lunes, 22 de enero de 2024

Conexiones Intervideojueguiles (4)

Establecer vínculos y relaciones entre videojuegos de diferentes épocas, géneros y sistemas es algo que me gusta. Así nos damos cuenta de que las dinámicas jugables se repiten a lo largo de la historia gamer, y a la vez evolucionan y adquieren matices nuevos. 

En ocasiones, el jugador sufre un deja vu: esto ya lo he vivido antes, decimos emocionados. Me suena haber visto algo parecido en otro título. 

Como viene siendo habitual en esta sección estableceremos algunos paralelismos a través de diferentes estampas gamers. 

Hace unos meses entró a Game Pass Rainbow Billy: The curse of the Leviagthan. Esta mezcla de juego de rol y plataformas nos invita a navegar por un oscuro mar y explorar numeras islas. ¿El objetivo? El malvado Leviathan ha hecho desaparecer los colores al mundo, haciendo que la gente se vuelva huraña y violenta. Ahí entramos nosotros para hacer que el blanco y negro de los escenarios torne a color.

Cada vez que lleguemos a un nuevo territorio, comprobaremos que los tonos grises dominan la pantalla: flores, árboles, ríos, montañas...todo parece sacado de una película de Charles Chaplin. 

El protagonista debe recorrer la isla, esquivando trampas y resolviendo puzles, en busca de su líder. Una vez lo encontremos, nos enfrentaremos a él en una épica batalla por turnos en la que debemos emplear un sistema de fichas geométricas y elegir las palabras adecuadas en los diálogos, para convencerle de que no merece la pena vivir en la depresión, la tristeza y la maldad del mundo sin color. 

Una vez el jefe/boss sea derrotado, la isla recuperará los colores. Los árboles serán verdes, los arroyos se teñirán de azul, las flores de rojo, los montes de morado...La fiesta, el ruido y el jolgorio dominarán el territorio. 

Estos mundos en blanco y negro me recuerdan a Río Eterno, uno de los lugares más emblemáticos del genial Kingdom Hearts 2

En este área Sora, Goofy y Donald se convertirán en protagonistas de un cortometraje de Disney de los años veinte. El influjo de El botero Willie (1928) es más que evidente. Encontramos recursos típicos del cine mudo: un escenario en blanco y negro, decorados acartonados, muecas exageradas, música con una tendencia al bucle, barcos de vapor típicos de la Revolución Industrial, coches de comienzos del siglo XX, audio en canal mono, enemigos de juguete...

Se supone que esta fase se desarrolla en un pasado remoto, en el mismo emplazamiento donde años más tarde se construiría el castillo Disney. Ahora el terreno es solo un solar. 

Sora aparece vestido con el traje del primer Kingdom Hearts, y su aspecto recuerda al de un anime de Osamu Tezuka. Donald aparece representado tal y como lo hacía en su debut, allá por 1934 en The wise little hen. El diseño de Goofy es similar al de Mickey's Revue (1932).

También encontramos versiones en blanco y negro de Horacio Horsecollar, Clara Cluck, Pete y Vaca Clarabella. 

La inclusión de una trama lésbica en The Last of Us 2 no dejó indiferente a nadie. El beso entre Ellie y Dina desencadenó un aluvión de críticas en Twitter tras ser presentado el juego en el E3 2018. El trailer fue aplaudido por la comunidad LGBTI, aunque generó rechazo entre los más puristas. El debate estuvo servido. 

En el primer capítulo ya supimos que la protagonista era lesbiana. Esto supuso una anomalía en para la industria gamer acostumbrada al prototipo de héroe masculino, heterosexual, galán y valiente. 

La escena de amor entre las dos chicas me trasladó a Canis Canem Edit, el polémico título de Rockstar para Play Station 2 que vio la luz en 2005, y que se concibió como una especie de Grand Theft Auto en un instituto. 

El protagonista, Jimmy Hopkins, como estudiante de la escuela-internado de Bullworth podrá engalanar a las chicas del campus. Solo tendrá que regalarles flores y bombones, y las féminas caerán rendidas a los pies del chaval. Hasta aquí, el arquetipo donjuanesco que tan bien es aceptado por los jugadores. El héroe se fundirá en un románico beso con la agraciada. 

Sin embargo, por el patio y los pasillos del colegio veremos unos chicos de pelo rubio, con una forma de moverse y actuar un tanto afeminada/amanerada. Se trata de alumnos gays. Jimmy podrá intimar con ellos, cortejarlos con piropos y regalos, y finalmente besarlos en la boca. 

Diez años antes a The Last of Us 2 ya había besos homosexuales en nuestras consolas. De hecho, en la versión remaesterizada de Canis Canem Edit para Xbox One, entre la lista de logros encontramos "Over the rainbow" (igual que la canción del mago de Oz). El objetivo es recibir veinte besos de varones de la escuela. Un guiño a la comunidad gay que supondrá 20 puntos G para nuestra cuenta de Microsoft. 

Todos recordamos con mucho cariño la interminable pista arco-iris de Mario Kart 64. El último circuito de la Special Cup destaca por su trazado lleno de subidas, bajadas, desniveles y caracoleos. Es lo más parecido a una montaña rusa. El suelo multicolor, con franjas amarillas, naranjas, rojas, azules, verdes y rosadas, contrasta con el nocturno del cielo. 

Gracias a los guardarraíles estrellados a ambos lados de la carretera es muy difícil caer fuera de la pista. No obstante, varios Chomps, en dirección contraria a los conductores buscarán estamparse contra ellos. Ese es el principal peligro. 

Al margen de esto, la carrera resulta muy emotiva, ya que a lo largo del recorrido encontraremos en el firmamento la silueta iluminada de cada uno de los personajes del juego: Mario, Luigi, Peach, Donkey Kong, Wario, Bowser, Toad y Yoshi, aparte de encontrarnos dibujos de Boo, o una estrella. 

¿Sabíais que en F-Zero X disfrutamos de una peculiar versión del Rainbow Road de Mario Kart 64? Se trata de una adaptación que respeta el trazado original, pero con algunos cambios importantes. 

En primer lugar, no encontramos vallas que nos protejan de caer al abismo. Esto significa que si la nave va demasiado rápido, corremos el riesgo de salirnos de la carretera y despeñarnos al vacío. 

El camino alterna tramos multicolor con otros totalmente grises. En general, el circuito es más oscuro y no hay tanta ornamentación lumínica. Nada de personajes coronando el cielo. Solo encontramos varias banderas y las porterías que marcan los check points. 

Por supuesto, la sensación de velocidad es mucho mayor. No podemos comparar una nave futurista con un kart de juguete. Si una vuelta en el juego del fontanero se tarda en completar algo más de 2 minutos, en el título de naves será poco más de treinta segundos. 

El tema musical se ha modernizado con cadencias electrónicas, que le dan un aire más gótico. 


Mappy y Bubble Bobble son dos títulos de la misma quinta. El primero salió en 1983, y el segundo tres años después. Namco y Tairo fueron los responsables de estas dos clásicas franquicias. Al ser coetáneas y compartir género, es normal encontrar coincidencias entre los dos títulos. 

El objetivo del primer juego es recoger el mayor número posible de antigüedades y tesoros de una vieja mansión gatuna. El objetivo del segundo es derrotar a todos los enemigos de la pantalla convirtiéndolos en burbujas de jabón. En ambas propuestas, ser veloz en nuestra tarea es fundamental si no queremos vernos en serios problemas. 

Si el ratón policía es tardón en encontrar las piezas de museo o los dragones Bub o Bon se recrean más de la cuenta en vaciar la pantalla de fantasmas, ocurrirá algo terrible. Un mensaje aparece en la pantalla: HURRY UP (Date prisa). La música se acelerará, los enemigos se moverán más rápido, el jugador se pondrá más nervioso, y después de unos segundos, aparecerá nuestra peor pesadilla.

En el caso de Mappy, la moneda Gosenzo, la cual rodará por la casa, pasando de una galería a otra y de una planta a otra. No puede ser derrotada. No podemos cerrarles las puertas como a los demás enemigos ya que es invencible. ¿Su objetivo? Asesinar sin miramientos al roedor protagonista

En el título de Taito el procedimiento se repite. Si no conseguimos acabar con nuestros rivales a tiempo, saldrá a escena un fantasma, el cual flotará por toda la pantalla, dando tumbos de un lado a otro, de una forma caprichosa, aparatosa y caótica. De vez en cuando hará arremetidas contra el héroe. Al igual que su homóloga, su intención es hacernos perder una vida. 

En el año 1986 Ángel García Delgado, responsable de la mayoría de producciones de PPP Ediciones se lanzó a la piscina con El Ladrón del Sol Púrpura. El juego no es ninguna maravilla, para qué os vamos a engañar. Se trata de una rareza que solo conocerán algunos usuarios frikis de Amstrad. El detalle de la carátula realizada a mano no se me olvida jejjee. 

El título nos mete en la piel de un ladrón que debe robar una joya que está custodiada por un sistema de seguridad de rayos láseres y vigilantes. ¿Nuestro objetivo? Encontrar las tres llaves que nos permitan desactivar las trampas. El protagonista cuenta con el poder del teletransporte aleatorio. 

¿Sabéis que ese personaje fue reciclado en Jony y el trono de Jaguar de MSX? Analizad los detalles de las siluetas: a pesar del cambio de color (en el primer juego el héroe es negro y en el segundo azul), hay matices coincidentes. Por ejemplo, la cresta engominada del pelo, la espalda chepada, la línea en forma de ese del traje o los zapatos en punta. 

Este título es muy breve. Son solo ocho pantallas estáticas. El protagonista también debe recuperar una joya, que en este caso pertenece a la civilización azteca. Deberá adentrarse en el templo de Chichen Itza y sortear los numerosos obstáculos y trampas: rocas, arañas, esculturas que escupen fuego, escorpiones y suelos de pinchos. 

Todos recordamos con mucho cariño a Sir Arthur, el protagonista de Ghosts'n Goblins. Este valiente y apuesto caballero se enfrentó a hordas de muertos vivientes y criaturas de ultratumba, principalmente demonios como Astaroth, Lucifer o Sardius. ¿Su fin último? Rescatar a la princesa Guinevere. 

A medida que el héroe recibe ataques de los monstruos, irá perdiendo piezas de armadura, hasta quedar en calzoncillos. Finalmente, será reducido a huesos. 

Para enfrentarse a los zombis, podrá usar su lanza, además de dagas, hachas, antorchas y escudos. Las fases se ambientan en lugares como bosques, cementerios, pueblos abandonados, palacios, castillos o cavernas. Algunos niveles poseen una estructura dual. 

Al margen de sus aventuras principales (Ghosts'n Goblins, Ghouls'n Ghosts, Super Ghouls'n Ghosts o Arthur to Astaroth no Nazomakaimura: Incredible Toons) Sir Arthur protagonizó varios crossovers. El primero de ellos fue en Marvel Vs Capcom Clash of Super Heroes, allá por 1998. 

En principio, no era un personaje controlable. Su papel consistía en asistir y/o ayudar al jugador en las batallas. La CPU se encargaba de su manejo en el campo de lucha. Si la pelea se complicaba más de la cuenta, solo teníamos que invocar a un ayudante, el cual se seleccionaba al azar entre varios personajes como el propio Sir Arthur, Lou, Saki, Michelle Heart, Iceman, Thor, Storm, Anita o Rogue. 

Este cameo está lleno de referencias al Ghosts'n Goblins original, ya que el superhéroe salta y se mueve tal como lo hacía diez años atrás (de una forma un tanto aparatosa e incómoda). Lleva una armadura de color dorado. Su arma principal es una lanza. Si recibe un golpe, la armadura se rompe y el prota queda en ropa interior. Su tema musical es una versión remix de la Stage 1 del primer juego. 

No fue hasta Marvel VS Capcom 3 en el año 2011 cuando el joven caballero se incorporó al plantel de luchadores oficiales

Sus diferentes combos incluyen armas de sus aventuras en solitario: dagas, hachas, guadañas, espadas, ballestas de dispersión, botellas de fuego. Los ataques especiales son Goodess Bracelet, inspirado en Super Ghouls'n Ghost; Emperor's Armor, procedente de Ultimate Ghosts'n Goblins; y Dragón de Fuego, también de Super Ghouls'n Ghosts. Este último formaba parte del ataque mágico de la daga. 

Si utiliza el Golden Armor, sus ataques serán más poderosos durante quince segundos, aunque después de ese tiempo se quedará en calzoncillos. 

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