Llega el último viernes de noviembre. Ya sabéis lo que esto significa: chollos, ofertas, rebajas, compras masivas, aglomeraciones de gente, locura e histeria colectiva por hacerse con la mejor adquisición. Los comercios hacen su agosto con esto del Black Friday, que sirve de telonero a la campaña navideña. Todos hemos visitado alguna tienda estos días. Sin ir más lejos, yo me he agenciado el primer Bayonetta por tan solo 6,24 euros y el remake de XIII por 1,99 euros.
¿Sabíais que en 99 Vidas, el beat'em up desarrollado por QUByte en 2016 posee un nivel ambientado en el Black Friday? Aprovechando las circunstancias del calendario vamos a recordarlo en la entrada de hoy
El título se inspira en los clásicos yo contra el barrio de los noventa: Street of Rage, Final Fight, Double Dragón...No falta el modo cooperativo donde repartiremos patadas, puñetazos o combinación de ambos a los enemigos, sin olvidarnos de los saltos, llaves o ataques especiales que hacen un daño letal pero solo los podemos usar en contadas ocasiones ya que se agotan enseguida.
Hay once luchadores, muchos de ellos secretos. La mayoría son niños que imitan a superhéroes y están asociados a elementos de fuego, viento, electro y agua. Como en todo buen arcade, si se nos acaban las vidas tenemos que empezar desde el principio. Menos mal que podemos gastar los puntos que ganemos en mejoras, nuevos combos y vidas extra.
Los escenarios no pueden ser más noventeros: calles de una ciudad, salones recreativos, la estación del metro, parques...Acabaremos en la mismísima Casa Blanca. También encontramos algunas propuestas que se salen un poco del esquema como un mundo dibujado a mano, con ceras de colores, y otro en un entorno cibernético con los protagonistas y enemigos generados por ordenador.
El Black Friday aparece en la segunda mitad del nivel 4.
-La primera parte se desarrolla en una playa con sus sombrillas y hamacas, el paseo marítimo, las rocas, las palmeras meciéndose y el mar con la puesta de sol. Los detalles están muy currados: hay estrellas de mar, balones hinchables, patinadores desfilando por la pantalla, neveras, castillos de arena, papeleras. El escenario es colorido. Las sombrillas están abiertas, cerradas, son lisas, a rayas, con las franjas del arco iris, con publicidad...
Lucharemos contra hombres descamisados (algunos son de raza negra), futbolistas (con la camiseta de Brasil), gordiflones o boxeadores
-La segunda parte se desarrolla en un mercadillo. La pancarta en negro de uno de los puestos nos da la bienvenida al Viernes Negro. Sobre el mostrador podemos ver libros, teléfonos fijos antiguos o zapatos. También vemos cartuchos de videojuegos y cintas de casete. Resulta curiosa la mezcla de un concepto actual (Black Friday) con productos tan retro (que en su momento eran lo más de lo más)
Nosotros debemos avanzar por el paseo de las casetas, que es de adoquines de piedra. Me encanta leer la cartelería aunque no tenga sentido: ¿Barreira? ¿Fitas? ¿Preisteixn? La cara de los vendedores como si estuvieran aburridos, con las cajas de mercancía detrás, también tiene su punto. Todos los puestos están cubiertos por lonas de colores vistosos y chillones.
Hay un puesto de zumo de naranja (Ki-Dilica Sucos). Un comprador pasa silbando por el decorado y se para delante de la tienda
El punto culminante de la fase se produce cuando una oleada de monstruos salvajes atraviesa la calle. Esto es una parodia clara al Black Friday. Las masas de gente son sustituidas por unas criaturas feas con cabeza en forma de ratón. Cruzan la pantalla a gran velocidad, todos juntos, como salvajes, arrollando a todo y a todos. Se supone que están histéricos por las rebajas del viernes negro y por eso actúan de una forma tan visceral: la gran orgía del consumo.
Un signo de exclamación nos avisará de la estampida. Cuando lo veamos significa que en unos pocos segundos el escenario se llenará de elementos indeseables. Salen por la parte derecha de la arena, cual toros de San Fermín, atraviesan el mercadillo, y se van por el flanco izquierdo. Todo en un abrir y cerrar de ojos. Encima, estos tipos invaden todo el paseo salvo un pequeño hueco que debemos aprovechar en coger, que será la única zona segura, ya que si se chocan con nosotros perderemos un cacho importante de nuestra barra de vida. En cuanto veáis que llega la muchedumbre, quedaos quietos en esa zona vacía. Lo bueno de esto es que los alocados compradores nos harán el trabajo sucio, pues al venir en dirección contraria también arrasan a los enemigos y les hace perder energía.
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| Signo de exclamación avisando del peligro |
Después de dos invasiones, seguiremos avanzando por el mercadillo. Pasaremos un puesto de barras de pan, otro de ropa y varios más que están completamente vacíos. Las farolas y los árboles serán testigos de la tercera oleada consumista.
Lucharemos contra unas niñas que llevan peluches en forma de conejo, unas criaturas con pinzas que se mueven a saltitos y futbolistas aunque mi favorita es esta mujer vestida con mandil de cocina, ataviada con una sartén y unos pelos en forma de serpiente.
A continuación una caseta de gafas de sol y una especie de merendero con botellas en las mesas. Sobra decir que la sexta y última estampida del nivel tiene lugar aquí.
Finalmente aparece el boss que es un gorila de aspecto bobalicón. Se mueve de forma temblorosa. Lleva una caña de pescar y un saco con peces cargado a la espalda. No lo subestiméis ya que es muy gordo y grande. De hecho, lo primero que hace al aparecer en la pantalla es aplastar el puesto de gasolina, agua refrigerante para el coche y cables. Lo dejará hecho añicos. Siniestro total.
Su nombre es Jujurandir. En su pantalla de presentación aparece golpeándose en pecho como Tarzán.
Nos ataca con puñetazos. De vez en cuando se sube a los árboles del decorado para después caer sobre nosotros. El tipo nunca falla y resulta imposible esquivar la aplastada. Después de varias embestidas no le queda más remedio que pararse para descansar (se le cae el sudor del esfuerzo). Aprovechad el parón para atizarle bien, ya que es el único momento de la batalla que permanece quietecito más tiempo. Hay también un par de segundos mientras se recupera de la caída que también podéis utilizar.
La buena noticia es que no se mueve muy rápido y podéis esquivar sus ataques. A veces se equivoca y en lugar de lanzar la caña contra nosotros se le escapa el pez. Si no fuera por la cantidad de vida que nos quita cuando cae sobre nosotros, sería uno de los combates más sencillos del juego.
Aquí os dejo un video de la pelea:



















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