La ciudad condal ha sido escenario de numerosos videojuegos. Burik, el protagonista de Wheelman, que salió a la venta en el año 2009, debía superar misiones a lo Grand Theft Auto mientras recorría las calles de Barcelona. Recuerdo pasar por Plaza de Cataluña y quedarme boquiabierto viendo el parecido con la realidad (la rosa de los vientos, la fuente de los Seis Putti, el monumento a Francesc Macía). Resultaba curioso encontrarse direcciones reales en el GPS (Pelayo, Paseo de Gracia), aunque la ubicación de los barrios no fuera la más ortodoxa.
En Tony Hawk Underground 2 el protagonista grindeaba por los bancos del famoso Parque Güell. ¿Os acordáis del famoso toro mecánico que había en este escenario?
Por supuesto, no podemos olvidarnos de los títulos de balompié (FIFA, Pro Evolution) donde aparece el estadio del FC Barcelona, el Nou Camp. Los juegos de atletismo basados en las Olimpiadas de 1992 se ambientan en la capital catalana (por ejemplo, Capcom's Gold Medal Challenge 92).
Hace unos meses llegó a Game Pass el nuevo título de Peppa Pig: un mundo de aventuras. Ya sabéis que me gusta decir las cosas de manera sincera, y no me avergüenzo de ello: lo instalé en mi Xbox One solo por el hecho de embolsarme los 1000G en menos de una hora. No lo hice por tener sobrinos o hermanos pequeños. Nada de eso. Lo jugué por los dichosos logros.
Nos metemos en la piel de una familia porcina, que se instala en el pueblo de Peppa Pig. Enseguida los hijos hacen migas, hasta el punto de que el protagonista es acogido por el clan de Peppa y nos llevan de viaje por diferentes ciudades del mundo. En realidad, son nuestros padres que le echan un poco de jeta y nos endosan con la familia Peppa: niño, vete con los vecinos de vacaciones mientras nosotros acabamos de montar la nueva casa!!!!!!!!!!!!!!!!!
El tour nos lleva a visitar lugares emblemáticos como el Palacio de Buckingham (con la aparición de la Reina Isabel II en forma de cerdita, que sirvió de homenaje tras su muerte ya que el desarrollo del juego pilló en medio de la sucesión en Inglaterra). En Alemania haremos compras en un mercadillo navideño y decoramos un árbol de Navidad. Subiremos a lo alto de un rascacielos de Nueva York con vistas a la estatua de la Libertad. Cocinaremos una pizza en Italia, y montaremos en submarino en Australia.
Yo que quedo con el capítulo dedicado a Barcelona. Me gusta que en los videojuegos haya escenarios ambientados en mi país.
Todos los viajes de Peppa Pig: Un mundo de aventuras empiezan en el puerto. La familia embarca en un trasatlántico que les lleva rumbo a Barna
Seremos recibidos por el Señor Cat y Carla Cat en el corazón de las Ramblas. La pareja gatuna nos hará de guía turísticos por la ciudad condal. Nos darán una cálida bienvenida.
Una vez tengamos el control del personaje, nos toparemos de frente con el Mercado de San Antoni, que es el más grande toda Barcelona. Su aspecto es inconfundible: estructura triangular, un gran arco central metálico, paredes con mosaicos de círculos de colores y el escudo de la urbe catalana.
La calle está repleta de puestos para comprar con edificios de piedra con balcones, farolas y adoquines. Todo peatonalizado.
En una de las tiendas podemos soplar pulsando el botón A para hacer girar un molinillo de papel. Esto me recuerda a las míticas e interminables clases de papiroflexia del colegio. Yo, que era muy torpe para las tareas manuales, siempre recurría al molinillo, que era lo único que sabía hacer.
El vendedor nos felicitará en catalán (molt bé) si conseguimos que las aspas den vueltas
Después, podremos comprar flores en los puestos de la plaza para hacer un ramo a la mamá de Peppa. Hay margaritas, claveles, azucenas...
A continuación llega la joya de la corona: la Sagrada Familia. La emblemática obra de Gaudí, dentro del movimiento modernista, tiene su momento de Gloria en Peppa Pig. Evidentemente, con un look cartoon muy chulo y colorido. No faltan los arcos catenarios y ojivales, así como las torres de forma cónica y las cristaleras, sin olvidarnos de los jardines de alrededor.
Entraremos al interior del templo para superar un minijuego didáctico, que tiene como protagonista los rosetones de la catedral. Los ventanales dejan entrar la luz del sol, proyectando sombras de diferentes formas y colores
Peppa nos va diciendo el nombre y cromatismo de las figuras geométrica: un círculo rosa, un triángulo azul, un hexágono amarillo, y nosotros tendremos que ponernos debajo de la silueta correspondiente.
Finalmente, terminaremos en las playas de Barcelona jugando al fútbol y echando unos penaltis con el padre de Peppa Pig.














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