Bienvenidos a la décima entrega de Conciertazos Videojueguiles, la sección del blog donde recordamos los temas musicales más emblemáticos de la historia gamer, ya sea en versión original o modernizada. La red está llena de gente que hace sus propias interpretaciones de melodías clásicas procedentes de sus títulos favoritos.
A lo largo de estos dos años hemos escuchado más de cincuenta canciones pertenecientes a juegos de diferentes sistemas, géneros y épocas. Hoy no va a ser menos. Poneos cómodos y deleitaros ante el placer auditivo de las siguientes piezas. Qué mejor manera de festejar el otoño con buena frikimúsica!!!
Empezamos el show con el tema central de los Tiny Tons. Voy a ser sincero con vosotros: no sé por qué pero esta serie no me llegó a enganchar del todo. Siempre preferí la versión senior con Piolín, Porkey, Bugs Bunny, Lucas o el diablo de Tasmania. Los hijos de los Looney Tunes no lograron el propósito de tenerme pegado a la pantalla, ya que siempre los comparaba con sus progenitores y en esta batalla de padres con hijos, los mayores salían ganando. Unas décadas después, ya en frío y con una postura más objetiva, por fin di a la serie el valor que merece.
A pesar de que no fuera de mi agrado, yo siempre estaba pendiente de la emisión, ya que había una cosa que me encantaba: la música de apertura. Esperaba ansiosamente el opening para tararear la canción a la vez que correteaba y bailaba por el comedor. Una vez terminaba la cabera, cambiaba de canal.
Recuerdo dos títulos plataformeros de los Tiny Tons en los que se podía escuchar la pegadiza melodía. El primero, Tiny Tons Adventures, para la NES, en el año 1991. Fue producido por Konami. La imagen de Buster Bunny saltando por la pradera y recogiendo zanahorias es mítica.
El segundo es Tiny Tons Adventures: Buster's Hidden Treasure. Salió al mercado para Sega Megadrive en febrero de 1993. El resultado era un juego más colorido y detallista. El protagonista se desplazaba a una velocidad más endiablada, por influjo de Sonic. Aparte de las zanahorias, recuerdo que había unos cuervos negros con manzanas sobre los que Buster podía saltar, aparte de muelles de impulso y algunos enemigos sobre pelotas.
En las dos producciones, la música del primer nivel era el tema central de la serie. Vamos a escuchar la versión a piano.
El catálogo de vehículos de Pilot Wings 64, el genial arcade de vuelo para Nintendo 64, era ambicioso para la época. Había helicópteros, mochilas propulsoras (jet packs), ala deltas, parapentes, cañones bala y botas de salto.
Para aquellos que prefieran disfrutar de un tranquilo, agradable y sosegado paseo por cualquieras de las cuatro islas del juego, les recomiendo las alas de pájaro. A pesar de la lentitud, es una gozada observar desde las nubes las carreteras, edificios, ferias, hoteles, praderas, lagos, bosques, cultivos, acantilados y playas. Desde arriba todo se ve tan chiquitito.
Bird Man Theme es una melodía que invita a la reflexión y la contemplación de la naturaleza. Junto al tema marítimo del primer Donkey Kong Country, es la música ideal para una sesión de meditación. Me entra un sueño tan dulce cada vez que la escucho jejejje. Sería crimen de lesa humanidad no disfrutar de la versión original.
La cuarta pieza de hoy pertenece al nivel Sherman Park de River City Ransom, el yo contra el barrio de Technos que vio la luz en 1989 para la NES. Al igual que en Renegade o Super Dodge Ball, el ambiente urbano es el sello característico: bandas callejeras (Cowboys, Jocks, Mobs, Greasers...), armas típicas de los beat'em (puños americanos, bates, cadenas, tubos...) y puñetazos y patadas a cascoporro.
La fase se desarrolla en el típico parque de ciudad con sus árboles, buzones de correos, banquitos para sentarse, vallas, cuartos de baño y en el fondo de la pantalla rascacielos newyorquinos
El boss de la zona era Blade, una especie de zombi que tenía el poder de bloquear nuestros ataques. Mi estrategia era atacar desde puntos altas y dejar que se armara, ya que con el peso caminaba mucho más despacio.
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