Muchos videojuegos se ambientan en el salvaje oeste : Red Dead Redemption, Call of Juarez Bound in Blood, Gun, Wild Arms, Blood Bros, The Oregon Trail, Wild Guns...Ya sabéis lo que os espera en este tipo de aventuras: duelos, vaqueros, salones, trenes de vapor, oro, cactus, indios...
Para el post de hoy me he quedado con Sunset Riders, el clásico arcade de Komani del año 1991, cuyas versiones domésticas alcanzaron un éxito rotundo en Megadrive y Super Nintendo. Hideyuki Tsujimoto fue el responsable del proyecto en las recreativas tras su buen hacer con Super Contra
El juego nos mete en la piel de cuatro cazarrecompensas: Steve, Billy, Bob y Cormano. El plato fuerte de este título es la posibilidad de llevar a cabo partidas cooperativas con todos los héroes a la vez. ¿Cuál es el objetivo? Derrotar a una serie de forajidos bandoleros que pululan por las tierras yermas del oeste de Estados Unidos.
En la entrada de esta tarde vamos a dar un paseo por el videojuego, recordando estampas y detalles que en su momento nos marcaron a todos. Abrochaos el cinturón y disfrutad de este viaje.
Cada nivel empezaba con un cartel de "Se busca vivo o muerto", con la foto del jefe final en el centro y una recompensa en dólares por su captura. Escena típica de las pelis del oeste
La primera fase se desarrolla en un poblado típico del salvaje oeste. Si el héroe se mete en el interior de una de las casas de madera, lo veremos dándole un trago a una botella de wiski, ideal para relajarse un poco de los tiroteos y coger fuerzas
Algunos enemigos se ocultan en el interior de los carros de paja y emergen a nuestro paso, dándonos un pequeño sustillo.
A veces, los bandidos nos lanzaban cartuchos de dinamita, y su mala puntería hacía que los explosivos estallaran delante de sus narices. ¿El resultado? Aparte de una bonita explosión, los rivales terminaban chamuscados y carbonizados.
Por cierto, el hecho de elegir si irnos por encima del puente o chapoteando por el río me recordaba a la primera fase de Contra.
Unos inofensivos pollitos irrumpían en medio del primer nivel. Daba la sensación de que escapaban de un peligro inminente. Los pobres huían despavoridos hacia el lado opuesto a donde vamos nosotros
Inmediatamente, una estampida de búfalos invadía el escenario, dando lugar a una de las estampas más emblemáticas de Sunset Riders. Nuestro objetivo será esquivar las embestidas de estos animales y saltar para que no nos corneen.
Todos recordamos con mucho cariño al primer boss, que es el ranchero millonario Simon Greedwell. La batalla tenía lugar en una casita del pueblo. El tipo estará asomado a la ventana con su rifle, protegido por unos barriles rosas, mientras sus compinches nos atacan por los balcones.
Lo que más gracia me hacía de este combate eran las dos sillitas de madera del atrezo. Yo me esperaba ver una dulce viejecita allí jejjeje.
La segunda fase es una de las más épicas de la aventura. El protagonista cabalga sobre un caballo a una velocidad vertiginosa mientras dispara a los vaqueros que aparecen por la pantalla. De fondo, la vía del tren. El movimiento del animal es automático. Nosotros solo tenemos que disparar.
Cuando golpeábamos a un enemigo, el caballo rival se desbocaba, relinchaba y se ponía a dos patas. Su jinete era lanzando contra el suelo y rodaba como una pelota. Mi momento favorito.
En medio de la huida nos topábamos con un carruaje. Podíamos romper el eje de las ruedas y sacarlo de la carretera.
Otro segmento emocionante es cuando un tren de vapor irrumpe por la vía. Debemos matar a todos los enemigos que nos disparan desde las ventanas.
El vehículo es larguísimo, ya que incluye vagones de carga de materiales (troncos de madera, barriles y cajas), aparte de la cabecera que incluye la chimenea y la locomotora.
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