martes, 28 de mayo de 2024

La Cueva Gi del Cañón Cosmo en Final Fantasy VII


Esta semana me ha dado por rejugar la séptima entrega de Final Fantasy. Y lo he hecho en la Xbox One, veinte años después de mi última partida en PSX. El juego estaba de oferta en la Store de Microsoft. En cuanto lo vi, no pude resistirme a tan buenos momentos vividos.

Ayer pasé la Cueva Gi del Cañón Cosmo y obtuve la Materia Gravedad. ¿Qué os parece si recordamos este segmento de la aventura en la entrada de hoy?


La entrada a la gruta se encuentra en el interior de una de las casas de Cañón Cosmo, el pueblo natal de Red XIII. Se trata de una pequeña aldea cuyas casas están construidas sobre una escarpada montaña. El terreno está rodeado de acantilados, estructuras rocosas, paredes erosionadas, picos de sierra, gargantas y pendientes. Una parte del poblado se halla en terreno llano, sobre una cima. El resto está disperso a lo largo del cañón con cabañas a diferentes alturas sujetas sobre estructuras de madera que están adheridas al monte. Un lugar espectacular. 


Aquí nació Nanaki, nuestro felino favorito de Final Fantasy VII. A veces adoptaba comportamientos de perro (¿Recordáis sus aullidos?). Tenía el pelaje rojo. Llevaba tatuado en números romanos el XIII en la entrepierna. Atacaba con sus garras y colmillos. A pesar de su aspecto animal, dominaba el lenguaje del hombre y entablaba conversaciones con el resto de personajes. De hecho, durante nuestra estancia en el pueblo, disfrutaremos de una entrañable escena en la hoguera encabezada por Red XIII. 

Su cola está rematada por una escurridiza llama de fuego. Además, el tipo es tuerto. Le falta el ojo de la derecha. 



En Cañón Cosmo Nanaki descubre la verdad sobre su padre (Seto). Este peleó contra la tribu Gi, la cual invadió la aldea desde un pasadizo secreto que conectaba la cueva con el pueblo. Lamentablemente, el progenitor no pudo vencer contra un número tan grande de enemigos. Le lanzaron flechas envenenadas y lo convirtieron en una escultura de piedra. 

Red XIII pensaba que su papá había huido del poblado como un cobarde en lugar de luchar. La imagen que tenía de él era la de un ser traidor y pusilánime, que había dejado a todos en la estacada. Por eso, a Nanaki no le importó desde joven trabajar para/por la protección de Cañón Cosmo, con el fin de reparar el deshonor de su padre. 

Cuando el felino conoce la verdad de su progenitor, se sentirá muy orgulloso y decidirá unirse a Cloud y su grupo en la aventura. Juntos entrarán en la caverna. 


Una vez el anciano del pueblo nos dé permiso, abrirá la puerta de la cueva. 


Bajaremos a lo más profundo de la fosa, utilizando escaleras y agarrándonos a cuerdas. La estrechez del pozo no es apto para claustrofóbicos. En la vida real, jamás haría algo así. Me agobiaba mucho viendo la caída por un sitio tan angosto. A medida que descendemos las paredes rocosas van adquiriendo unos tonos de color verde, como si fuera el efecto de gases tóxicos.


La cueva consta de tres tramos.

En la primera instancia, debemos explorar el interior de cuatro criptas, cuyas aberturas de acceso están dispersas a lo largo de la pared. En tres de esas criptas nos tocará luchar contra diferentes enemigos (por ejemplo, lagartos espinosos, demonios con lanza, serpientes venenosas o gigantes de piedra....). En la sobrante, encontraremos una roca que abre el acceso a la segunda habitación de la cueva Gi. Solo hay que tocar la roca para que emerja el portón.


Cloud es libre de elegir cripta. Si tenemos suerte y nos decantamos por la correcta, evitaremos la pelea. Si el azar no está de nuestro lado nos tocará batallar hasta tres veces. No obstante, para mí esto no es un inconveniente. Subimos de nivel. En Final Fantasy la experiencia aumenta nuestros parámetros físicos y nos da habilidades nuevas. 


La segunda sala es lineal. Solo tenemos que seguir el camino. ¿Cuál es el problema? El suelo está muy resbaladizo y en medio del recorrido encontraremos un charco de aceite. Si vamos demasiado rápido, el protagonista resbalará y se chocará con unos pinchos de la pared que nos quitarán alrededor del 80% de puntos de salud. 

Yo pagué la novatada la primera vez que jugué. Menudo tortazo me di. Veinte años después ya sabía lo que venía, así que opté por andar despacio (casi de puntillas) y pasar por el charco moviendo levemente el stick de control, sin estirarlo al máximo. De esta manera, Cloud caminará por encima del líquido y no perderá la estabilidad. Hay que avanzar lentamente. Como alarguemos mucho la palanca del mando, el héroe se chocará contra los pinchos. 


Esta sección de andar con cuidado me recuerda a Banjo Tooie. En el nivel del Templo Maya, el pájaro y el oso debían robar una reliquia a un nativo que estaba durmiendo en una cueva. Para no despertarlo, el dúo protagonista debía moverse sin hacer ruido, avanzando a paso de pulga, sin apenas alargar el stick de la Nintendo 64. Si estirábamos mucho la palanca, nuestras pisadas hacían ruido y el hombre tribal se despertaba, expulsándonos del recinto y no dejándonos coger la joya. 

Final Fantasy VII y Banjo Tooie unidos por la 
dinámica jugable de caminar sin hacer ruido

Procedimiento similar debíamos aplicar para robar la pieza de Giggy a la serpiente verde que dormía en uno de los templetes del nivel. Estas dos estampas de Banjo Tooie me evocaron irremediablemente a la sección de charcos de aceite de Final Fantasy VII. En ambos casos, hay que utilizar la misma estrategia de caminar lento

No estamos en la sección "Conexiones intervideojueguiles"
pero no he podido resistirme a comentarlo jejje

El tercer y último sector de la cueva consiste en una especie de laberinto. Nos encontramos ante cinco aberturas de acceso. Nosotros debemos elegir una y seguir el camino. Algunas nos llevan directamente al jefe final. Otras, a tesoros ocultos. A veces, los itinerarios se entrecruzan. Algunos puntos de la ruta están bloqueados por telas de araña. Para avanzar tendremos que enfrentarnos a los arácnidos. 



La senda correcta nos lleva a Gi Nattack, el boss de esta mazmorra. Es el fantasma del líder de la tribu que invadió Cañón Cosmo y venció al padre de Red XIII

Al tratarse de un "zombi" (muerto viviente), es vulnerable a los hechizos de cura y objetos de salud (por ejemplo, pociones o elixires). El límite/turbo de Aeris (ala sanadora) es ideal para quitarle varios cientos de puntos de vitalidad. 


La criatura está custodiada por dos espíritus que utilizan magia de fuego. Estos resultan molestos ya que pueden usar su poder para curarse. Yo los ignoraba. Pasaba de ellos completamente. Se puede ganar el combate sin necesidad de atacarlos directamente. 

Gi Nattack usa habilidades de drenaje para absorbernos puntos de magia y de salud (y llevárselos él). También nos ataca con su lanza.



En esta segunda experiencia con Final Fantasy VII he decidido matarlo a base de ataques negros (hielo y rayo) en lugar de recurrir a la magia blanca. Podéis equipar a algún personaje un anillo de fuego para protegerlo de los ataques piro de los guardianes. Al final, lo rematé con la invocación de Shiva. 

Me encanta el aspecto externo de Gi Nattack con su corona de espinas, su espina dorsal que emerge del vientre y de ella nacen sus dos piececitos. A mis tiernos doce años yo me preguntaba: ¿Cómo es posible que sus extremidades inferiores, de aspecto tan frágil, pueden aguantar semejante peso de su cuerpo? Su broche blanco, su collar de colmillos y sus pendientes de rombos rojos captaban toda mi atención en la pelea. Hasta tenía una muñequera blanca y una coraza verde. Flipaba con el detallismo del juego!!!!!!!!





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