Hoy toca party game. Tootuff, también conocido como Titeuf en España, es un chaval preadolescente con una cresta en el pelo, que protagonizó una divertida tira cómica en una revista francesa en la década de los noventa. En 2001 las gamberradas de este chaval y su disparatada panda de amigos dieron el salto a la pequeña pantalla, con una serie de televisión de dibujos animados que se emitió en Clan y Jetix
Las historias alternaban el típico humor inocentón e infantil (propia de unos niños que van al colegio y se mueven en entornos cotidianos como el parque o el barrio) con pequeñas pinceladas de rebeldía (que es propia de los prepurberes que viven su despertar sexual, desafían a la autoridad y buscan impregnar su sello de identidad en todo lo que hacen, aunque sea rompiendo las normas).
Ese espíritu es el que aparece reflejado en Mega Party: A Tootuff Adventure, un título que vio la luz en noviembre de 2019, que nos mete en la piel de este estrafalario grupo de jóvenes compiten en pruebas y retos tan políticamente incorrectos como vomitar, echarse pedos, escupir a la profesora, desnudar a una modelo o atacar a los transeúntes (aunque también hay desafíos más espectaculares como toboganes de agua, carreteras de patinetes eléctricos, guerra de bolas de nieve o shooters espaciales).
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¿Quién se atreve a lanzar un escupitajo a la maestra? |
Hay una prueba que me llamó la atención. Se desarrolla en la pizarra del aula en la que tienen lugar las correrías de la pandilla. Sobre el encerado aparecen marcadas dos líneas discontinuas de colores (azul y rojo) cuyas trazadas están llenas de giros de 90 grados, subidas, bajadas, desniveles y cambios bruscos de dirección.
Nos dan una tiza. Nuestro objetivo es pasar la tiza por encima de la línea saliéndonos lo menos posible del trazo. Se trata de un reto de precisión que requiere controlar bien nuestro pulso. El recorrido, como ya os he dicho, es bastante suntuoso y largo, y tenemos un tiempo límite para llegar al final. El jugador debe buscar equilibrio entre velocidad y perfección, ya que si somos meticulosos para no salirnos de la línea, es posible que no nos dé tiempo a terminar, pero si lo hacemos demasiado rápido, seguramente el resultado final sea un churro con la marca de la tiza fuera de los límites del camino.
Al finalizar el tiempo, cada participante recibe un porcentaje de precisión (de 0% a 100%). El jugador con la puntuación más alta gana el desafío. Si hay empate, el que haya terminado antes es el vencedor.
En el capítulo tres del modo historia encontramos una variante de este minijuego. Se produce un cambio de escenario. En lugar del aula, los jugadores están en un dormitorio, subidos encima de una cama. En la pared encontramos la silueta de un corazón con el nombre de Nadia en su interior.
La mecánica es la misma. Nos dan un bolígrafo (azul o rojo). Debemos repasar la silueta del corazón sin salirnos del dibujo, respetando la forma original del grafiti. En esta ocasión, la trazada es más corta pero más complicada, ya que no hay rectas. La trayectoria es totalmente curvilínea, así que debemos cuidar el pulso todavía más. El concursante con el porcentaje de precisión más alto gana la prueba.
¿Sabéis que este reto está inspirado en un minijuego del primer Mario Party? Corría el año 1998 cuando asistimos al bautismo de las fiestas nintenderas. El fontanero más famoso de los videojuegos fue el gran anfitrión evento, y entre las pruebas del catálogo original se encontraba Crazy Cutters.
La dinámica es muy parecida. Los personajes manejan una especie de taladradora o cuchilla mecánica. El reto se desarrolla sobre una superficie de arena en la que aparece la silueta de un fósil que puede ser en forma de Boo, Bomb o Goomba.
Nuestro objetivo es pasar la cortadora por el contorno del dibujo sin salirnos del trazado (o mejor dicho, saliéndonos lo menos posible, ya que los nervios son traicioneros, y cuando la mano nos tiembla resulta imposible ser perfectos jjejeje).
Las trazadas son variadas pues se alternan segmentos rectos (horizontales, diagonales y verticales) con partes onduladas que incluyen curvas muy suaves, pero también cambios bruscos en la dirección y giros muy cerrados. Si nos toca un bomb debeos hacer un círculo casi completo. El gomba incluye el trazado de un semicírculo con una base de rectas y curvas muy cortas. Los boo tienen un par de diagonales que son muy traicioneras ya que se sitúan entre tramos encorvados.
Si pasamos la cuchilla dos veces por el mismo punto, el personaje quedará bloqueado y no podrá seguir cortando el dibujo. Obtendrá la puntuación de cero puntos.
Al acabar el tiempo cada participante recibe un porcentaje de precisión. Si se supera el 80% ganaremos diez monedas. Se puede dar el caso de que los cuatro personajes alcancen esa cifra y haya un pleno total de vencedores. En ese caso, la escena final resulta más festiva con todos los participante celebrándolo y dando saltos de alegría con una melodía de corte triunfalista. Además, la silueta del fósil se romperá y de su interior saldrá goomba, bomb y boo de turno.
En el modo Minigame Island nos obligan a pasar la prueba con 90 puntazos. Si no, no avanzaremos a la prueba siguiente