sábado, 7 de octubre de 2023

Los jefes finales de Toki Juju Densetsu


En los últimos meses me he convertido en un loco de las remasterizaciones. Me encanta rejugar títulos de antaño, con un aspecto visual más atractivo y depurado, en sintonía con los recursos técnicos de hoy. Si el tuning abarca solo el plano gráfico sin restar un ápice de la jugabilidad original, no me parece mal que se recuperen los clásicos y se den a conocer a las nuevas generaciones

Estas semanas han sido de infarto: Final Fantasy X, Devil May Cry HD Collection, Tales of Simphonia, Crash Nitro Car, Spyro Reignited Trilogy...Sin embargo, para la entrada de hoy, me voy a quedar con un juego más lejano en el tiempo. La versión original data de 1989. Primero salió en máquinas recreativas. Después, en ordenadores y consolas (Amiga, Commodore 64, Mega Drive, NES...). Su protagonista es un mono de aspecto torpe y bobalicón que lanza bolas de fuego. Su misión es rescatar a su amada Miho de las garras de un hechicero. 


Hablamos de Toki. Veintinueve años después de su lanzamiento, los trabajadores de Microids cogieron el testigo de TAD Corporation y dieron un lavado de cara al proyecto inicial, ofreciendo un diseño más espectacular pero sin perder las señas de identidad de la saga. El resultado es un juego colorido, rápido, con escenarios artesanales y unas animaciones de enemigos y superhéroe muy divertidas y graciosas. 

En el post de esta tarde recordaremos los enfrentamientos contra los seis bosses de la aventura. 


El primer nivel se ambienta en la jungla. La batalla tiene lugar en un fondo montañoso. En el decorado hay tres elevaciones rocosas con esfinges incrustadas, y el cielo está cubierto por espesas nubes que tiñen la atmósfera de neblina. Un escenario muy gótico. 

El malo malísimo de esta zona es un gigante que tiene un cabezón de piedra, unos labios carnosos rollo travesti, dientes afilados, dos orejones y unas manos y pies muy pequeños en proporción al cuerpo. Eso sí, con unas uñas puntiagudas. El tipo empezará a reírse en cuanto Toki aparezca en pantalla. 


El jefe va vestido con un traje de armadura al que no le faltan su peto rematado en calavera, el pedal y la hombrera. Lleva un mono muerto a sus espaldas, que da el toque gore a la escena. 

Nos atacará dando unos saltos terribles a la vez que abre la boca. De vez en cuando llamará a su séquito de monstruitos, que son unos seres con cara de primate y sin tronco. Parecen bolas de mono jejej. Estos bichos van con la lengua fuera, enseñando sus dientes y unos ojos casi bizcos.

La mejor estrategia es disparar al gigante cuando no haya bichos merodeando por el área de lucha. En el momento que lleguen las hordas, dedicaos a esquivarlas con saltos. No hay más. 


La segunda fase se localiza en una cascada y un lago (con tramo subacuático incluido). El boss recuerda a un muñeco Michelín, pero más bajo y regordete, con poderes voladores y un ojo gigante azul. Al verlo daba la sensación de que estaba hecho de nube. 

La batalla se desarrolla en un santuario cuyo aspecto recuerda a un templo clásico con sus columnas de estilo griego, una puerta en forma ocular y dibujos de caballitos de mar. 


Al poco de empezar el combate, el ojo del bicho empezará a mirar en círculo de un lado a otro. A mí me producía una sensación incómoda, muy nervioso. Finalmente, el globo ocular se abrirá hasta salirse de su órbita. En ese momento empezarán a llover ojos por la pantalla, quedando el orificio ocular vacío. Se ve que este tipo tiene el poder de regenerar sus pupilas, ya que nos lanzará los ojos de tres en tres. 

Tened cuidado, ya que los ojos botan por el suelo como si fueran balones y hacen pupa. Lanzadles bolas de fuego hasta desintegrarlos. 

De vez en cuando, el bicho desaparecerá para volver a aparecer en la otra punta del escenario como si fuera un fantasma. Aprovechad los momentos que no haya ojos para dispararle todo lo que podáis. 


Nos vamos al acto III, ni más ni menos que a la mina. El típico escenario de lava que no puede faltar en un juego de saltos. ¿Quién manda en este infernal habitáculo? Un monstruo amorfo gelatinoso. Parece un virus o una bacteria. 

Camina gracias a unas piernas en forma de raíz. Sus ojos son saltones (cuelgan como si fueran antenas). En la boca le faltan dientes. Su lengua es azul, como si hubiera comido uno de esos caramelos que nos dejaban la cavidad bucal como si fuéramos marcianos. Las manos son viscosas, de color verde, y casi siempre las lleva en alto, con el puño doblado. 


La criatura se mueve a saltitos, de manera temblorosa. Nunca se está quieto. Avanza-retrocede-avanza-retrocede...De vez en cuando escupe letras por su boca, de una en una, o formando la palabra BURP. El escenario está lleno de sustancias asquerosas, ya que el tipo va ensuciando todo con su aliento. 

Fue la batalla que más pérdidas de vida me costó en su momento. ¿Problema? Si nos mantenemos en la parte izquierda de la pantalla, nos comeremos las letritas. Si nos ponemos a la derecha, el monstruo nos embestirá cuando le toque avanzar hacia delante. Debemos adaptarnos continuamente a la posición del boss, y masacrarlo a bolas de fuego justo en el momento que vomite el BURP, estando Toki protegido en el lado derecho. Eso sí, en cuanto eche la última ola de bilis, debemos retroceder para no comernos la arremetida del jefe. 


Y del calor más extremo pasamos al frío invernal. Para superar con éxito el área de hielo, antes, hay que enfrentarse a un terrible mamut prehistórico. 

La arena no puede ser más previsible al ambiente: un campo nevado, con montañas blancas en el fondo de la pantalla y unos pinos navideños. 

La criatura, de aspecto peludo, posee una trompa muy bailarina, ya que no para de subir y bajar todo el rato durante la pelea. Sus dos enormes y afilados colmillos (tan largos como la trompa) son imponentes a la par que peligrosos. Sus ojos consisten en dos diamantes brillantes. El vello facial posee un tono de color marrón oscuro que se diferencia del resto del cuerpo, que es marrón clarito. 


En comparación con el anterior, es un boss relativamente sencillo. Debido a su gordura y su pesadez, se moverá lentamente, dando saltos pequeños, fáciles de esquivar.  

Su ataque más violento es el lanzamiento de colmillos, los cuales se desplazarán como boomerangs por la parte superior e inferior de la pantalla, en un viaje de ida, y otro de vuelta, cruzándose en el extremo izquierdo del escenario. Cuando haya colmillos en la pantalla, dad prioridad al esquive sobre la ofensa. Con un salto a tiempo se soluciona. El resto del tiempo, no paréis de acribillarlo con bolas de fuego. 


El penúltimo nivel de Toki vuelve a desarrollarse en la jungla, pero con un clima tormentoso, al menos en la primera sección. Una vez superemos el tramo de la cascada, llegaremos a la zona de templos y el Sol relucirá otra vez (con algún tramo plataformero sobre lava). 

¿Y quién custodia esta zona? El órgano más importante del cuerpo: el corazón, responsable de bombear la sangre. 


A pesar de su aspecto vulnerable (es pequeñito, no ataca directamente al héroe), no lo subestiméis, ya que está protegido por unas extremidades (manos y pies) muy molestas. Una de las manos siempre está deslizándose en zig-zag de un lado a otro de la arena, y cada vez que pase por donde nosotros estamos, hay que esquivarla con saltos. La otra mano, un 80% del tiempo está cerrando al corazón, de forma que las bolas de fuego de Toki no tendrán efecto mientras el puño la esté protegiendo. 

Menos mal que la mano se cansará de estar todo el rato en la misma posición (real como la vida misma, que se nos duermen los dedos de tenerlos encogidos jejje). Hay que aprovechar los escasos segundos en que la extremidad abandona el sitio para disparar bolas al corazón como si no hubiera un mañana. 


¿Cuál es el problema? Los pies. Estos se encuentran al nivel del suelo. De vez en cuando se acercarán hacia nosotros. Si esto ocurre, debemos lanzarles bolas de fuego para hacerlos retroceder, ya que si nos tocan, perderemos una vida. Por lo tanto, paradle los pies a este bos!!!!!!!!!!!!!!!!!

Es una batalla intensa. Hay que vigilar el zigzagueo de la mano, que los pies no lleguen a nosotros, a la vez que disparamos al corazón en los pocos momentos que no está defendido. 

Por cierto, la ambientación es muy chula. En el fondo vemos un templo de piedra (las típicas ruinas de los mayas y los aztecas), con unas esculturas en forma de monstruo orejoso y musculoso que parodia a Buda. 


Y por fin llegamos al enfrentamiento contra el malvado hechicero, responsable del rapto de Miho y la metamorfosis del héroe en mono. La última fase mezcla una estética futurista-industrial (debemos subir a bordo de unos vagones, en cierto punto del nivel) con algunos detalles ostentosos y preciosistas como esculturas de oro. Si no, mirad el decorado de la batalla final: la cara gigante del antagonista con brigi-brigi y pedrolos. 

El tipo va provisto de una capa roja, un cetro con antorcha, casco con cuernos y armadura. No obstante, no durará mucho así, ya que enseguida se transformará en un enorme dragón 


Durante la primera parte de la batalla nos lanzará boomerangs, los cuales se desplazarán caóticamente a lo largo de la arena. Debemos esquivarlos con saltos. No obstante, si nada más empezar el combate nos ponemos a lanzarle bolas de fuego como posesos, pulsando el botón A como si nos fuera la vida en ello, no le dará tiempo a llenar la pantalla de artefactos voladores. Si somos rápidos, pasaremos a la segunda parte del enfrentamiento sin darle tiempo a enseñar sus boomerangs. 


Cuando le hayamos quitado la mitad de la vida, la capa protectora del malvado se desvanecerá, dejando al descubierto su estructura esquelética y el corazón ardiente. A partir de este momento, nuestras bolas deben ir directas al órgano vital si queremos derrotarlo. 

En lugar de lanzar boomerangs, el hechicero nos atacará con sus propias garras, las cuales se acercarán hasta nosotros, descargando una onda expansiva de calor que nos matará, así que mucho cuidado. 


También estirará su cuello como si fuera Reel Richards de Los cuatro Fantásticos, para atizarnos con su cabeza. Menos mal que el humillo que lanza por la boca es solo decoración y no hace daño jejejje. 


Cuando le quede poca vida, la arena de batalla se llenará de campos de calor. No os acerquéis mucho al fuego!!!!!!!!!!!!!!!!


Finalmente, la maléfica criatura morirá, quedando todas las partes de su cuerpo separadas unas de otras. El corazón se desangrará a chorro vivo. Me encanta esa escena a pesar de la visceralidad. 


Aquí os dejo un video con todos los enfrentamientos finales. 






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