El pasado 19 de enero fue mi cumpleaños. Han caído 34. Este año la ropa ha sido la protagonista en los regalos: un abrigo térmico para los gélidos días de enero y febrero, una camiseta a cuadros preciosa, un pijama comodísimo, una colonia que huele de maravilla, una sudadera gris del capitán América, y otra azul marino muy chula. Es un placer enorme recibir tantas muestras de cariño de la familia y amigos: mis padres, Marce, Monchi, Kike, Robert, Capi, José...
Sudadera del capitán América. Pedazo de regalo |
Mi amiga Carmen decidió tirar por la vía gamer. Ella conoce mi pasión por el mundo retro. Un regalo que esté relacionado con los videojuegos es una apuesta segura para alguien como yo. Es imposible fallar. Dio en el clavo jejjeje.
Cuando la semana anterior al cumple empezó a hacerme preguntas sobre la consola que tengo, mis títulos favoritos y mis costumbres a la hora de jugar (¿Usas teclado o mando?) ya empecé a sospechar algo. Este huele a obsequio gamer!!!!!!!!!!!! Y así fue. Me regaló un mando para el ordenador, de forma que a partir de ahora pueda jugar a los emuladores de consolas antiguas por control analógico en lugar de las incómodas y poco prácticas teclas del computador
La joya de la corona |
La disposición del mando es similar al de Xbox One: 4 botones principales (X,Y,A,B), la cruceta en el centro, 2 sticks (superior izquierdo e inferior derecho), 4 teclas arriba (LT, LD, RT, RD) y 3 en el centro (start, select, menú). Después de nueve meses con la consola de Microsoft, me he acostumbrado a este formato. Y eso que al principio me costó lo suyo cambiar el chip respecto al Dual Shock de Sony. No podía evitar pensar en el triángulo-círculo-cuadrado-cruz. Ahora me siento como pez en el agua, y más con este regalo.
A veces llamo triángulo al botón Y, círculo al B, cuadrado al X, y cruz al A |
Desde 2006 hasta ahora he disfrutado de los videojuegos retro vía emulador, configurando los controles a las teclas del ordenador. Por pereza/vaguería/dejadez/perrería no di el paso de comprar un mando. Al final, tras 15 años jugando, me habitué al teclado, aun sabiendo que no era la mejor opción. Yo siempre decía: la próxima semana/mes/primavera/navidad/cumpleaños voy a adquirir un analógico para el ordenador. Mis buenos propósitos se quedaban en nada. Lo iba dejando, lo iba dejando, y por unas cosas o por otras, daba prioridad a otras cosas (juegos de Play Station 2, cables HDMI, teléfono móvil nuevo, tablet...)
Mi rinconcito retro en el escritorio |
Al final, el universo ha querido que juegue a Banjo Kazooie, Contra, Golden Axe, Alex Kidd, Donkey Kong o Driver con un buen mando. La experiencia de la emulación elevada a la máxima potencia!!!!!!!
Recuerdo perfectamente cómo fue mi primera experiencia con un emulador. Instalé el Project 64 1.6 en mi viejo Windows 2006. Configuré los plugins de sonido, control y gráficos sin entender ni papa. Probé diferentes combinaciones hasta que la imagen y el sonido de mi primera room (Pokemon Snap) fueran los óptimos.
No sabéis la alegría que me dio cuando vi la pantalla de título del juego de fotografía de Pokemon. Di un salto de la silla.
Mi primera partida fue un desastre. Además de no hacerme con las riendas del control (utilicé las teclas Z,X, A,S, flecha arriba, flecha abajo, flecha derecha, flecha izquierda, inicio, supr, fin, AvPag, enter), el puntero de la cámara del protagonista no se iluminaba cuando enfocabas a un Pokemon. Por fallos de la emulación, las fotografías eran completamente blancas. No se veían ni los contornos ni las texturas. No sabía qué retratos entregar al profesor Oak para que me evaluara el trabajo.
El nombre del Pokemon no aparecía en la versión 1.6 de Project 64 |
Decepcionado, inserté Mario Kart 64. El juego funcionaba perfectamente. Completé el Mushroom Cup a 50cc, y gané la copa de oro. Al menos, me hice con el control. Para ser honestos, solo detecté un fallo. En los monitores de televisión de algunos circuitos (Luigi Raceway, Wario Stadium...) en lugar de ver a nuestro conductor, la pantalla estaba en negro.
La pantalla que hay encima del acceso al túnel se ve en negro en la versión 1.6 |
Al día siguiente me animé con Paper Mario 64. Llegué al final del prólogo, cuando el protagonista sube por primera vez a Cima Estrella Fugaz y se reúne con las siete estrellas honorables. A continuación salta una escena en el castillo de Peach, donde la princesa conoce a un niño estrella de nombre Centella, que se compromete a ayudar a su alteza. En ese momento, el emulador se detenía impidiéndonos continuar.
¿Cuál fue la solución? Pasar de la versión PAL (europea) a la Americana. En esta última no se produce el error al llegar a este punto de la aventura. La escena finaliza con normalidad. Solo hay que guardar la partida y volver al título español. Así de fácil!!!!!!!!!!
Algo parecido ocurre cuando Mario sube a bordo de la ballena que le lleva a Isla Lava Lava. El Project 64 vuelve a fallar y tendremos que pasar a la versión extranjera.
En unos segundos falla el emulador |
Poco a poco fui instalando el resto de emuladores. El siguiente fue Virtua NES. Inmediatamente ejecuté el primer Castlevania. Me pasé la fase I de carrerilla, sin recibir daño de los enemigos, ya que me sabía de memoria la disposición del escenario. No hizo falta utilizar la opción save and load.
Un juego en el que sí utilicé el sistema de guardado y carga fue Adventure Island. En mi época colegial me quedé en el nivel 5-2. No pasé de esa cueva. La dificultad se disparaba llegado a cierto punto. Tenía ganas de conocer todas las áreas, pasarme la aventura y ver cómo Master Higgins rescataba a Tina. Al final, aunque fuera haciendo trampas a base de pulsar S (save) y L (load), cumplí mi deseo.
Para emular la Super Nintendo opté por ZSnes. Mi primer título fue Kid Klown in Crazy Chase (1995). Se trata de un plataformas en perspectiva isométrica. Cada nivel se plantea como una carrera contra la mecha de un artefacto explosivo. ¿Quién llegará antes al final del camino? ¿Nosotros o el hilo bomba? Por supuesto, tendremos que esquivar numerosos obstáculos y trampas, y recoger naipes.
¿Por qué elegí este juego y no otro? Básicamente porque tenía una espinita clavada con él. Era uno de los títulos que aparecía en el programa de televisión Zona de juegos, junto a Super Punch Out, Donkey Kong Country, Super Mario Kart y Street Fighter. Todos ellos pasaron alguna vez por mis manos salvo el juego de Kemco. Me quedé con las ganas de probarlo. No estaba disponible en mi videoclub, y cada vez que lo veía por la tele, mi boca salivaba. Me molaba el concepto de "saltos a contrarreloj", a pesar de ser estresante jejjeje.
Gracias a la emulación conocí grandes títulos de 16 bits como Chrono Trigger, Lufia 2, Terranigma o Demon's Crest. Zsnes es el programa que más horas lleva abierto en mi ordenador. Ahora me encantaría rejugarlos con mi nuevo mando. Seguro que la experiencia es diferente.
Un compañero de Universidad me recomendó esta joya para el emulador |
Kega Fusion me permitió disfrutar de las grandes joyas de Megadrive, Master System, Game Gear, 32X y Sega CD. Me costó sangre, sudor y lágrimas arrancar el emulador por primera vez. ¿La razón? Se me olvidó adherir las bios. Menudo despiste!!!!!!!!!!!
El primer título que inserté fue Sonic The Hedgehog. Al escuchar SEEEEEEEEEEGAAAAAAAAAA en la pantalla del logo de la compañía japonesa, se me saltaron las lágrimas. Los pelos de punta!!!!!!!
A pesar de los años transcurridos desde la última partida, recordaba la secuencia para introducir el truco de selección de nivel: arriba, abajo, izquierda, derecha, mantener A, B y C a la vez, y START (sin soltar los tres botones centrales).
Funcionó y puede elegir fase. Me quedé con Green Hill Zone. Sé que hice la mayor tontería del mundo (para escoger la primera área, le doy directamente a START desde el menú principal, en vez de perder tiempo pulsando la combinación de botones).
El segundo juego que probé fue Bank Panic, un arcade de disparos en primera persona desarrollado por Sanritsu Denki en 1984. El protagonista es un sheriff del viejo oeste que debe proteger un banco y sus clientes de los ladrones enmascarados. Me gustó tanto que decidí escribir una entrada para el rincón de los nostálgicos de Meristation.
Del videojuego Defenders os Oasis, un RPG de corte clásico producido por Sega Japón en 1992 para la Game Gear, tengo un recuerdo agridulce. Era el título al que estaba enganchado aquel mes de agosto de 2007, cuando falleció mi abuela. Su estética recuerda a Phantasy Star, pero con una ambientación árabe y oriental, digna de Las Mil y una Noches y Aladín: exploración, combates por turnos, buena historia...
EPSXe es el emulador que utilizo para correr las ISOS de Play Station. Tuve la suerte de que un colega me lo instaló en el ordenador con las bios, plugins y demás.
Mi primera partida fue a Wip3out, un mítico de las carreras futuristas. Fue producido por Psygnosis en el año 1999. Los efectos visuales, la alta resolución y los gráficos detallados lucían francamente bien en mi viejo ordenador.
¿Qué es lo que más me dolió? Que el programa no emulara la música. Durante las carreras es imposible escuchar las melodías originales del juego. Solo los efectos de sonido (motor, choques...). Se hacía raro conducir el vehículo sin canciones que sonaran de fondo. Un título de conducción sin acompañamiento rítmico es como un ensalada sin aliño.
Me dio mucho coraje, ya que la banda sonora de Wip3out es una jodida maravilla con temas de techno y electrónica: Orbital, The Chemical Brothers...El DJ Sasha se encargaba de elegir las piezas.
Gracias a ePSXe me piqué a The Legend of Dragoon. Durante el otoño de 2007 Dart Feld se convirtió en mi compañero de fatigas. Todas las noches, después de acabar mi sesión de estudio, hacía una visita al continente de Sin Fin.
Para emular los juegos de Atari 2600 recurrí a Stella. Las roms venían instaladas en el programa, por lo que no tuve que configurar nada.
Había un juego que le gustaba a mi madre (y jugaba conmigo de niño), pero no recordaba su nombre. Consistía en excavar debajo de la arena del desierto. En el decorado aparecía una imagen de la esfinge de Gizeh. Los enemigos consistían en una serpiente y una araña, que nos perseguían.
Me puse a revisar uno por uno los juegos, en orden alfabético, para ver si daba con el título. Después de casi 2 horas, llegué a la letra P: Pharaoh's Curse. Ahí estaba jejjejee,.
Cuando mi tía me regaló la Atari, yo tenía cinco años. Me faltaba entendimiento, habilidad y capacidad crítica. Jugaba sin saber jugar, sin ser consciente de cuál era el objetivo central de cada título. Recuerdo con cariño Adventure (1979), un juego de exploración y aventura desarrollado por Warren Robinett.
En aquellos años yo no entendía la mecánica. Sé que recorría castillos y laberintos, en busca de llaves. Para mi yo infantil, el principal atractivo residía en huir de los dragones. Cada vez que veía una bestia, disfrutaba un montón escapando de esta, y que no me cogiera jejjeje.
Cuando instalé el emulador tenía 19 años. Mi destreza y cultura videojueguil ya estaban desarrolladas. Se daban las condiciones para jugar en serio a Adventure. Por fin alcancé el codiciado cáliz encantado y volví sobre mis pasos hacia el castillo amarillo.
A comienzos del año 2008 me interesé por el mundo de los ordenadores domésticos de la década de los ochenta: MSX, Amstrad, Commodore 64...Aunque por edad no tuve la suerte de disfrutar del boom de estas maquinitas, como apasionado del mundo retro me entró el gusanillo por indagar en sus catálogos. A mediados de los noventa estas computadoras ya se consideraban antiguallas. Aun así tuve el honor de catar un Amstrad o jugar al Spectrum, MS-Dos o MSX en casa de amigos y familiares. Por eso decidí conocer un poquito mejor este ámbito, e instalé en Windows BlueMSX, CPCE y Vice
La primera rom que corrí en CPCE fue la de Roland in Time. ¿El motivo? The happy wander, es decir, la melodía que se escucha mientras el explorador recorre las diferentes épocas de la historia.
El segundo juego que probé en el emulador fue Titanic. Me encanta la historia del trasatlántico que se hundió la noche del 14 de abril de 1912. He visto todas las pelis y documentales, aparte de leer todo lo que se publica en Internet.
Como friki del tema no pude resistir la tentación de probar el videojuego. Solo por curiosidad. Al final, no aguanté ni media hora. Al título de Topo Soft le faltaba ritmo, fluidez en el control y gancho. En la primera parte debemos explorar el fondo del océano, plagado de laberínticas cuevas, hasta encontrar el barco hundido. En el segundo tramo, buceamos por el interior del buque en busca de la caja fuerte. Al final, la mecánica se basa en explorar escenarios confusos y agobiantes intentando hallar un objeto, mientras derrotamos animales marinos y vigilamos el nivel de oxígeno.
Al título que más horas he echado en BlueMSX es, sin duda, Bubble Bobble (1986), el mítico juego de Taito de las pompas de jabón. A pesar de habérmelo pasado tropecientas mil veces en la NES, la versión de MSX se convirtió en mi preferida: más ágil, más colorida, y con más "vida" en pantalla.
Mi pasión por la literatura condicionó mi primera elección en el emulador Vice: Don Quijote (1987). Se trata de una aventura conversacional diseñada por Dinamic, y basada en la novela de Cervantes.
Ya sabéis cómo funciona el género: hay que leer mucho, con paciencia y gusto, para después escribir lo que el protagonista quiera hacer. Todo se basa en un sistema de verbos: ir, recoger, ver, poner, dejar...En términos sintácticos, usaremos oraciones simples (verbo + complemento).
A veces, sacaba mi lado más gamberro y me dedicaba a escribir insultos y tacos por puro morbo, para ver cómo reaccionaba la CPU. Si le decía "puta", la máquina te respondía: eso lo serás tú jejjeje
En las navidades del 2009 conseguí instalar NullDC, el emulador de Dreamcast, y milagrosamente las roms corrían a una velocidad decente. La única consola de 128 bits que conseguí rular en el ordenador!!
He perdido la cuenta del número de veces que me habrá pasado la primera fase del Sonic Adventure 2 (2001). Ver al erizo azul de Sega, descendiendo a velocidades de vértigo por las empinada calles de San Francisco, siendo perseguido por el camión gigante, recogiendo anillos, llevándose por delante al resto de coches y volando por los aires es una experiencia adrenalínica y placentera a partes iguales.
Las partidas al primer Virtua Tennis (1999) fueron frecuentes durante mi tercer año de Universidad jeje. Siempre elegía a Carlos Moyá como jugador real y a Bruno Costa como ficticio.
Gracias al regalo de mi amiga, mi experiencia con la emulación ha mejorado una barbaridad. Me gusta sentir en mis manos el tacto del mando, tal y como lo hacía hace años con las viejas consolas. Se acabó hacer malabarismos con los dedos en el teclado!!!! A partir de ahora, extremidades superiores relajadas. Ya no voy a cometer errores por pulsar mal una tecla. Nunca conseguí acostumbrarme a la dinámica del ordenador. Jugaba muy tenso, sin apoyar la espalda en la silla, con el cuello adelantado. Esa postura no es muy sana. Ahora con el mando, he ganado en comodidad, nostalgia y placer.
Estoy muy contento de que este obsequio haya servido para compartir con vosotros mi historia con la emulación. Gracias, gracias y mil gracias Carmen!!!!!!!!!!!!!!!
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