa sonando. 

Bailando por Carlos Gardel

Para el concierto os pongo la polémica versión que hizo hace dos años Estrella Morente en el programa Operación Triunfo. La cantante añadió, por su propia cuenta y sin avisar a nadie, unos versos a favor de la tauromaquia antes de la primera estrofa. Esto causó un gran revuelto entre el público, espectadores y usuarios de redes sociales. La cara de su compañera de dúo (que luego fue la ganadora de esa edición) no tiene desperdicio. 


La segunda pieza de la tarde es un clásico del folclore mexicano. Como todo lo tradicional, su autoría es anónima. Se encuadra en el género musical del son jarocho, y es un himno en la ciudad de Veracruz. Se trata de La bamba, tema destinado al baile por parejas. De nuevo, las versiones se han sucedido a lo largo de los años: Ritchie Valens, Los Lobos, Andrés Huesca, José Feliciano, Baccara, Lila Downs...

Los filólogos/estudiosos/intelectuales fechan la canción en 1683. Ahí es nada. Cuatro siglo más tarde la escuchamos en un título de Ubisoft: Rayman Raving Rabbids. Primero en Wii, y después en Xbox 360, Play 2 y PC. 

Esta versión gamer mantiene el carácter fresco y jovial de la original, con unas voces blancas infantiles distorsionadas que le dan un toque de "ternura modernista". Recuerdo los conejos acercándose, girando y gritando al desaparecer en un haz de luz. Esa estampa acompañada de los acordes de La Bamba solo puede generar risa y diversión sana. Por supuesto, escucharemos el original:



El final de Parasite Eve no puede ser más épico y emocionante: Aya se lanza en paracaídas sobre la isla para comprobar si Eve está muerta. Por supuesto, no lo está. Ambas se enfrentan en una intensa batalla de la que la joven policía sale victoriosa. Eve muere, consciente de que nuestra heroína es la enemiga natural de las temidas NMT (criaturas neomitocondriales). 

Después llega el ending, con una balada popera titulada Somnia Memorias, en perfecto español aunque con algunos versos en latín. La letra es una preciosidad. Poesía cargada de metáforas trascendentales y de tono nostálgico-melancólico que no está reñido con un ritmo pegadizo. 

El estribillo me pone la piel de gallina: solo nosotros tenemos el poder de depositar en la memoria todas aquellas experiencias vividas, y cada vez que queramos, podemos rememorarlas con nuestra mente, y de esta forma nunca olvidarnos de quiénes somos, y de aquellas personas que de verdad nos aman. El amor trasciende más allá del plano físico. 


La compositora del tema es Yoko Shimomura, responsable de la banda sonora de Kingdom Hearts. Por respeto a esta artista, vamos a escuchar la versión original: 



El cuarto número de la tarde corre a cargo de una joven Youtuber de nombre Lara, que en el año 2012 interpretó a piano el tema principal de Bubble Bobble. 

Este clásico de Taito del año 1986 está protagonizado por dos dragoncitos, Bub y Bob. Sus novias han sido secuestradas por Super Drunk. Para rescatarlas debemos superar un centenar de niveles, todos ellos poblados de enemigos. Para derrotarlos debemos lanzarles burbujas de jabón, que queden atrapados en su interior. Luego las explotaremos ya sea pisándolas, saltando sobre ellas o lanzándolas al aire. El caso es golpearlas y que los bichos mueran.


A medida que vaciamos la pantalla de chusma, caerán del cielo diferentes regalos en forma de frutas y dulces, que nos darán puntos. Cuantos más enemigos derrotemos a la vez, más comida caerá. 

Las pompas pueden ser utilizadas como plataformas (antes de que los rivales se liberen) para alcanzar lugares altos. Por supuesto, encontraremos ítems que nos darán ventajas: correr más rápido, lanzar más burbujas, congelar a los enemigos, saltarnos niveles, llenar la pantalla de agua, utilizar rayos...


Sin la música, Bubble Bobble no sería Bubble Bobble. Es una melodía alegre, festiva, colorida, fácil de tararear. Apagas la consola y el soniquete se te queda grabado en la memoria. 



Ahora vamos a escuchar un medley que une las dos versiones del tema "Elec Man's Stage" del primer Megaman de NES y Game Boy. 

Se trata de una fase en vertical en la que nos tocará subir muchas escaleras, esquivar rayos eléctricos y apoyarnos en estrechas plataformas que aparecen y desaparecen. 


Entre los enemigos encontramos unos bichos rojos en forma de platillo volante con cuernos, y otros de color verde que se protegen en una coraza de globo. También hay unas criaturas que parecen medusas y se desplazan a saltos rebotando en una especie de muelle. 

La melodía transmite viveza, energía, dinamismo, aventura. Dan ganas de ascender y ascender hasta la zona más alta del nivel. Esos pinchazos y golpes secos a ritmo de electrónica del inicio son una delicia para los amantes de los tonos duros. Después, el timbre se suaviza y dulcifica sin perder el gancho. 



Cerramos la función con el tema principal de Dragon Ninja, un título de Ocean Software para Amstrad del año 1988.


Cada vez que escucho esos acordes orientalistas, de timbre cristalizado y con ese efecto resonante se me viene a la cabeza la imagen de su protagonista andado por ese andamio o valla metalizada, peleándose contra todo aquel que se cruza en su camino: ninjas, galgos, mujeres en paños ligeros, sumos...Luego el héroe se montaba en un camión y se introducía en las alcantarillas. El efecto del agua moviéndose y las paredes oxidadas me encantaba.

De nuevo os traigo la versión original: 




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