miércoles, 22 de septiembre de 2021

Recopilación de juegos de bolos para Commodore 64


Cuando yo era un renacuajo de 4/5/6/7 años me encantaba salir al jardín de casa de mi abuela y jugar a los bolos. Mis padres me compraron varios packs con piezas de diferentes tipos y colores (lisos, con cuadros, más grandes, más pequeños, de plástico...), y yo los mezclaba todos, disponiéndolos de diferentes formas por el suelo, con cuidado de que se mantuvieran de pie y no se cayeran. 

Después, utilizaba una bola de color negro y los derribaba, aunque a veces también recurría a pelotas más grandes de fútbol y baloncesto. Me gustaba crear mis propios juegos y normas. Y me encantaba llamar a mi abuela y decirle: yaya, yaya, sal fuera conmigo; yaya, yaya, mira cómo coloco los bolos; yaya, yaya a ver cuántos caen. Y ella me alababa y aplaudía mis jugueteos en esas largas tardes de verano 

Recuerdo con mucho cariño cómo el calor de la sobremesa dilataba los bolos. Yo los guardaba en una caja en el patio. A esas horas el sol apretaba bien fuerte en el jardín, y los rayos incidían directamente sobre las piezas. Por eso, cuando los cogía a eso de las 7 de la tarde, recuerdo que los bolos quemaban cosa mala. Se me achicharraban las manos. Incluso algún que otro bolo llegó a bollarse por las altas temperaturas

Se me vienen a la cabeza muchas estampas de mi niñez: mi abuela regando el jardín y esquivando los bolos que yo dejaba por medio, mi tía (que vivía al lado) llamándome desde su ventana para que fuera a su casa a por un pastelillo, la gatilla de la vecina colándose en mi patio y derribando los bolos...

La entrada de hoy es uno homenaje a uno de mis pasatiempos favoritos de mi infancia, que como es lógico tiene su repercusión en el mundo del videojuego. En la entrada de hoy vamos a repasar algunos títulos de Bowling para uno de los sistemas que tengo más olvidados en el blog: Commodore 64. 

El mecanismo de este juego es sencillo. El jugador lanza la bola. Esta rodará por el pasillo de parqué. Al final del mismo encontraremos diez bolos dispuestos en forma de triángulo. El objetivo es que la pelota derribe el mayor número de ellos. 

Ganaremos 1 punto por cada pieza tirada. Si en una primera jugada tumbamos los 10 bolos, será strike (pleno) y nos darán 10 puntos más los puntos en bolos que obtengamos durante dos tiradas. Si derrumbamos el montón de piezas en dos tiradas, sumaremos 10 puntos más los puntos en bolos que obtengamos en una tirada. La puntuación máxima que se puede alcanzar es de 300. 

Empezamos con Bowling, un título del año 1986 producido por Gábor Meresz. El juego poseía cuatro niveles de dificultad. En el menú principal desfilaban una serie de personajes muy graciosos (un preso, el conejito Playboy), junto al logo de la compañía, al son de una música festiva. Cuando la pelota se acercaba a los bolos se activaba una cámara desde cerca, que a velocidad lenta nos mostraba la caída de las piezas. 

10-pin Bowling ofrecía una perspectiva a media altura, y la posibilidad de un modo a 4 jugadores.

10th-frame posee un decorado realista: una bolera con cinco calles y marcadores electrónicos. Se podía elegir la velocidad de la bola. 

Alley-oops se caracteriza por un diseño esquemático, pero muy llamativo y colorido. Sobre un fondo blanco se trazaban líneas verdes que marcaban los límites de las calles, y caracteres triangulares y circulares que representaban la bola y los bolos. 

En el año 1983 salió otro juego que se titulaba igual que el primero (Bowling), con una perspectiva lateral muy práctica. El detallismo es más que evidente con un personaje y unos bolos más definidos en cuanto a forma. En el decorado vemos unos muebles para las pelotas. 

Bowling night sigue la estela de Alley-oops pero con vista lateral: nada de decorados y simplificación gráfica al máximo. Un par de líneas y unos puntos representan la calle, la pelota y los bolos. No hay jugador. 

Strike es el más elaborado técnicamente, con una perspectiva isométrica muy chula. Un cuadradito en la parte izquierda de la pantalla nos permitía ver como si fuera una lupa cómo caían los bolos

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