domingo, 11 de abril de 2021

Los modos secundarios de Driver (Play Station): retos por doquier ajenos al argumento principal


Si yo os pregunto: ¿Cuál fue vuestra primera experiencia (videojueguil) conduciendo por las calles de una gran ciudad en tres dimensiones? Seguramente, la respuesta de muchos de vosotros sea Driver, la famosa saga de Reflections del año 1999 que nos mete en la piel del agente Tunner, un policía que pasa al otro lado de la ley, dispuesto a ingresar en las filas de un grupo criminal. Nueva York, San Francisco, Miami y Los Ángeles son los escenarios de esta aventura

Realmente, yo fui de los que jugué primero a Grand Theft Auto, pero en aquellos años, no era un título en 3D. La cámara adoptaba una perspectiva cenital (se veía todo desde el aire). Por lo tanto, no cuenta como vivencia en una urbe a lo largo, ancho y alto. La primera vez que me puse al volante de un coche y recorrí las calles de una metrópoli fue con Driver. Luego llegaría Crazy Taxy y Midtown Madness

GTA 2 fue mi primera experiencia en una ciudad...en 2 dimensiones. La vista cenital limitaba la experiencia
GTA 2: mi primera experiencia en una ciudad...en 2D. 
Driver fue más espectacular, al menos, gráficamente

Aunque el mayor atractivo de este juego reside en la historia y las misiones protagonizadas por Tunner (con sus cinematográficas secuencias de video), a mí me gusta matar el rato en los modos secundarios. Ofrecen diversión directa y rápida, con retos arcade muy interesantes, para 1 o 2 jugadores, reciclando los escenarios urbanos del argumento principal. 

Hoy recordaremos estas pruebas suplementarias que tan bien nos lo hicieron pasar. Son de muchos tipos


En primer lugar, el modo conducción libre. Nos pondremos al volante de un coche y pasearemos por las calles de la ciudad, sin ningún tipo de limitación temporal y espacial. La duración de la partida la marca el estado de nuestro vehículo: si se llena la barra de daño, game over. 

Podemos recorrer el mapa de una punta a otra. En su época flipaba con el colosal tamaño de las urbes. Deseaba perderme por el entramado laberíntico de las calles. Me gustaba sentir esa sensación de no saber dónde estaba, y verme rodeado de tantos edificios. Menuda odisea jejje. Solía medir el tiempo que tardaba en ir de un extremo a otro del mapeado. Eran varios minutos.

Por supuesto, este modo sirve para conocer a fondo el trazado de las principales avenidas y memorizar los lugares por los que pasaba, de cara a orientarme en las misiones del modo historia


Me sentía como un turista observando las casas, los monumentos, el mobiliario urbano, el tráfico, y los transeúntes. Podemos conducir de día o de noche. Lo que más mola es salir a liarla, chocarse contra el resto de vehículos, huir de la policía, saltarse los semáforos en rojo, ir a toda velocidad, derrapar, usar rampas o atropellar (sin éxito) a los pobres peatones que desaparecen  tras los edificios. 

Yo siempre decía: qué pena que no podamos bajar del coche y utilizar armas. Lo primero se cumplió con Driver 2. Para lo segundo, tuvimos que esperar a GTA III.


Las persecuciones son un clásico de los modos secundarios. La mecánica es sencilla: nos dan un tiempo límite para atrapar a otro vehículo, que huye por un distrito de la ciudad. Nuestro objetivo es embestir el coche del enemigo, hasta que se llene su barra de daño. A base de golpes y choques, hay que sacarlo de la carretera, las veces que sean necesarias. El auto rival debe quedar K.O. 

La CPU es muy inteligente en la escapada. Gira, derrapa y elige la ruta más intrincada. Resulta chungo cazarlo. Debemos mantenernos lo más cerca posible del vehículo fugitivo. No lo perdáis de vista!!!!!. Si chocamos con el tráfico, los árboles o las farolas, perderemos un tiempo valioso. Y luego nos costará volver a echar el guante al rival. 


El reto contrario también está disponible. En este caso, somos los fugitivos. Debemos huir como si no hubiera un mañana de un segundo vehículo, evitando sus embestidas.

Solo tenemos una misión: escapar, escapar y escapar. Hay que alejarse de los perseguidores, callejeando por la ciudad, aprovechando los recursos que nos proporciona el tráfico, el mobiliario, los parques, las plazas, las callejuelas, los parkings, los túneles...

Cualquier lugar vale con tal de dejar atrás al rival. Yo lo que hacía era zigzaguear entre los coches y conducir en dirección contraria. En cuanto nos alejemos lo suficiente del perseguidor, habremos ganado la prueba. 



Otro modo secundario de Driver es Check Point. Consiste en desplazarse de un punto a otro de la urbe. Tenemos libertad total para elegir la ruta. El único requisito es pasar por los puntos de control marcados en el mapa. La forma de llegar a ellos es indiferente. Debemos ser astutos y medir las distancias para elegir el camino más corto. A mí me recuerda a las carreras de Midtown Madness y Midnight Club. 



El siguiente reto consiste en derribar 100 conos que hay dispersos por la ciudad. Están colocados todos seguidos, uno a continuación de otro, formando una laaaaaarga hilera que nos obliga a seguir un único camino posible. A veces aparecen en lugares aparatosos como callejones, esquinas, huecos estrechos o aceras

Tenemos tiempo límite (20 segundos). Menos mal que por cada cono derribado nos suman un segundo. La clave está en derribar todos seguidos, sin descanso, para mantener alto el crono

Como curiosidad, este reto también apareció en The Italian Job, otro de los grandes juegos de mafiosos de la PSX, ambientado en los años sesenta, e inspirado en la conocida película.


Mi modo favorito siempre fue el de Supervivencia. Me gusta realizarlo en la ciudad de San Francisco con sus estrechas y empinadas calles. El 90% de las veces nuestro coche acababa volando por los aires, provocando algunos fallos gráficos en el juego. 

La mecánica es espectacular: somos perseguidos por cuatro coches de policía a la vez, con un grado de agresividad máximo. El acoso y derribo son continuos desde el segundo uno. Nuestro fin es aguantar el mayor tiempo posible con el vehículo intacto, algo que se antoja muy complicado, ya que los agentes no dejan de embestirnos, haciendo que perdamos el control del coche y choquemos contra el entorno

Yo me sentía como un títere, al capricho de la poli. Me veía incapaz de controlar la dirección de mi auto. Era muy frustrante jjejeje. 



Yo quería girar para un lado y mis perseguidores me mandaban para el contrario, y cuando me quería dar cuenta, tenía la barra de daños llena. Eso sí: luego era un show contemplar las repeticiones y editar mi propio video digno de superproducción de Hollywood



Acabamos el post con una de las propuestas más interesantes: los circuitos cerrados. 

El reto consiste en recorrer varias pistas prefijadas, manteniéndonos dentro de los límites de la calzada. Si nos salimos de la carretera y chocamos contra los conos que delimitan la zona de conducción, nos penalizarán sumándonos segundos al tiempo total

El camino es estrecho y técnico, lleno de curvas, giros y obstáculos como rocas, árboles o vallas. Hay que conducir con mucha precisión y pulso para no salirse del trazado. 
 

1 comentario:

  1. Yo mandé al carajo el Driver (emulado, que yo nunca tuve "Pley") hace eones porque no pasaba del garaje. XD

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