Desde que empecé a acumular puntos Rewards allá por el mes de enero, no hay día que no desenfunde mi Xbox One y me ponga a conseguir logros en los juegos, realizar encuestas, hacer búsquedas en Bing o cumplir las tareas diarias, semanales y mensuales del Game Pass.
¿El objetivo? Juntar algo de dinerillo para ampliar mi biblioteca digital. El juego llama al juego. Resulta motivador realizar tareas gamers y ver cómo el marcador de puntos va in crescendo, semana a semana, para después darte un caprichito en forma de tarjeta regalo en la Store de Microsoft, y poder comprar un título que llevas barruntando desde hace un tiempo. Y todo esto, sin gastar ni un euro. Tan solo teniendo amor por este hobby!!!!!!!!!
En la entrada de esta tarde me gustaría compartir con vosotros mis adquisiciones durante estos meses de Microsoft Rewards. Como veis, la vena retro la llevo siempre por bandera. Es mi seña de identidad. No hay quien me la quite jejjeje. Al final, cuando ves una antología de clásicos de los ochenta/noventa o un título de la época de la Play 2, o incluso los primeros años de la Xbox 360, no puedes resistir a darle al botón de canjear puntos
Veo esto y me pongo de buen humor |
La primera compra oficial tuvo lugar el 15 de enero, cuatro días antes de mi cumpleaños. Y fue Rayman 3. Gracias a los puntos de bienvenida, varias tarjetas perforadoras especiales y las tareas ordinarias, en una semana y media adquirí mi primer juego.
Mi último contacto con la mascota de Ubisoft fue en la Play 2. Me alquilé Rayman Revolution (versión mejorada de The Great Scape) y Rayman M (party game muy chulo que incluía carreras a pie y juegos de disparo). Y me quedé con las ganas del Rayman 3. Recuerdo un video que me enseñaron en el que se veía al héroe surfeando por carriles aéreos, en un túnel repleto de luces de colores y efectos especiales, mientras recogía joyas. Eran las fases de bonus.Tampoco se me olvidan algunas estampas míticas de ese video, en el que se mostraban las habilidades especiales de nuestro héroe sin extremidades: Rayman rompiendo con sus puños una puerta de madera; Rayman lanzando tornados; Rayman balanceándose sobre cadenas; Rayman planeando con sus hélices; Rayman convertido en obús.
En cuanto vi Canis Canem Edit en la Store, dije: este cae sí o sí. Acumulo los puntos que hagan falta!!!! En su momento no pude catarlo y me dolió mucho no jugarlo. En el año 2006 empecé la Universidad. Apenas tenía tiempo para mi vieja Play 2, y lo poco que podía arañar durante esos meses, lo dediqué a la emulación de clásicos en mi PC.
Ni siquiera lo llevaron a mi videoclub de confianza. Entre lo atareado que estaba y lo poco que jugaba, el título de Rockstar cayó en el olvido. La idea de moverme por un instituto, realizar exámenes, cumplir unos horarios estrictos o hacer gamberradas me encantaba. Hasta me hice un planning: voy a crear dos archivos diferentes: en uno, voy a ser un empollón y un repelente, y no voy a meterme en un ningún lío; en el otro, voy a liarla parda y a armar la de Dios.
Al final, esto se quedó en agua de borrajas. Menos mal que los Microsoft Rewards permitieron cumplir mi sueño, y en febrero ya estaba controlando a Jimmy Hopkins por los pasillos y jardines de Bullworth.
Aunque ya me he pasado la historia principal, de vez en cuando me meto para putear un poco a la peña. Me encanta tirar bombas fétidas a la señora Danvers (la secretaria); colarme en la residencia de chicas; lanzar pullitas a los monitores, salir corriendo y esconderme en un cubo de basura; hacer pellas; usar el tirachinas contra Etna (la cocinera); no cumplir el toque de queda nocturno y conducir con la bici por la ciudad hasta la madrugada; bajar la falda de las niñas. En definitiva, hacer cosas que jamás haríamos en un colegio de la vida real.
Cuando quitaron Grand Theft Auto V del Game Pass en agosto del año pasado me llevé un disgustazo. Era mi juego favorito!!!!!!!!! Junto a Soul Calibur VI y Forza Motorsport 7 fue la pérdida más dolorosa durante este primer año de nueva generación.
Por eso, en cuanto me apunté al Microsoft Rewards me propuse yo mismo comprar el juego. ¿Cuál fue el problema? Que en marzo del año pasado una oferta del GTA IV se interpuso en el camino. El cuarto capítulo de la saga era el único que me quedaba por probar. Jugué a los tres primeros en vista cenital (en Play Station). Me pasé y requetepasé el III, Vice City y San Andreas. E incluso caté los ports de la PSP: Liberty City Stories y Vice City Stories. Cuando me regalaron la Xbox One, el quinto capítulo llegó al Game Pass. Solo me quedaba Grand Theft Auto IV, y esa compra de marzo fue para él.
Y la verdad es que estoy muy muy contento con la adquisición. Me encanta el giro realista, tanto en el argumento como en la conducción de vehículos. La historia de Niko Bellic resulta más seria y madura que la de Tommy Vercetti o Carl Johnson. El influjo del cine negro es más que evidente. Gráficamente se ha quedado desfasado, y la ciudad se ve muy chica en comparación a lo que vino después. A pesar de estas cosas, pienso que los personajes son mucho más humanos y carismáticos, al igual que las físicas.
Ahora mismo, me encuentro en la misión I'll take her. El protagonista secuestra a Gracie Encelotti. Esta última pone a la venta por Internet su Feltzer rosa. Niko acude como posible comprador del vehículo. Le pedirá a la joven subirse al coche para probarlo (con ella) antes de comprarlo. Aprovechando que la muchacha se ha puesto en el asiento de copiloto, aprovecharemos para raptarla y llevárnosla a un piso franco. Al principio, la muchacha opondrá resistencia. Nos hará perder el control del deportivo, el cual dará algunos volantazos. Tendremos que hacernos con las riendas del coche, ya que de vez en cuando se irá hacia los lados. Si la mujer abandona el coche, fracasaremos la misión. ¿El objetivo? Llegar sanos y salvos al departamento-guarida
Como soy bastante fan de las aventuras urbanas de acción y conducción, Saint Row se convirtió en una suculenta opción en la que destinar mis puntos. El juego salió al mercado en el año 2006, en una etapa de transición generacional, cuando la Play 2 llegaba a su ocaso y la Xbox 360 se consolidaba con sus primeros bombazos. Recuerdo perfectamente el análisis de la Hobby Consolas
La idea de ir conquistando barrios de la ficticia ciudad de Stilwater (en el estado de Michigan) bebe de las guerras de bandas de GTA San Andreas.
Aunque no llega a ser tan inmenso como su homólogo de Rockstar (faltan motos, lanchas, helicópteros, zonas de campo, más habilidades...) me gusta su sistema de puntería a los Max Payne, los emocionantes tiroteos a pie, las intensas persecuciones o los desafíos inspirados en Destruction Derby
Me encanta la historia del arte. Por eso, no dudé ni un instante en hacerme con Blasphemous, un título de la compañía andaluza The Game Kitchen, que se inspiró en la iconografía y la imaginería sevillanas. Me siento muy orgulloso de haber gastado mis puntos en un estudio español.
No sabéis lo que he disfrutado identificando en el juego las obras artísticas, y en general, las referencias de corte cultural: La Piedad de Miguel Ángel, el Baldaquino del Vaticano de Bernini, las deformaciones a las esculturas del granadino Alonso Cano, enemigos sacados de las pesadillas de Velázquez, la Virgen Dolorosa de Luján Pérez, la Mujer Barbuda de Zurbarán, los penitentes sevillanos, la tumba de Isabel y Fernando, la mezquita de Córdoba, el puente de Triana...
Nunca imaginé que en un videojuego escucharía versos de Lola Flores. Yo, que soy un apasionado de la copla, no sabéis lo que me emocioné cuando uno de los personajes recita un fragmento de la conocida canción Te lo juro yo: Y que mis acais, si digo mentiras, se queden sin luz.
A comienzos de marzo me hice con Sega Mega Drive Classics, una antología con cincuenta títulos de la mítica consola de 16 bits. En su día, la mayoría de estos juegos los probé en casa de un primo mío, que tenía la Megadrive, allá por comienzos de los noventa.
En junio de 2006, como premio de Selectividad, mis padres me regalaron un ordenador en el que instalé el emulador Kega Fusion, y por ende, accedí al resto del catálogo de la negra de Sega. ¿Problemas? Un monitor bastante pequeño y un control sobre teclado (en vez de mando) muy aparatoso al que no estaba acostumbrado
La colección incluye clásicos de la talla de Sonic The Hedgehog (I y II), Streets of Rage, Golden Axe, Columns, Gunstar Héroes, Ristar, Alex Kidd o Phantasy Star
Durante las pasadas vacaciones de Semana Santa canjeé los puntos y me compré dos clasicazos.
-El primero, el remake de Final Fantasy VII. Un gustazo reencontrarme con Cloud Strife y revivir una épica aventura por lugares que formaron parte de mi juventud: Midgar, Costa de Sol, Minas de Mitrilo, Ciudad de los Huesos, Gran Glaciar, Bosque de los Ancianos...La muerte de Aeris me marcó mucho en su momento, y la he llorado también ahora.
-El segundo, Beyond Good & Evil, un juego de culto que Ubisoft lanzó en Play Station 2 allá por el año 2003. Los creadores de Rayman nos deleitaron con una aventura preciosa, que alterna la fotografía con secciones de exploración/investigación, conducción (bendito aerodeslizador!!!!!!) y algo de acción. Me encanta la música de Christophe Héral y su atmósfera artística, gracias a una ambientación tecnológico-cartoon muy muy chula.
La recopilación en HD de los tres primeros capítulos de la saga Devil May Cry fue otro de mis objetos fetiche. Desde que la vi en la Store de Microsoft no le quité el ojo de encima. Esperaba con ansias una bajadita de precio para hacerme con ella. 15.000 puntos me costó solamente.
En su momento, solo jugué al primer juego de la trilogía. Y disfruté como un enano manejando a Dante por las dependencias de ese lóbrego castillo, matando demonios, descendiendo a los Infiernos, pasando miedo con las Parcas o enfrentándome a jefazos de la talla de Phantom, Griffon, Nightmare, Mundus o Nelo Angelo
Sé que Devil May Cry 2 no obtuvo buenas críticas. Hobby Consolas le cascó un 85, una nota muy floja para lo alto que puntuaba la revista. No obstante, tengo curiosidad de probarlo. El tercer título remontó las malas calificaciones del anterior. Las reseñas volvieron a ser positivas.
Ahora en verano, que tengo más tiempo libre, me pondré a fondo con los tres juegos.
Mi última compra oficial fue Street Fighter 4, el pasado mes de mayo. En realidad, el plan inicial no era el juego de peleas de Capcom. Yo quería canjear los puntos y agenciarme el Hydro Thunder Turrican, el arcade de motos de agua de Midway. Me encanta la saga.
¿Qué fue lo que pasó para cambiar de idea? Entre los juegos Gold que me regalaron en mayo por estar suscrito al Game Pass se encontraba el título de conducción veraniego. Menos mal que no se me ocurrió canjear dos días antes. Imaginad la cara que se me hubiera quedado al comprar el Hydro Thunder y 48 horas después tenerlo gratis como Gold.
Al final, el destino quiso que cayera Street Fighter 4. Esos días había ofertas en juegos de lucha. Tenía muchas ganas de volver a ver a Vega, Chun-Li, Ryu, Ken o Sagat. Por supuesto, he disfrutado también de las nuevas caras como Abel, Rufus o El Fuerte, sin olvidar el nuevo sistema de super y ultra combos
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