viernes, 14 de julio de 2023

Cachitos de Sunset Riders (Parte 1)

Muchos videojuegos se ambientan en el salvaje oeste : Red Dead Redemption, Call of Juarez Bound in Blood, Gun, Wild Arms, Blood Bros, The Oregon Trail, Wild Guns...Ya sabéis lo que os espera en este tipo de aventuras: duelos, vaqueros, salones, trenes de vapor, oro, cactus, indios...

Para el post de hoy me he quedado con Sunset Riders, el clásico arcade de Komani del año 1991, cuyas versiones domésticas alcanzaron un éxito rotundo en Megadrive y Super Nintendo. Hideyuki Tsujimoto fue el responsable del proyecto en las recreativas tras su buen hacer con Super Contra

El juego nos mete en la piel de cuatro cazarrecompensas: Steve, Billy, Bob y Cormano. El plato fuerte de este título es la posibilidad de llevar a cabo partidas cooperativas con todos los héroes a la vez. ¿Cuál es el objetivo? Derrotar a una serie de forajidos bandoleros que pululan por las tierras yermas del oeste de Estados Unidos. 

En la entrada de esta tarde vamos a dar un paseo por el videojuego, recordando estampas y detalles que en su momento nos marcaron a todos. Abrochaos el cinturón y disfrutad de este viaje. 

Cada nivel empezaba con un cartel de "Se busca vivo o muerto", con la foto del jefe final en el centro y una recompensa en dólares por su captura. Escena típica de las pelis del oeste

La primera fase se desarrolla en un poblado típico del salvaje oeste. Si el héroe se mete en el interior de una de las casas de madera, lo veremos dándole un trago a una botella de wiski, ideal para relajarse un poco de los tiroteos y coger fuerzas

Algunos enemigos se ocultan en el interior de los carros de paja y emergen a nuestro paso, dándonos un pequeño sustillo. 

A veces, los bandidos nos lanzaban cartuchos de dinamita, y su mala puntería hacía que los explosivos estallaran delante de sus narices. ¿El resultado? Aparte de una bonita explosión, los rivales terminaban chamuscados y carbonizados. 

Por cierto, el hecho de elegir si irnos por encima del puente o chapoteando por el río me recordaba a la primera fase de Contra. 

Unos inofensivos pollitos irrumpían en medio del primer nivel. Daba la sensación de que escapaban de un peligro inminente. Los pobres huían despavoridos hacia el lado opuesto a donde vamos nosotros

Inmediatamente, una estampida de búfalos invadía el escenario, dando lugar a una de las estampas más emblemáticas de Sunset Riders. Nuestro objetivo será esquivar las embestidas de estos animales y saltar para que no nos corneen. 

Todos recordamos con mucho cariño al primer boss, que es el ranchero millonario Simon Greedwell. La batalla tenía lugar en una casita del pueblo. El tipo estará asomado a la ventana con su rifle, protegido por unos barriles rosas, mientras sus compinches nos atacan por los balcones. 

Lo que más gracia me hacía de este combate eran las dos sillitas de madera del atrezo. Yo me esperaba ver una dulce viejecita allí jejjeje. 

La segunda fase es una de las más épicas de la aventura. El protagonista cabalga sobre un caballo a una velocidad vertiginosa mientras dispara a los vaqueros que aparecen por la pantalla. De fondo, la vía del tren. El movimiento del animal es automático. Nosotros solo tenemos que disparar. 

Cuando golpeábamos a un enemigo, el caballo rival se desbocaba, relinchaba y se ponía a dos patas. Su jinete era lanzando contra el suelo y rodaba como una pelota. Mi momento favorito. 


En medio de la huida nos topábamos con un carruaje. Podíamos romper el eje de las ruedas y sacarlo de la carretera. 

Otro segmento emocionante es cuando un tren de vapor irrumpe por la vía. Debemos matar a todos los enemigos que nos disparan desde las ventanas. 

El vehículo es larguísimo, ya que incluye vagones de carga de materiales (troncos de madera, barriles y cajas), aparte de la cabecera que incluye la chimenea y la locomotora. 


En el andén nos espera el segundo boss: Hawkeye Hank Hatfield, un tirador que se protege detrás de las cajas azules y de vez en cuando el muy cobarde sale para disparar. 


Cuando lo derrotamos, se le cae su sombrero. Otro momento emblemático. 


El tercer nivel vuelve a desarrollarse en un pueblo típico del oeste, con sus moteles y salones. Hay un detalle que no se me olvida: unos tipos tocando la guitarra a la puerta de sus casas, con un enorme y ancho sombrero que les cubre el rostro. Los pobres son inofensivos y forman parte del decorado


Si el protagonista se mete dentro de un hotel recibirá un beso de una preciosa chica rubia, la cual le dará un saquito de oro. Un poquito de amor no viene mal para relajar la tensión.


Por cierto, los cristales de algunas ventanas pueden romperse si son alcanzados por las balas. Al fin y al cabo, la interactividad es alta y muchos elementos del entorno son destructibles.

Cada vez que veo el vidrio roto me acuerdo de Paper Boy. El protagonista podía lanzar los periódicos a las ventanas y romper el cristal. 


A veces, los bandidos nos lanzaban lámparas de aceite. Estas provocaban un incendio, impidiéndonos el paso. En estos casos, los héroes debían cruzar el área afectada agarrándose a unas cuerdas


La lucha contra el tercer boss tiene lugar a las puertas de un salón. El antagonista se llama Dark Horse y es un hombre armado con un revolver. El tipo cabalga encima de su caballo negro y se protege con una armadura de plata. 

Recuerdo perfectamente mi táctica: subir al piso superior y disparar desde lo alto. 


¿Os acordáis del inicio de la cuarta fase? Estamos en el interior del salón. Hay cuatro chicas raptadas en las esquinas, con la boca tapada y atadas de pies y manos. Podemos colgarnos de la gran lámpara que preside la habitación y balancearnos de un lado a otro. Había letreros luminosos y el mobiliario estaba destrozado, revuelto y desordenado.

Este nivel consiste en un combate contra los malvados Hermanos Smith, dos hombres ataviados con sus chisteras, chalecos y cinturones de cuero. Nos atacan desde su balconcillo lanzándonos faroles, que no tardan en arder. 


Como no puede ser de otra forma, el premio por liberar a estas mozas es un sugerente y erótico can-can que bailarán para nosotras. Las tres chicas de pelo rubio, mallas de color, lazos en la cabeza y sus tops ofrecerán una de las estampas más picantes de la aventura


Ahora vamos a hacer un pequeño alto en el camino, ya que el viaje es muy largo. En la próxima entrada seguiremos con la segunda tanda de niveles de Sunset Riders, recordando más estampas míticas. 

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