jueves, 22 de diciembre de 2022

Los jefes de mazmorra en Golvellius: Valley of Doom

El post de hoy está dedicado a un título, que en principio salió para MSX en 1987. Sin embargo, Sega, ansiosa de replicar el mismo éxito de Nintendo con Zelda, relanzó el juego al año siguiente para Master System. Con una mejora en su apartado gráfico y un nuevo mapa, Golvellius Valley of Doom salió a la venta. 

Las similitudes con el clásico de Miyamoto no pasaron desapercibidas para el gran público: Aventura en un mundo abierto, mazmorras, combates contra enemigos típicos de los Action RPG, ambientes más o menos parecidos (desiertos, cuevas, bosques, lagos, praderas, pantanos...), la coincidencia de la espada como arma principal y secretos a tutiplén. 

¿Qué os parece si recordamos los jefes finales de los calabozos? Las batallas contra estos monstruos se convirtieron en uno de los momentos más épicos y trepidantes de la aventura. Yo estaba deseando llegar al final de estas cuevas solo para ver el aspecto de estas criaturas: ¿Será un dragón? ¿Será un esqueleto? ¿Será un ser mitológico? La ilusión se apoderaba de mí.


La peculiaridad de la primera mazmorra radica en que no hay combate final. Lo más parecido a un jefe es la presencia de una serpiente gigante al final del recorrido. Nos atacará lanzándonos bolas de fuego o escupiendo serpientes rojas más pequeñas. También dará saltos hacia el techo, para posteriormente caer sobre el héroe. 

Se trata de una batalla introductoria, en la que Kelesis usará por primera vez su espada y sus botas, dos utensilios muy importantes para el desarrollo de la aventura, y que recibirá de las manos de una sabia al entrar al calabozo.

Si derrotamos a la criatura obtendremos talismanes de salud que nos rellenarán la barra de energía. El rostro inexpresivo de la bicha, su vientre amarillento y su cola gruesa serpenteante configuran un diseño muy original. 

Despa (aunque yo lo conocía como "El abominable hombre de las nieves") es el primer jefe final oficial de la aventura. Habita en el interior de una cueva del valle. Destaca por su cuerpo blanco y gelatinoso, de aspecto tembloroso. Nos lanzará copos de hielo que debemos esquivar. 

Aunque es bastante resistente a las espadas, y necesita un montón golpes para caer, su ataque no es tan dañino. Con la barra de salud llena y una poción de emergencia nos da para matarlo

El tipo solo se mueve en horizontal, de un lado a otro de la pantalla, nunca en vertical. Aprovechad esta circunstancia a vuestro favor!!!!!!!!!!!!!

En el interior de una gruta del desierto reside Rolick, el segundo jefe del juego. Se trata de un molusco rojizo, con el cuerpo lleno de pinchos, ojos amarillos y patas moradas.

Cada cierto tiempo se enrollará sobre sí mismo y se convertirá en una bola puntiaguda que rodará por el escenario, persiguiendo al protagonista, dispuesto a chocarse contra él. En caso de colisión perderemos casi toda la vida, así que no lo subestiméis. Es un enemigo muy peligroso!!!!!!!!

¿La mejor estrategia? Atacarlo cuando se detenga. Aprovechad esos (escasos) segundos de quietud para propinarle algún espadazo. Al trazar diagonales, el bicho cogerá mayor velocidad. Lo que yo hacía era no dejar de moverme en ningún momento para evitar ser atropellado

El tercer jefe oficial de Golvellius se llama Bachular y reside en las entrañas de un cementerio. Se trata de un murciélago grisáceo con tres cabezas, de aspecto esquelético y alas de Drácula. Parece sacado de la saga Castlevania.

De vez en cuando desaparecerá de la pantalla, para volver a aparecer unos segundos después al lado de Kelesis y escupirle tres bolas de fuego, las cuales permanecen un tiempo en el escenario, y nos quitarán vida en caso de roce. 

Una vez haya nos haya arrojado las llamaradas, el tipo se parará unos instantes a descansar. Aprovechad esos segundos para golpearle con la espada del valle. Ni se os ocurra entrar en contacto con él!!!!!!!!!

La cuarta mazmorra se localiza en la caverna del pantano y está gobernada por Fosbus, una criatura con cabeza de mujer y cuerpo de anfibio. Su largo cabello rosado recuerda al de Medusa. Sus pelos parecen serpientes!!!!!!!!!!!!!

Al igual que Despa, solo se desplaza en vertical. Nos lanzará bolas de veneno, las cuales se transforman en proyectiles que explotarán contra el protagonista. La pantalla se llenará de bombas, así que esquivad todo lo que podáis. De todas formas, no es el enemigo más difícil. Cae fácilmente tras varios golpes. 

El quinto jefe es Warlic. Vive dentro de una cueva, en el lago que lleva su nombre. Su cuerpo es duro y resistente. Parece de piedra. Menudo músculos tiene el jodío!!!!!!!!!!!!!! Su nariz está rematada por una especie de cuernecillo.

Tiene el poder de dividirse en dos. Por lo tanto, la batalla será el doble de difícil, ya que hay que matar a dos Warlics. Sus embestidas son peligrosísimas. Los forzudos cargarán contra el héroe con el objetivo de embestirlo. Como si fueran toros de Miura, cogerán fuerza unos segundos, para después arrollarnos. Acto seguido, se retirarán, momento que aprovecharemos para atacar. 

A mí me costó sangre, sudor y lágrimas derrotarlo. Al final tuve que recurrir al colgante de Aresta para que sus ataques se redujeran considerablemente. El combate se hace tedioso hasta decir basta. Casi todo el tiempo lo pasaremos esquivando. Es lo más parecido al toreo jijij. Cuando el primero caiga, la batalla será más asequible. 

En el corazón del bosque anida Crawky, una extraña criatura compuesta por tres cabezas de cuervo y un cuerpo cubierto de tentáculos azules. Su forma de moverse es similar a la de las Parcas, flotando por el escenario, de manera caótica (es muy difícil predecir su dirección), mientras nos lanza unos proyectiles que rebotan en las paredes. 

Como es un culillo mal asiento y casi nunca se está quieto, debemos armarnos de paciencia en afinar la puntería. A veces, lidiaremos con cuatro proyectiles a la vez en pantalla. 

El penúltimo jefe es Haidee. Se trata de un dragón verde con una melena naranja que le llega hasta las rodillas. A veces bajará su cabeza dejando entrever el rocambolesco cabello, que cubrirá el cuerpo en su totalidad. 

Ataca de dos formas: persiguiéndonos, y arrojándonos proyectiles que se teledirigen hacia el héroe. En ambos casos, tendremos que esquivarlo, aprovechando los escasos momentos en que se está quieto para propinarle espadazos. En comparación con los anteriores, no es un combate difícil. A mí nunca me dio problemas. De hecho, podemos romper los proyectiles con el arma. 

Cerramos la entrada con Golvellius, el antagonista de la aventura, y el que da nombra al juego. Se trata de un dragón morado, con rasgos de diablo (cuernos, ojos rojos encendidos...). Va protegido con varias armaduras por el cuello y las muñecas, aparte de dos enormes pinchos que salen de las orejas. Además, blande dos afiladas espadas. Cuidado!!!!!!!!!!!!!!

Al principio, se mueve lentamente. Parece inofensivo. Incluso su ataque más efectista (lengua de fuego) hace mucho más ruido que daño. Solo nos quita 6 puntos de vida, pecata minuta a estas alturas de juego

¿El problema? Cada vez que nos rocemos con él (sea por embestida con el brazo o porque nosotros nos acerquemos demasiado) perderemos 18 preciosos puntos de golpe. 


Mi estrategia era equiparme con el colgante de Ramusaru y priorizar la defensa sobre el ataque. Es más eficaz esquivar sus ataques y alargar el combate todo lo que sea necesario a dar tres golpes mal dados y terminar muerto. En algunos momentos deambulará por la pantalla como si estuviera desorientado, sin saber qué hacer, llegándose a quedar (casi) quieto. Esta situación dura un suspiro. No llega al segundo. Aprovechadla bien para atacar. 

Otra opción es agenciarse la espada legendaria. Lo fulminaremos en unos segundos, pero la batalla no será tan épica. 

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